¿Solo mejores amigos? (Screamau y tu)

Capítulo 24: Antes de la fiesta.

Salí del baño y conecté mi celular a su cargador porque tenía 15% de batería.
Tenía un mensaje de Mauricio.

"Bebé, perdóname, ¿si? No quería decir eso..."

"No importa." Le contesté.

"¿Estás bien?"

"Ajá."

"Nos vemos al rato, te amo<3"

No le contesté.

Busqué en mis cajones ropa casual pero bonita, sólo tenía pantalones, decidí buscar en mi clóset, en dónde tenía muchos vestidos. Encontré uno color salmón arriba de la rodilla, me lo probé y me gustó como se me veía. Entre mis tacones encontré unos que hacían juego con el vestido, les puse talco y me los vi en el espejo, se veía bien.

Fui al cuarto de mi mamá por la plancha, mi cabello es largo y rara vez me lo plancho, pero hoy tenía ganas de hacerlo. Conecté la plancha en un enchufe del baño de abajo y la prendí para que se calentara, alguien timbró.

Fui a abrir la puerta y era Andy. Tenía puesto un vestido floreado de manga corta y unos botines cafés.

-¡TÚ!- gritó molesta empujándome hacia atrás y entrando a mi casa.- Me debes una explicación, no pienso irme sin una respuesta.- me dijo alejándose de mi y cerrando la puerta de mi casa.

-Bien, pero tranquilízate o le hablo a Di...- no terminé porque me interrumpió.

-No te atreverías.- me dijo y me fulminó con la mirada.

Reí.

-Alexa, no es un momento de risa, dime que diablos está pasando y por qué no estaba enterada.

-Bien, tranquilízate Andrea, yo...- me interrumpió.

-Ah, ah, ah, Andy, sólo Andy.- dijo Andrea.

-Ah, ah, ah, Alex, sólo Alex.- dije imitándola.

-Bien, continúa.- me dijo Andrea y se cruzó de brazos.

-Bien, es una larga historia, siéntate.- le dije y me senté junto a ella.

Le expliqué a Andrea todo el rollo de lo de Canadá, al final terminó aceptando que tenía que irme. Sonó el timbre.

-Yo abro.- dijo Andrea y se puso de pie.

-Wow, no creí vivir para ver esto.- le dije y rió sarcásticamente.

Abrió la puerta y se puso pálida. Diego. Rayos.

Me paré rápido del sillón y fui a la puerta, Andrea estaba ahí parada, tiesa como una roca.

-Ale...xa, estemmmm, ¿irás a la fiesta?- me preguntó Diego bajando la mirada.

-Entra.- le dije a Diego y me miró, al igual que lo hizo Andrea.

-Eh, no puedo, yo...- Diego se calló.

-Basta Diego, entra.- le dije y lo miré.

Diego entró y cerró la puerta.

-Iré por té.- dije, me di media vuelta y me dirigí a la cocina.

-Hola.- le dijo Diego a Andrea.

Andy lo ignoró y fue a buscarme a la cocina.

-¿Estás loca?- me susurró Andrea.

-Perdón, no te escuché.- le dije y me dirigí a la sala de estar con tres tazas de té, le di una a Diego, otra la dejé en la mesita, ya que era para Andrea pero ella seguía en la cocina y la restante era para mí.

Después de unos minutos apareció Andrea.

-Mi mamá me necesita, adiós.- dijo Andy y se pasó de largo, pero la detuve.

-Basta Andy, esto no es por ustedes, es por mi.- le dije.

-Pero, ¿yo que tengo que ver en esto?- me preguntó.

Me regresé a sentar y Andy me siguió. Nos sentamos y empezamos a platicar.

Al parecer no sirvió de nada, salimos igual que cuándo entramos, Mauricio llegó y timbró.

Fui a abrir la puerta, Mauricio tenía puesto un pantalón negro entubado y una camisa de vestir, se veía tan guapo. Al abrir la puerta él me sonrió, tenía en la cara una sonrisa grande y hermosa, me daban ganas de besarlo.

-Hola, mi amor.- me dijo y me abrazo.

-Hola, pasa.- le dije y le besé la mejilla.

-¿Por qué me besas la mejilla?- me preguntó Mauricio.

-No lo sé, me dieron ganas de hacerlo.

-Prefiero que lo hagas en la boca.

-Yo también.- le dije y lo besé, con mis brazos rodeé su cuello y el me tomó de la cintura.

Diego aclaró su garganta y Mauricio y yo nos separamos.