extra.

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"¿Y qué me pongo en este caso?" preguntó Valentín mirando el piso. "¡Respondeme, Mariano!" exclamó nervioso.

"Uh, te re gusta la malabiense..." ríe. "Mira, creo que con una camisita linda, un jean y las zapatillas esas roñosas que traes siempre están bien. Obviamente las tenes que limpiar, no seas asqueroso." aclaró.

"¿Camisa? ¿Vos decís?" cuestionó inseguro. "Suena re formal."

"¿A quién le pediste ayuda? A mí, ¿quién te respondió? Yo." señaló obvio. "Y listo, es así."

"Tenes razón, tenés razón..." cedió ante la respuesta irrefutable de su psicólogo. "Estoy re bien, posta te digo." frotó sus manos en su regazo con satisfacción y orgullo. "Hace un mes dejé las notas y no las extraño, además, me rasco mucho menos y respiro mejor."

"Mejor así, esa era la finalidad de todo..." contestó alegre. "Obviamente tenes que seguir viniendo y esas cosas, pero lo importante es que estás avanzando muy 'piola' según dirían mis hijos." rió.

"Sí, eso es cierto." rió también. "Me voy yendo que tengo que sacar a pasear a Baco porque el Depa sale."

Valentín salió casi de un pique hasta su casa porque sabía que a Baco no le gustaba estar mucho tiempo solo, así que era preferible sacarlo en ese instante antes que dejarlo triste en la casa. Agarró su correa y encontró una nota de su amigo al lado de la misma.

"Con Manu te compramos una camisuli para que estrenes hoy. Suerte con la wacha, hijo de tigre."

Sonrió mirando al papel por el dulce gesto de su amigo y hermano y fue a buscar emocionado el regalo que seguro estaba en su cuarto. Con sumo cuidado sacó la envoltura del papel regalo y pudo apreciar una camisa negra de mangas cortas con diversos estampados de flores de varios colores en distintas partes de la tela. Dejó la camisa estirada en la cama y salió con el perro.

"Hace mucho no hablamos, Baquito..." lo llamó sentándose de piernas cruzadas en el pasto. "Hoy tengo una cita, ¿sabías?" el perro lo miró de costado. "Lucero se llama, salimos por primera vez hoy..." lo acarició. "Sí, estoy re cagado, pero bueno, está bien supongo."

Jugó toda la tarde a las corridas y a que busque el palo en para luego tirárselo nuevamente. Decidió volver a casa cuando vio la cara de cansancio y sed que se cargaba el can. Miró el reloj y corrió a la ducha. Él se tomaba su tiempo ahí metido, por lo que le pareció conveniente meterse al menos una hora antes de salir.

La infalible camisa con aroma a nuevo y una sensación de calidez en el pecho, y por dentro pensó en hacía cuánto no usaba ropa nueva por sus inseguridades, que por suerte estaban quedando en el pasado. Veinte minutos eligiendo el pantalón y una media hora limpiando con Cif las zapatillas.

"¡Estás hecho un casanova, papá!" exclamó Manu riendo y entrando a la habitación. 

"Me asustaste, pelotudo." llevó su mano a su agitado pecho por el susto.

"Me hubieses escuchado si no tuvieras la música al palo, bajale." gritó. Valentín asintió y bajó el volumen. 

"¿Qué hora es?" preguntó.

"Diez menos cuarto más o menos." los ojos del tímido se abrieron como platos. "No podes llegar tarde a una primera cita, la puta madre Valentín." lo retó su hermano.

"¿Dónde está mi SUBE?" preguntó revolviendo la casa. "¿La agarraste vos? ¿La agarró el Depa?"

"No caigas en bondi, pagate un Uber." se apoyó en el marco de la puerta. "No tenés un peso partido al medio, deja, yo te lo pago." entendió completamente la mirada desesperada del menor.

𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚 𝐛 - 𝐰𝐨𝐬Where stories live. Discover now