𝗦𝗧𝗔𝗬 - 𝗯𝗶𝗹𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵

CAPÍTULO DIEZ.

Llegamos.

—¿Se encuentran bien?— pregunté mirando a los chicos ya cuando bajaron. Asintieron y sonreí.

—¡Es por aquí!— nos avisó Mike, lo miramos y estaba pasando por un lugar muy estrecho.

—¿Puedes pasar por ahí? Digo...¿Podemos pasar por ahí?— hice una mueca.

—Claro que sí...— respondió y pasó, me acosté en el suelo y me arrastre para pasar por ahí. Por suerte pasé al igual que todos.

Empezamos a caminar hasta llegar a un lugar bastante horrible, peor que el lugar donde destruimos a Eso.

—Aquí es en donde se escondió.— nos mostró Mike.

Empecé a inspeccionar el lugar y me agarré de la mano con Bill. 

Denbrough acarició mi mano con su pulgar, sentí tranquilidad...

—¿Todo esto estuvo abajo de Derry desde siempre?— se sorprendió Eddie.

—No desde siempre, unos millones de años.— corrigió Mike.

Nos pusimos en ronda dentro de la gusrids de Pennywise.

—Solo...se puede atacar en su forma verdadera. El ritual nos enseñará.— contó Hanlon.

—¿Y cuál es su forma verdadera?— Ben miro a Mike.

—Espero que un perrito.— miramos a Richie.— Un pomeranio...— bromeó.— Mejor me callo.

—Es luz, una luz que debe apagarse con la oscuridad.— Mike tiró combustible en la cosa esa que era necesaria para el ritual y después prendió fuego un fósforo, lo tiró y empezó a hacerse fuego. Se levantó y se alejó.— Sus artefactos.

Metí mi mano en el bolsillo y saqué el collar que me hizo Luke.

—Lancenlos al fuego, que el pasado arda con el presente.

Todos sacaron sus artefactos.

—Éste es el barco que hice con G-Ge...Georgie.— mostró el barco de papel y lo tiró al fuego.

—Es el collar que hizo mi hermano cuando era pequeña.— todos me miraron y sonreí.— tienen las letras de mis hermanos y la mía...ojalá hubiese apreciado más éste collar.— suspiré y lo tiré al fuego, Beverly puso su mano en mi hombro sonriéndome.

—Éste es mi inhalador— nos mostró Eddie. Lo miramos y lo usó por última vez.

—Ya por favor...— se quejó Richie. Eddie tiró su artefacto al fuego.

—Algo a lo que me hubiera gustado aferrarme...— nos mostró Bev una carta para después tirarla.

—Eh...es una pagina de mi anuario.— habló Ben llamándonos la atención.— Solo una persona lo firmó. Probablemente debí olvidar pero...no pude porque lo guardé en mi billetera durante... veintisiete años.— contó y lo tiró.