Capitulo 5

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Tiemblo mientras sostengo el mango del cuchillo con el que hago presión en mi garganta, sus palabras no dejan de retumbar en mi cabeza

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Tiemblo mientras sostengo el mango del cuchillo con el que hago presión en mi garganta, sus palabras no dejan de retumbar en mi cabeza. No soy más que una rosa marchita y no hay manera de remediar algo así.

Aun cuando no me he dañado físicamente siento como todos mis problemas adheridos a mi piel son el dolor más grande que he experimentado. Se vuelve invisible a la vista de todos, me vuelve vulnerable y débil.

Una parte de mi ser pretende continuar luchando con lo imposible pero me niego a escucharla. Aprieto con más fuerza comenzando a sentir un ardor, lágrimas de impotencia se resbalan haciéndome dudar de lo que estoy haciendo. Suelto el cuchillo temblando a más no poder, limpio mis lágrimas y aprieto mi rostro con ambas manos.

Me pregunto cómo lo tomará Michelle si lo hago, no había sido capaz de comentarle como me sentía y quizás le extrañe. Es posible que me llore unos días, pero al fin y al cabo me olvidara y eso es lo que me alienta a continuar. Sé que debo hacerlo, mi ser esta en medio de un incendio que está por acabar conmigo, no hay salida y por ende mi batalla ha finalizado.

Me arrodillo buscando en la oscuridad de la habitación el cuchillo con pocas fuerzas, deslizó ambas manos en su busca. Al encontrarlo intentó levantarme del suelo con poca fuerza y tambaleo al conseguirlo. De esta manera dejare de sentir. Vuelvo a colocarlo en mi herida y lo corro de un extremo al otro presionando más fuerte que antes.

Pego un grito ahogado y muerdo mi labio inferior intentando ahogar el dolor.

—En otra vida, en otra vi-vida seré feliz—murmuré en voz baja quebrando en llanto.

No distingo el líquido que comienza a desprenderse de mi cuello pero sé que se trata de una inmensa cantidad de sangre a pesar de no ser una herida tan profunda.

Camino con pasos cortos hasta una de las paredes para sostenerme de ella pero caigo antes de conseguirlo. Podía asegurar que este era el acto más cobarde que había cometido en toda mi vida, pero después de todo siempre fui así, constantemente estoy huyendo de mis problemas o miedos y en esta ocasión no iba a ser diferente.

Cada segundo que transcurre el dolor va esfumándose, de a poco voy renunciando a mi vida. Recuerdos viajaban por mis ojos haciéndome sonreír con melancolía. Siempre sentí curiosidad por saber qué hay después de la muerte, si alguno de todas las teorías armadas a través de los años son ciertas y estaba a punto de comprobarlo. Solo espero que luego de todo lo que pase al hacer esto al fin pueda reencontrar y abrazar a mi madre.

Alguien comenzó a forcejear la manija de la puerta y agradecí cerrar con llave, al no poder abrirla comenzó a golpear con mayor intensidad. Los golpes comenzaron a ser más fuertes y parecía que en cualquier momento iba a derrumbarse. No me lleve ninguna sorpresa cuando esta callo dejando a la vista una gran silueta.

La luz se encendió revelando a Luku, su entrecejo se frunció al verme. Sus ojos viajaron por todo el lugar intentando comprender que había sucedido hasta que vio el cuchillo que sostenía en una de mis manos. Tardó unos segundos en reaccionar y al hacerlo corrió hacia mí.

Ehud Donde viven las historias. Descúbrelo ahora