Deben de existir personas que lucharían por lo que tengo o lo considerarían un don, algo maravilloso que tengo la suerte de poseer.
Puedo asegurar que no es así, observo la muerte, repetidas veces antes de que ocurra y no lo puedo detener.
Me siento...
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Paso gran tiempo del día cuestionándome el sentido de la vida, las personas en su mayoría siguen de pie por distintas razones que los motivan. Casi siempre por una persona especial o un objetivo y me pregunto, ¿Qué les ocurrirá cuando pierdan esas razones?
El dolor se asimila a perder la vida, pero continuar respirando. Y yo respiro, pero me siento más muerta que nunca.
Me siento sola, tarde más de un mes pero me acostumbre a ello. Sé que dolerá eternamente y que dejará una gran marca. Es cuestión de tiempo me digo a mi misma.
La carretera se ve vacía a excepción de algunos coches, deben de ser las ocho de la mañana y continuo sin poder dormir.
A mi lado Kai descansa, el sueño lo ha vencido, luego de unas largas horas manejando yo estaría igual.
En la madrugada nos vimos obligados a detenernos en una estación de servicio y el abandono su auto. Según Kai podían rastrearlo, algo que no le podía discutir luego de ver tantas películas relacionadas a lo que me está ocurriendo. Como nos quedaban algunas horas de viaje tomamos un bus.
Me inquieta estar huyendo de personas que desconozco, es agobiante. No sé qué ocurrirá el día de mañana.
Sé que me quieren muerta y comienzo a considerar facilitarles el trabajo, finalmente rendirme. Por otro lado, soy demasiado cobarde para quitarme la vida. Pienso en mi madre y en su sonrisa confortadora, logro sentirme en paz.
Aprieto mis puños oprimiendo la ira que me causa recordar su cuerpo repleto de sangre y el cuchillo atravesando su corazón. Si tan solo hubiera llegado unas horas antes nada habría ocurrido y quizás hoy la vida de ambas seria de otra manera.
Los policías aún siguen investigando que fue lo que ocurrió, creen que fue una persona que tenía intenciones de asesinarla al notar que nada faltaba en la casa. También de contextura delgada ya que logro salir por la ventanilla.
Y yo solo sé que el día que se descubra quien es la persona la hare sufrir de tal forma que me lastimo a mí, lo asesinare lentamente y se arrepentirá de lo que me causo.
—Señorita, ¿le ocurre algo? —pregunto un hombre mayor al notar mis lágrimas de las que no me había percatado hasta ese momento, al ver su uniforme noto que es el chofer del bus.
Puedo sentir la mirada de Kai aun sin voltear a verlo.
—Todo está bien—dije mostrando una sonrisa amigable.
—Como sea hemos llegado y no esperare a que se decidan por bajar—protesto aquel hombre que segundos atrás se había mostrado tan amable.
—Tranquilo Miles, ya nos íbamos—contesto Kai con burla y me vi obligada a deducir que se conocían.
—Pasan los años y continúas siendo un mocoso—dijo enojado—. Le darás un infarto a tu madre si continúas metiéndote en peleas.
