- Chapter three

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✭ Buscando pistas✭
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Me adentré en el bosque tratando de recordar donde quedaban las vías ¿Por qué nos metemos en bosques? En las películas siempre matan a las personas en los bosques. Diviso a lo lejos el impermeable amarillo de Jonas sentado en uno de los rieles. Si Jonas huyera de un asesino creo que jamás pasaría por desapercibido con ese impermeable.

— Hola. —me hago notar mientras termino de bajar la pequeña colina.

— Hola ¿Estás lista?—lo miro a los ojos y asiento lentamente.

Llegamos a la entrada de la cueva y un aire me pega por la espalda, poniendo en alerta todos mis sentidos, sentí algo malo.

— Antes proponía segura sobre entrar a la cueva pero ahora que la tengo a unos pasos tengo que admitir que, estoy algo asustada. —miro al rubio que estaba unos pasos más adelante mientras sostenía una linterna.

— Tenemos que hacerlo, por Mikkel.—el rubio se voltea y me mira con cara suplicante, ya no me resisto.

— Andando, pero quiero que sepas que si me toca salir corriendo y dejarte, sin duda lo haré. —lo miro amenazante sacándole una carcajada, sonrío.

Entramos a la cueva en busca de cualquier pista sobre Mikkel. Esto parece una película de terror, cuando la chica rubia sale de su habitación porque escucho un ruido en la parte de abajo y cuando baja la asesinan, bueno así, la curiosidad mató al gato.

— Esta cueva tiene algo extraño, en alguna parte tiene que haber una pista. —habla el rubio desesperado después de estar indagando la cueva por unos 20 minutos.

— Oye, tranquilo Jonas, podemos regresar otro día, tal vez no estamos buscando bien. —animo al chico enfrente de mi.

— Siento que fue nuestra culpa, si tuviera a Mikkel agarrado de la mano.—confiesa Jonas.

— No pienses eso Jonas, todos estábamos corriendo sin pensar. —pongo una mano en su hombro y hago que me mire, lindos ojos.

— ¿No te molesta venir otra vez? —pregunta mientras se vuelve a poner la mochila.

— El día que conocí a Mikkel fue el mismo día que desapareció, ese niño era agradable y haré todo lo que esté en mi alcance para ayudar con su caso. —Jonas se voltea y me mira por varios segundos sin emitir respuesta ¿Tengo algo en la cara?

— Al parecer no eres tan ruda. —sonríe cuando ve que cambio mi semblante a uno serio.

— Si le dices a alguien juro que te pateare en las bolas. —lo señalo con mi dedo mientras enarco mis cejas.

— Tú secreto está a salvo conmigo.— siento otra vez esa corriente de aire pero esta vez no me asustó, me sentía segura con Jonas a mi lado. - Esto me dejó con hambre ¿Quieres venir a mi casa? Podemos comer algo, mi mamá no está.-

— Seguro rubio, espero que me sorprendas con una habilidad culinaria. —digo mientras comienzo a caminar, pero se que le saqué una sonrisa al chico de ojos lindos.

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— Oye ¿No te han dicho que sirves los mejores cereales del mundo?—me burlo del rubio y este suelta una carcajada.

— No está tan mal, pudiste irte a tu casa sin probar mi cereal.—se encoge de hombro y vuelve a meter una cucharada en su boca.

— Entre nosotros. —me acerco a él como si fuera a contarle un secreto.- Este cereal es el mejor que he probado en mi vida.—me alejo de él para hacer el típico gesto de manos italiano.

⋆ Secrets ⋆ Jonas Kahnwald PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora