Capítulo 10: Primera noche.

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Terminamos de comer y al salir del restaurante cada quien subió al vehículo que le correspondía. En el coche que yo iba cada quien se sentó en el lugar en el que venía antes, es decir, Priscila volvió a quedar a mi lado.

Después de veinte minutos, ya que nos detuvimos varias veces a tomar fotos del paisaje, llegamos a las cabañas, ambas juntas pero con una pared que las separaba. Mauricio fue por su equipaje y corrió a la habitación principal de nuestra cabaña, dejó en la cama su equipaje y gritó "Yo la gané". Después regresó y bajó mi equipaje y el de Valeria. Todos estábamos ayudando a la madre de Mauricio a bajar todas las cosas, la comida, los manteles, los productos de limpieza, juegos de mesa, etc.

Decidí enviarle un mensaje a mi madre, este decía así: «Hola mami, acabamos de llegar a Mazamitla, todos llegamos con bien, Valeria y yo estamos súper felices. Te quiero muchísimo, buen día.» en cuanto envié el mensaje Mauricio me gritó para que fuera a la cabaña con él.

-Al fin llegamos bebé.- me susurró Mauricio al entrar a la cabaña.

-Si, ¿en donde dormiré?- le pregunte a Mauricio.

-Tu y yo dormiremos en la habitación principal.- me dijo Mauricio mientras abría la puerta de la habitación principal.

-Wow, me encanta, pero, ¿qué hay de Valeria?- le pregunté.

-Dormirá en la otra cabaña, con mi madre, ¿está bien?

-Si, está perfecto.- le dije rodeando su cuello.

-Mmmm, este... ¿interrumpimos algo?- dijo Priscila mientras abría la puerta de la cabaña tomada de la mano de Diego.

Como la odio, siempre haciéndose la víctima. No puedo creer que todavía caigan en su estúpido teatrito. Odio que ella esté aquí, odio que entre a la habitación y finja que no sabe lo que está pasando, odio todo lo que hace, la odio a ella, siempre entrometiéndose en lo que no le importa.

-Si, de hecho...- Mauricio me interrumpió.

-No... este... pasen, siéntanse como en su casa.- dijo Mauricio acercándose cada vez más a Diego y a Priscila y alejándose cada vez más de mi.

-Gracias.- dijo Diego mientras entraba a la cabaña y se dirigía a la habitación que estaba al lado de la recámara principal, es decir, al lado de la recámara en la que yo dormiría durante estas largas y horribles tres semanas.

-Bueno... les parece si se instalan en sus habitaciones, desempacan todo y después, ¿jugamos juegos de mesa?- dijo Mauricio.

Yo entré a la habitación y comencé a desempacar, decidí empezar con mi ropa interior, la guardé en el primer cajón junto con mis trajes de baño, en eso entró Mauricio, decidí no dirigirle la palabra, ¿Por qué se puso en mi contra? No lo entiendo, no es algo por lo que me tenga que enojar, no soy de esa clase de chicas que siempre se están enojando por cualquier cosita, igual y en un rato se me pasa.

Desde que Mauricio entró a la habitación han pasado más de veinte minutos y no me ha dirigido la palabra, ¿está enojado? ¿Qué le pasa? ¿Ahora qué hice? Dios mío, acabamos de llegar y ya quiero volver a casa.

-Listo... terminé.- le dije a Mauricio mientras me sentaba en la cama.

-Yo igual, ¿qué quieres hacer? ¿Quieres empezar a jugar juegos de mesa?- dijo Mauricio mientras al igual que yo, se sentaba en la cama.

-No, iré a ver a Valeria, quizá después juegue.- le dije a Mauricio mientras me levantaba de la cama y me dirigía a la puerta.

-Tres palabras.

-¿Qué? ¿De qué rayos hablas?- le pregunté a Mauricio extrañada.

-Call of duty.- me dijo Mauricio mientras alzaba las cejas.

-Oh no, ¿Black ops?- le pregunté ansiosa.

-Si, ¿En serio creíste que no traería mi Xbox?

-Si, en serio lo creí.- le dije mientras regresaba a sentarme a la cama.

La madre de Mauricio tocó nuestra puerta.

-¿Qué pasa?- preguntó Mauricio.

-¿Ya están instalados? Ya es tarde son las 8:30.

-Si, dormiremos para descansar, mamá.

-Muy bien, mañana iremos a montar a caballo.

-Si mamá, descansa.

-Igual hijo.

Mauricio conectó el Xbox y puso el juego, no podíamos jugar en línea porque no había internet, pero si podíamos jugar en modo zombies, por cierto, me encantan los zombies. Pasamos toda la noche jugando, nos enfadamos de jugar hasta las 4:30 am, Mauricio apagó el Xbox y dejó los controles al lado de la televisión. Ambos nos acostamos en la cama, Mauricio me dio un tierno beso en los labios y me abrazó por la cintura.

-Que descanses mi amor, te amo.

-Igualmente, te amo más.

-No, yo más...- me dijo Mauricio. Recuerdo que tuvimos una pequeña batalla, pero ambos estábamos durmiéndonos.

-Que no... ya verás que soy yo.- le dije. Ambos estábamos cansados y teníamos sueño así que no entendíamos lo que decíamos.

¿Solo mejores amigos? (Screamau y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora