(Sofía)
En realidad este instituto era enorme, tenía chicas por doquier. Se supone que cuando llegas al instituto debes ir directo a una oficina en donde te dirán dónde dormirás, te dan la llave de tu habitación, y así. Pero no, yo tenía que ser la ingenua no tenía idea de dónde estaba la oficina. Tenía miedo de preguntarle a alguien, no se me da muy bien que digamos conversar con las personas. Vi a una muchacha sentada sola en las escaleras de una de las entradas del instituto. Ésta estaba con unos jeans apretados oscuros, una chaqueta, unas botas negras, y una remera roja. Su pelo era negro, sus labios ligéramente rosas, una piel blanca. Estaba escuchando música mientras leía un libro. Me acerqué a ella, no se percató de mi existencia hasta que tuve que tocarle el hombro para que así levantara la vista.
-¿Si?- su tono de voz era suave, con un ligero tono ronco.
-Es que.. Que..- ¡no tartamudees ahora!- no sé dónde queda la oficina para saber en que habitación estoy, ¿tú sabes?
-No, ni idea de dónde está, estoy igual de perdida que tú.- dijo poniéndose en pié- pero si quieres vamos juntas a buscarlo.
No sé por qué pero ese comentario nunca lo había oído antes de alguien. Bueno como lo dije, no tengo muchos amigos, en cierto modo ni tengo, en la anterior escuela que estuve sólo charlaba con personas de las clases, pero nada que se pudiera llamar amistad.
Ya cuando estabamos dirigiéndonos a un grupo de chicas, eran algo coquetas, eran cuatro, dos de ellas estaban con falda, las restantes con jeans, sus estilos estaban muy lindos, se veían amigables. La tipa que me encontré anteriormente se dignó a preguntar. Aunque no le fue muy difícil, se nota que tiene personalidad.
-¿Saben dónde queda la oficina? Aún no la hemos podido encontrar.- dijo esta haciendo un puchero.-
-¡Sí! Está de esta sala, a unas 3 más allá, girando a la izquierda, hay una pequeña sala que es la oficina.- dijo señalando hacía dónde debíamos ir.-
Así caminamos hasta allí, al entrar había una señora pasado de los 40 años, al preguntarle, tuvimos que dar nuestros datos y así poder ingresar nuestros nombres en la computadora para saber nuestras habitaciones. Me enteré que la chica se llamaba Barbara. Mi habitación era la B 215. La de Barbara era E 320.
Agradecimos a la señora, y salimos de ahí. Nos dignamos a saber más de nosotras, ¿eso era amistad?
-¿Te llamas Sofía? ¿Cuántos años tienes? ¿De dónde eres? Qué mal que no nos tocó la misma habitación.- con lo último se me herizó la piel. Me llenó de preguntas.-
-Sí, Sofía Bellón. Tengo 15 años, soy de la zona norte de Chicago. ¿Y tú?
-Yo me llamo Barbara Thimons, tengo 16, y soy de aquí, bueno de Londres sólo que alejado de este instituto.- era simpática.-
El timbre sonó, eso significaba que cada chica debía irse a su habitación para establecerse. Me despedí de Barbara, ella hizo lo mismo conjunto a un "nos vemos luego".
Tenía suerte de que mi habitación quedara en la torre 2, iba por abecedario, claro, no tenía que caminar tanto, en cambio Barbara, debía subir aproximadamente 100 habitaciones más que yo, e ir tres torres más allá.
Al entrar ya, como todo el instituto, la habitación era grande. Me topé con una chica, esta estaba con unas legins color café oscuro y una blusa suelta clara y unos botines café. Era de piel algo tostada, con un fino color rosado en las mejillas. Estaba estirada en la cama, con su celular en las manos.
Al darse cuenta de mi existencia, se paró para presentarse e invitarme a acomodarme en la habitación.
-¡Hola! Mi nombre es Kezzy, Kezzy Torn. Tengo 16 años, ¿y tú? ¿Cómo te llamas?- me preguntó con una sonrisa en el rostro, se le veía que era simpática, creo que después de todo este año iba a ser bueno.-
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Barbara y Sofía
RomansaSofía estaba muy segura de su orientación sexual hasta que llegó al instituto, en el cuál debía quedarse un año entero allí. Barbara muy orgullosa de ser lesbiana, no se avergonzaba. Barbara comenzó a gustar de Sofía, pero no sabía si iba a ser rech...