Los shinobis se habían reunido en la torre de Hokage, en espera de ver cómo marchaba la situación.
– ¿Qué pasa Yamato?–. Agregó el peliblanco algo preocupado.
– Nada, es solo que tengo un mal presentimiento–. Se acercó a la ventana mientras observaba un pájaro algo extraño.
– ¿Qué es eso?–. Gritó Gai sorprendido.
– Pues parece un pájaro de tinta–. Agregó Tsunade entrando por la puerta.
Kakashi y Yamato se miraron instintivamente mientras gritaban como locos.
– !!!Sai!!!!!–.
– Vamos–. Agregó Yamato trepandose en la ventana.
– Deténganse ahí los dos–. Agregó la rubia arrastrando a los dos hombres de la ventana.
– Pero sabes lo que es dejar a Sai y Ino solos y si son niños peor–. Agregó Kakashi parándose.
– Exacto, no hay tiempo que perder–. Dijo Yamato.
– Siéntense los dos, que Orochimaru está en camino ya–. Gritó Tsunade.
– Oh dios mío, antes quería correr pero ahora quiero volar–. Gritó Yamato espantado.
– Sabes, dejar a Sai solo con Ino ya era un poco rarito, pues ahora con Orochimaru es peor–. Agregó Gai uniéndose a la búsqueda.
– Por favor todos somos adultos, un poco más de seriedad–. Dijo Tsunade intentando calmar la situación.
Los tres hombres allí presentes la miraron fijamente, luego se me miraron a ellos mismo y comenzaron a reír.
– ¿Cómo somos adultos y no sabemos hasta donde puede llegar Orochimaru?–. Dijeron a coro.
– Por eso vamos–. Se miraron nuevamente acaso compartían pensamientos.
Orochimaru corría por los tejados de las casa hasta llegar al clan Yamanaka.
– Según Tsunade debe ser aquí–.
Se notaban muchos golpes dentro de la sala de la gran casa, Orochimaru entró con su estilo único. Arrastrándose por el piso mientras localizaba a los bebés. Pensó que sería más difícil. Los bebés se encontraban tranquilos en la habitación, Ino posando para Sai encima de unos pergaminos. Por otra parte Sai dibujaba como siempre, pues un dibujo perfecto pero con otras intenciones. Se acercó a Ino y le quitó la tela que cubría sus partes íntimas.
Orochimaru quedo un poco traumado, pues para un niño tan pequeño esas ocurrencias.– Sai-kun–. Agregó Orochimaru con su típica voz ronca.
El bebé parecía no importarle la presencia del sujeto, estaba concentrado en su trabajo. Así que Orochimaru pensó en hacerle una historia al bebé para tomarlo por sorpresa.
– Sai-kun, conoces la historia de la gran serpiente y los dos pollitos–. Sacó un pergamino de su kimono que llamó la atención de los bebés, se dirigieron hacia el hombre y se sentaron a observar.
– Pues comienza así–. Agregó con voz ronca mientras lanzaba un polvo en el pergamino y los dibujos tomaban vida.
Érase una vez dos pollitos que vivían felices lejos de su aldea. A él le gustaba mucho pintar y a ella le gustaba presumir su belleza. Pensaban que lo único que valía en el mundo eran sus dones, hasta el día que llegó una gran serpiente blanca con diamantes dibujados en sus escamas.
– Hola–. Dijo la gran serpiente haciendo temblar su casa.
El pollito llamado Yama estaba dibujando mientras la pollita llamada Naka posaba para él. Ambos ignoraron a la gran serpiente y continuaron en su quehaceres. La serpiente se enfureció.
– Hola–. Gritó la serpiente.
Continuaron sin hacer caso y la serpiente estaba perdiendo la paciencia. Se notaba en los ojos de los bebés el entusiasmo por aquella historia, no podían hablar pero si pudieran preguntaban cómo seguiría.
– Pues fácil–. Agregó Orochimaru mientras salía un humo del pergamino.
La gran serpiente lanzó su veneno sobre los pollitos para dejarlos inmóvil y luego los devoró poco a poco. Este es fin de la historia, Sai comenzó a reírse e Ino a llorar, terminaron inhalando el humo extraño y cayeron dormidos.
– Bueno, como debería cocinarlos–. Agregó Orochimaru metiéndolos en un pergamino.
La misión de Orochimaru, fue un éxito total. Mientras Kakashi, Yamato, Gai y Tsunade discutían por cual debería ir.
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Otra vez de niñera
FanfictionUn extraño efecto secundario del Tsukuyomi Infinito vuelve a todos los habitantes del mundo Shinobi bebés, a excepción de algunos ninjas. !Podrán lidiar con esto!