CAPÍTULO UNO.

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No sabía como terminó mi vida para ganarmela de ésta manera, había cambiado mucho personalmente hablando

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No sabía como terminó mi vida para ganarmela de ésta manera, había cambiado mucho personalmente hablando.
Mis abuelos murieron cuando cumplí los dieciséis y desde ese día tuve que depender de mi misma y de nadie mas.
Tuve que pasar por muchas etapas, la mas dolorosa fue intentar olvidar el trato que hicimos con los perdedores. Era imposible que ese payaso vuelva, y no quiero volver a pelear y arriesgar mi vida con eso.

¿Me olvidé de Bill?

Oh, claro que no, no olvidé al tartaja, ni si quiera un poco. No es que no lo superé, ya lo hice por suerte y no me importaba en lo mas mínimo. Tuvimos nuestros momentos lindos, no lo niego, no niego que las aventuras en Derry fueron divertidas a pesar del asesinato de mi hermano. A él todavía lo tengo en mi memoria y no planeo olvidarlo.

Entré al bar, donde allí trabajo de 'stripper'. ¿Cómo terminé aquí? ¡fácil! así me gano mas dinero, lamentablemente. Vender mi cuerpo por billetes no es nada bueno, ya varias veces intentaron pasarse conmigo pero yo no lo permitía. La música 'electro' apareció en mis oídos y me saqué la chaqueta ya para ir a bailar y hacer mi "trabajo". Me quedé en  un vestido suelto pero provocador para verme mas sexy, claramente era un estilo de uniforme por parte del dueño.

-Hola fortachón.- saludé al camarero, me miró y sonrió, le devolví la sonrisa y tomé alcohol.

-La gran Camila Jones, la gran estrella de éste bar. ¿Qué te trae por aquí?- saludó.

-¿Eres imbécil o qué? Vengo a ganarme la vida, ya sabes, no todo se consigue estando en casa sin hacer nada.- me encogí de hombros y subí al escenario para bailar.
Todos gritaban, chiflaban e 'idolatraban'. No era por presumir pero yo era buena en esto.

-¡Jones!- la voz del dueño hizo que me detuviera y bajara de allí.

-¿Qué sucede?- pregunté.

-Es tú teléfono...- respondió tendiendomelo, lo agarré y lo coloqué en mi oído.

-¿Hola?-saludé mientras me sentaba en un asiento.

-Hola Cami.- saludó una voz varonil demasiada desconocida para mi.

-¿Quién es y por qué sabe mi nombre y yo no sé el tuyo?- pregunté algo confundida.

-¿En serio no me reconoces? Soy Mike Hanlon.

-¡Oh, Mike! Tanto tiempo, ¿pasó algo? ¿me extrañas? lo sé, pasó demasiados años desde...- me callé, me había acordado.

-Si, pasó mucho. ¿Recuerdas el pacto que hicimos?- miré la palma de mi mano donde ahí tenía una cicatriz.

-...Claro.

-Bien, debes volver a Derry.- dijo y tragué saliva.

-¿Por qué?

-Eso volvió.- al escuchar aquello mi piel se erizó y quedé helada.

-¿C-Cómo? No...No puede ser.

-Ojalá que no sea cierto, pero hemos prometido que ibamos a regresar si Pennywise estuviera vivo, y lo está.

-...¿Cuándo tengo que ir?

-Mañana, nos reencontraremos en el restaurante chino de Derry.

-B-Bien, adiós Mike.

-Adiós Cami, gracias por aceptar.- cortó la llamada y suspiré tapando mi rostro con las manos preocupada.

-¿Sucedió algo, señorita Jones?- preguntó el dueño.

-No, no pasó nada. Iré a tomar aire si no es ninguna molestia.- me levanté y agarré mi abrigo para salir a tomar aire, saqué la caja de cigarrillos y prendí para después ponerlo en mi boca e ir a mi casa a preparar mis cosas.

Entré y guardé la ropa necesaria, ya al terminar me acosté en la cama y dejé retirar el humo de mi boca. Mañana debería renunciar al trabajo, ir al autobús e ir directo a Derry. Iba a costar dinero pero me daba igual, una promesa es una promesa.

Y luego me puse a pensar...¿en qué lío me metí?

-Mierda.

-Mierda

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𝗦𝗧𝗔𝗬 - 𝗯𝗶𝗹𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora