CAPÍTULO SIETE.

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Seguí corriendo, sacando mis lágrimas. De repente escucho una voz cerca del parque por lo cual me detuve y vi a Bill hablandole a la alcantarilla, la misma alcantarilla donde Pennywise se llevó a Georgie en mi presencia...

—¡Dame la mano!— se le escuchó.

—¿Bill?— me acerqué de a poco hasta que veo como lo jalan hacia adentro.—¡Billy!— ésta vez no quería que suceda de nuevo, así que corrí hacia él y lo agarré del brazo jalandolo hacia mi pero la cosa que lo tenía era mas fuerte que yo.

no digas eso, se puede repetir lo que sucedió hace veintisiete años atrás.

Empecé a forcejear mas fuerte hasta que lo soltaron, ambos nos tiramos al suelo por la fuerza.

—¡Te odio!— le gritó a la alcantarilla, se escucharon risas de niños ahí.—¡Te odio!

—Bill...— lo levanté y me abrazó fuertemente, correspondí al abrazo y le acaricié la espalda.

Escuchamos una tos bastante falsa y nos separamos, era el niño que vimos en el restaurante chino.

—¡M-Muevete!— Bill agarró al niño y lo alejó de la alcantarilla, yo los seguí rápidamente.— Si oyes voces que vienen de la alcantarilla aléjate de ella.— ordenó.

—¿Oyen voces en la alcantarilla?— preguntó confundido el niño.

—Si.— asentí yo.

—No...— negó Bill, los dos nos miramos y suspiré.— N-no...solo ... aléjate de ahí. ¿Si?— Bill agarró la bicicleta y la levantó.— Te llevo.— se ofreció y asentí.

—Oigo voces en la bañera.— confesó y lo miramos preocupados.— Se oyen en el desagüe...

—¿Q-Qué clase de voces?— pregunté.

—De niños y otras veces son...

—¿De un payaso?— preguntamos al unísono. El niño asintió con la cabeza. Bill se acercó al niño y se agachó a su altura.

—Escuchame, presta atención, tienes que irte de Derry. Dile a tus padres, inventa una razón inventa una mentira, no me interesa que hagas pero debes convencerlos que no vuelvan. ¿Entiendes?— empezó a samarearlo.

—Bill cálmate...— ordené.

—¡Deja a Derry y nunca regreses! ¿¡Escuchaste bien!?— me ignoró.

—Iremos al festival...— contó el niño.

—¡Dime que entiendes!— gritó, ya después lo soltó.

—Debo ir al festival...me tengo que ir.— puso la patineta en la calle y empezó a irse.

—Solo...ten cuidado.— avisé. El niño me miró y después se fue.

Bill y yo nos miramos.

—No era una buena forma para decirle que se tiene que ir de Derry, Bill.— lo regañé levantándole la bicicleta.

—Solo...no quiero que al niño le pase algo.— se subió.

—¿Tú crees que pueda subir atrás?— miré dudosa.— Mejor vayamos caminando, total estamos cerca de la biblioteca.

—Si, tienes razón.

Empezamos a caminar en un silencio incómodo.

—¿Y-Ya encontraste el artefacto?— preguntó mientras caminaba con su bicicleta al lado.

—Si...¿y tú?

—También.

Lo miré.

—Vi a Pennywise, Bill...— confesé, éste me miró rápidamente y redujo la velocidad.— Lo vi con Luke y S-Sally. Por...por primera vez vi como era mi hermana.— miré al suelo.

—¿No te hizo daño, ni nada?

—No, pero...pero temí por mi vida. Creí que me iba a descompensar allí o no sé, odio esto. Sé que prometí que iba a volver a Derry para vengar a mi hermano pero...pero tengo miedo de nuevo, Bill. Tengo miedo que las muertes que vio Beverly se hagan realidad.

—No va a p-pasar eso...

—¡¿Y cómo estás seguro?!— grité mirándolo.

—¡Porque estoy yo para protegerte!— devolvió el grito. Me sonrojé.— N-No te va a pasar nada, debes estar tranquila.

—No solo hablo de mi, ¿y si te pasa algo a tí? ¿O a Richie? ¿Eddie? ¿Mike? ¿Bever...

—Ya basta Camila, si sigues pensando en eso  te volverás loca.

—Lo lamento.— me disculpé.

Los minutos pasaban y decidí cambiar de tema, no quería tener un silencio incómodo.

—¿Qué tal tu vida?— pregunté.

—Bueno, como sabrás, soy escritor. Tengo esposa...— y luego dejé de escuchar lo que estaba diciendo.

Bill...¿Bill tenía esposa? ¿Cómo puede ser?
Solo miraba como hablaba, pero no le prestaba atención, no sabía porque pero me sentía mal. No lo debería estar, Bill y yo ya no somos nada, él tiene su vida y yo la mía...pero al menos ... él no miente.

—¿Cami? ¿Estás escuchandome?— empezó a sacudirme.

—Oh, si ... eh, ¿qué?— rodeó los ojos.

—Te pregunté que tal la tuya.

—Pues, yo...en realidad no trabajo como mesera en un bar. Soy...Soy stripper.— desvié mi mirada avergonzada.— Y no preguntes como terminé así, ni si quiera yo sé. Todo esto de mis abuelos y mi hermano me rebajó demasiado y más cuando me fui de Derry... Mis abuelos murieron cuando cumplí los dieciséis y desde ese entonces me crío yo sola. Y ya cuando tenía unos treinta años empecé con el trabajo éste porque no ganaba mucho dinero en otros trabajos.— conté.— Lo sé, soy inservible. Siempre lo fui.

—Cállate...— se detuvo y me detuvo también a mi.— No eres inservible, nunca lo fuiste Cami. Eres importante para mi y no permitiré que te trates de ese modo. Eres perfecta tal como eres.

Sonreí al escuchar eso.

—Ugh, eres tan cursi, Denbrough.— intenté sacar lo amoroso a un lado.

—¿A caso no puedo hacer que mi primer amor se quiera a sí misma?— me miró divertido.

—Oh, cállate. Mejor vayamos, se nos hará tarde y se preocuparán.— reímos y seguimos caminando.

𝗦𝗧𝗔𝗬 - 𝗯𝗶𝗹𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora