Miré a Mauricio expectante, no sabía lo que haría.
-¿Qué esperas? ¡Levántate!- me gritó Mauricio con una gran sonrisa.
-¿Qué estás tramando?- le pregunté mientras me ponía de pie.
-Nada, ¿Por qué lo haría?- me preguntó Mauricio saliendo de la habitación.
Salí de la habitación y lo seguí con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que apareció Pablo y se puso enfrente de mí.
-¿Ya podemos hablar?
-No Pablo, déjame en paz, no quiero verte.
-Por favor, ¿cuántas veces quieres que te lo pida?
-No quiero que me lo pidas, simplemente... se acabó, supéralo.
-Sólo déjame explicarte.
-No.
-Te dejaré en paz.
-¿Qué pasa?- nos preguntó Mauricio a Pablo y a mi.
-Nada.- le dije y salí de la cabaña.
Cinco minutos después, apareció Mauricio.
-¿Nos vamos?- me preguntó.
-Claro.- le contesté.
Mauricio abrió el portón de la cochera, sacó una cuatrimoto y la encendió.
-Ven hermosa, sube.
-¿Qué está pasando?- salió la madre de Mauricio corriendo.
-Tranquila mamá, sólo iremos a dar una vuelta.
-Bien, pero no tarden. ¿Llevan sus teléfonos?- preguntó la madre de Mauricio.
-Si mamá.
-Con cuidado, los quiero.
-Igual señora.- le dije despidiéndome con la mano.
Mauricio arrancó, me sujeté de su cintura y pegué mi mejilla izquierda a su espalda.
-Te amo.- le susurré.
-Yo más.
Después de quince minutos, Mauricio se detuvo.
-Ven.- me dijo Mau tendiéndome la mano.
-Voy.- le contesté y tomé su mano.
Mauricio comenzó a guiarme a una pequeña terraza, esta tenía una banca en el centro. Nos sentamos. Mauricio tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, yo lo miré.
-Me encantas, ¿te lo he dicho?- me dijo Mauricio con una tierna sonrisa.
-No creo haberlo escuchado.- le dije y me reí un poco.
-Me encantas.- me dijo y seguido besó mi mejilla.
Sonreí.
-¿Qué tienes, hermosa?- me preguntó Mauricio.
-Nada, ¿Por qué?- le pregunté extrañada.
-Siento que me ocultas algo.- me dijo Mauricio.
-¿Qué te podría ocultar?
-No lo sé, a veces estás rara, seca, pero no estoy seguro.
-Mauricio, tengo que decirte algo, pero no creo que este sea el momento. No quiero arruinarlo.- le dije.
-Dímelo, no me dejes con la duda.- me dijo Mauricio.
-Mauricio, es un tema serio, nadie lo sabe, solo mis padres y Diego, ni siquiera Valeria.
-¿Qué hay de Pablo?
-Tampoco.
-Dímelo.
-Bien.
Comencé a explicarle que me iría a Canadá terminando la preparatoria, le dije que aún no estaba segura, pero se quedó atónito. No dijo ni una palabra, tan solo se paró y se fue.
-Mauricio...
No respondió. Decidí seguirlo.
-Mauricio, perdón.- le dije mientras lo tomaba del brazo.
-Alexa... yo...
-Perdóname.- le dije dandole un abrazo, pero el no lo respondió.
-¿Nos vamos?- me preguntó Mauricio.
-¿Tan rápido? Acabamos de llegar.- le dije haciendo una mueca.
-Te esperaré en la cuatrimoto.- dijo Mauricio seco.
-Bien, vámonos.- le dije siguiéndolo.
¿Por qué tenía que decírselo? ¿En qué estaba pensando? Aghhhhh, no puedo creer que lo haya hecho, ahora no me hablará.
Llegamos a la cabaña, Mauricio no me dirigió la palabra en todo el camino, y cuando llegamos, se metió a nuestra habitación y cerró la puerta, sin dejarme entrar.
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¿Solo mejores amigos? (Screamau y tu)
RomanceEsta historia no está basada en hechos reales y hay hechos que son demasiado ficticios. Como ya todos sabemos hubo un tiempo en el que Mauricio estuvo gordo, pues en eso está basada esta historia. Alexa no es una niña de cuerpo totalmente perfecto...