Lo tenemos

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Sentían que habían pasado horas desde que entraron a los ductos, pero solo eran minutos... era un laberinto, pero era el único lugar seguro... podían vigilar a los guardias y seguir sus movimientos y escuchar algunas conversaciones, pero era un lugar muy caliente y eso los estaba mareando.

-Este esta flojo – Tadashi y Shouyo iban por los ductos buscando un lugar seguro o una salida al exterior, pero todo era un en vano - ten cuidado.

-... estoy cansado – suspiró.

-Espera te ayudó – Tad volteó una vez estuvó al otro lado de la rejilla estiró la mano en un intentó de animar a su hermano, pero sabía que era cuestión de tiempo. Sabía que su madre los iba a ir a buscar, pero el tiempo era un problema... sabía que no era cuestión de tiempo que Tom los encontrara.

-Tad no me siento bien... hace mucho calor... - susurró.

-Lo sé solecito, pero debemos aguantar un poco más... mamá va a llegar... debían seguir – ahora ven aquí, podemos descansar un poco una vez nos alejemos un poco de esta reja.

-Lo extraño, a todos... a Tobio

-Lo sé, también los extraño... a Kei, pero hay que seguir porque solo así volveremos a verlos.

Shouyo asintió, sabía que su hermano tenía razón, así que estiró la mano y se apoyo en Tad tratando de pasar, la reja bajo en tembo antes de ceder.

Tad sostuvo a su hermano, el sonido de la reja fue muy fuerte y el personal de seguridad comenzaba a ir al lugar.

-Agarrate fuerte – pidió – intenta subir, no puedo dejarte aquí.

-Tad... dejame caer – pidió – si me ven aquí sabrán donde estamos, pero si ven la reja y me oyen correr pensarán que ambos bajamos... puedo hacerlo, estaré bien – dijo con seguridad mientras se aflojaba del agarre de su hermano – nos veremos afuera.

Shouyo agitó su brazo dejándose caer.

Tad lo vio correr, y se sintió impotente.

Tadashi comenzó a moverse lo más rápido que podía, revisaba todas las rejas tratando de encontrarlo, pero después de la quinta lo perdió... no podía bajar, sería una condena.

Su hermanito era todo para él, ambos eran tan diferentes pero se complementaban entre sí, siempre fue de esa manera. Shouyo hacía las travesuras y Tadashi las limpiaba.

Shouyo era un niño hiperactivo mientras que Tadashi era más reservado, pero aun así solo entre los dos confiaban sus secretos más intimos... como cuando Tad pensó estar embarazado, Shouyo fue el primero en saber y aconsejarle.

Lo necesitaba, aunque eran mellizos siempre pensó que él era el mayor y que debía protegerlo de todo.

-Solecito... - sollozó.

Shouyo corría por los pasillos sin un plan en particular solo esquivar los guardias y encontrar un lugar seguro, pensaba que podría entrar de nuevo a los ductos y buscar a Tad, pero sabía que era un laberinto y que probablemente terminaría siendo un problema más.

Pensó en el ducto que llevaba a la lavandería, tal vez podría esconderse allí hasta que se calmarán las cosas.

El único problema era que no sabía donde estaba y no sabía como llegar... no podía detenerse, tenía que regresar.

Pensó en su madre, en Daichi, en sus tíos y en Tobio... cuanto deseaba un abrazo suyo en este momento. Debía volver para aplicar lo que aprendió en casa del tío Yuu.

Corrió y corrió, descansaba en esquinas o se metía en los armarios para recuperar el aliento, pero sabía que su plan no era muy bueno, no podía correr para siempre y según calculaba solo habían pasado 15 minutos.

Estaba listo para volver a correr cuando sintió que algo se clavaba en su brazo... después todo se volvió oscuro.

-Llegaremos en una media hora – explicó Semi – nosotros entraremos y usted deberá quedarse aquí.

-Lo entiendo y agradezco que me deje venir, se que no es lo normal y... gracias.

-Estarán bien, por lo que he escuchado son inteligentes y sabrán cuidarse.

-Se que lo son – respondió con una sonrisa – pero... siento que les falle, sabía que Tom no era una buena persona y debí negarme.

-No sabías lo que él planeaba – trató de animarlo – pero actuaste rápido y eso ayuda mucho.

-Tengo un mal presentimiento...

-Estarán bien, según mi contacto están seguros... confía en ellos...

Tom miraba el rastreador de su celular, las patrullas llegarían en aproximadamente media hora, era tiempo suficiente y la noticia de sus guardias era como darle un dulce a un bebé.

-¿Lo tienen? – preguntó Tom.

-Si.

-Prepárenlo, en diez minutos comenzaremos.





Por fin acabe el semestre más duro que he tenido, tenía muchas materias prácticas que se llevaban todo mi tiempo, pero bueno por fin pude escribir y ya no queda mucho para acabar este fanfic... tal vez uno o dos capítulos más.


Pero tengo otras historias ya en mente y si les gusta MDZS le invitó a leer el One-Shot que recien subí.

Reencuentro en HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora