No lo se. Pero desde que estoy con él, mi significado de arte ha cambiado.
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—¿Akatsuki?
Pregunto un joven rubio, mientras admiraba algo que se encontraba en la palma de su mano.
—No me interesa— siguió sin tomar importancia a las personas que se encontraban enfrente de él, sonrió orgulloso —¡Solo me interesa mi arte!
—¿Arte?— una pregunta por otra.
—El arte que creo con mi arcilla— respondió fascinado aquel joven de ojos azules.
Un paso se escuchó, Deidara aún sin alzar su rostro sabía que aquel hombre lo miraba.
—Deidara.
Le hablaron, y por primera vez alzó su rostro a quien lo llamaba. Ojos ahuecados y pequeños, piel extraña de color azul, daba miedo.
"¿Un pez?", pensó Deidara un poco asombrado por esa apariencia.
—¿Qué te parece ésto?— razonó Kisame ante el joven, aún sabiendo el resultado del trato —Si tú ganas podrás huir de tu aldea, pero, si nosotros ganamos te unirás a Akatsuki.
El joven no lo dudo mucho, no sabía nada de aquello que le hablan, ¿Akatsuki?, sonaba como un broma pesada de mal gusto. Pero, él confiaba en su arte y en su libertad.
—Acepto.
—Perfecto— Kisame le tendió la mano para pactar aquel trato y Deidara la acepto.
Dientes afiliados y puntiagudos se mostraron en un rostro terrorífico.
"Mierda", pensó por un momento.
—Tu oponente será Itachi.
Una persona más salió de entre las sombras, el naranja del ocaso reflejado en el templo le daba cierta aura majestuosa y perfecta.
Díos.
Su nombre ya mencionado, Itachi. No cualquiera, aquel que mató a su clan enteró, ese era, Uchiha Itachi.
Deidara sabía perfectamente a quien se enfrentaba, aún así, él lanzó el primer ataque, confiado de su arte.
Formado con la arcilla y las bocas que tenía en ambas de sus manos, creo a lo que el llamaba "arte".
Su arte, con apariencia de cienpiés se enredó en el cuerpo de su oponente.
Su mente pensó en ganar, salir y huir de su aldea, en ser libre. Algo que había ansiado desde hace bastante tiempo.
Pero cuando menos lo pensó, estaba en un genjutsu hecho por el que se llamaba Uchiha Itachi.
