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Martha había llegado a la mansión a la misma hora de siempre, abrió las ventanas para que el aire entrará a la cocina y se puso enseguida a cocinar el desayuno para Mike y su jefe. Mientras preparaba el té, se puso a tararear una canción que le enseñó el joven rubio, según el era la canción principal del circo Hullabaloo.
De repente, unos fuertes ruidos se escucharon detrás de la puerta de la cocina . La ama de llaves se detuvo de realizar sus quehaceres y giro su atención donde provenía el ruido. La puerta se abrió de par en par, y un estruendo resonó por toda la habitación asustando a la mujer.

–¡¡Martha!!–grito, el de la capucha.Sus manos temblaban al igual que todo su cuerpo, aquellos ojos hostiles  cambiaron a unos llenos de miedo, como si estuviera recordando su pasado en la guerra. –Tenemos un gran problema, ven.

La mujer siguió los pasos de Naib, quien la llevó hacia la puerta principal. Donde se encontraba Williams y Víctor, este último tenía un rostro pálido, ambos observaban al final de las escaleras. Donde, se escuchaba la voz del millonaria gritar desesperadamente el nombre del menor, además se oía como este abría las puertas y destruía todo lo que había dentro de las habitaciones.

–¿Que ocurre? – preguntó Martha al llegar al lado del moreno, este no quito la mirada hacia arriba.

–Mike... – Williams tenía la voz temblando y sus ojos estaban como plato. Trago saliva para continuar con la frase que tanto le costaba decir.–...escapo de la mansión.

La ama de llaves no lo podía creer, su niño por fin, después de tantos años, se libero de las garras del millonario. Su pequeño e inocente corazón se lleno de tantas emociones que exploto  en lagrimas que recorrieron por el rostro de la mujer.

–¡¡Mike!!–el grito desgarrador de Norton se escucho en las escaleras. El hombre bajo apresuradamente los escaleras, al llegar al final de estas se dirigió al grupo con pasos apresurados.
Los empleados se atemorizaron por la actitud extraño de su jefe. William, se escondió detrás de Naib, quien se puso en posición defensiva. El de capucha, sabía muy bien que el Moreno era el juguete favorito del millonario para "desestrezarse". Pero, el hombre los ignoro y se dirigió hacia el rubio de ojos color miel. Puso una mano encima del hombro de Víctor y con una mirada llena de locura y con el rostro lleno de gotas de sudor le dijo lo siguiente:

–¿Dónde está Mike?

–¿Mike? ¿No está en tu habitación? –fingió. – La última vez que lo vi fue con Luchino, ellos habían salido de la habitación y se dirigieron hacia el patio, estaban conversando sobre algo de una marca en el trasero de Mike... Primo ¿De que marca se refería ?

–¿A que hora fue eso?– preguntó, Norton.Su voz sonaba a una más hostil, sus ojos se llenaron de furia y su sangre ardía. Tenía un mal presentimiento en lo que había dicho su primo, pero aún así quería creer un poco en el biólogo.

–Cuando terminaron de jugar ustedes dos en la habitación... Si, si, a ese juego donde comienzan a saltar en la cama y gritan sus nombres–contestó de forma inocente, Víctor. El rostro de los demás empleados se pusieron rojo como tomate, mientras que William se resistió de morir de tanta ternura por la inocente respuesta del rubio.–¿Que ocurre con eso, primo?

Silencio.

Los empleados de la mansión se alejaron del millonario, Víctor copio la reacción y se quedó al lado de la estatua de Apollo, que tanto se parecía a su padre. Todos observaron al hombre convertirse en una despiadada bestia. Una vena cruzó por todo la frente de Norton y el crujir de los dientes se hizo presente pero más potente. Cuando Norton subió la mirada en dirección a la puerta principal, sus ojos se veían de un color rojo, como si fueran dos hermosos rubí. Camino hacia esta y la abrió de par en par, haciendo un fuerte sonido.
Los pájaros al escuchar el estruendo dejaron de cantar y se pusieron a volar lejos del recinto.El sol se escondió entre medio de las nubes negras que se avecinaban desde el sur, no quería ver lo que le ocurriría a las personas que habían traicionado a la bestia. Un fuerte viento cruzó los girasoles, llevándose la flor que le había puesto Mike a la tumba de la madre de Norton, la elevó hasta los pies del millonario, donde este se agachó para recogerla y se le quedó observando por un rato.

–¿Como te atreves a llevarte a mi pequeño, maldita lagartija?– apretó con fuerza el girasol, hasta el punto de destrozarlo y lo tiro a un lado,como si de una basura se tratase.–¡William,traeme el revolver!

El mencionado obedeció a la orden y corrió en dirección al salón principal en busca del objeto.
Víctor se acercó a la puerta principal junto a los otros dos empleados, para mirar la maravillosa escena que había creado. Intento resistirse a su excitacion, pero el cuerpo le temblaba y un fuerte cosquilleo se sintió en su entre pierna. Giro su mirada a los dos empleados, esperando a que no se diera cuenta. La ama de llaves estaba muy concentrada en la rabieta de su jefe que no se percató que el joven estaba a su lado, su cuerpo se quedó tieso al girarse al de la capucha, este tenía los ojos clavados en el y su mirada era hostil y llena de desconfianza. Naib sospechaba. Iba a decir algo, pero el empleado giro su mirada a otro lado al vislumbrar cómo una silueta se acercaba detrás de Victor

– Mi sol–la voz del albino apareció de repente, asustando al joven. Víctor, por reacción, le dio un golpe en el rostro al otro hombre.

Idiota, ¿Que haces..? – los empleados se le quedaron observando, el rubio se aclaró la voz y con una sonrisa falsa fingió abrazar a Andrew.– Andrew, mi luna ¿Que haces aquí?

–Vine a apoyarte en el asunto.

–¿De qué asunto hablas, mi luna? –Víctor le apretó la mano con fuerza al albino para que dejara de hablar sobre el plan. Este, se resistió a gritar y con una sonrisa respondió "sobre apoyarte en la muerte de tu tía Mary". –No te preocupes, estoy bien. Hay problemas peores que eso, Luchino se volvió loco y rapto al novio de mi primo.

Víctor soltó una mirada furtiva hacia Andrew, indicando que el plan iba en buen camino. El albino sólo sonrió y le dio un tierno beso en la frente del joven. Este, aún no se acostumbraba al contacto físico de su nuevo novio, se estremeció y sus mejillas se pusieron de un tono rojizo.
Andrew estaba decidido de darle algo más que un simple beso en la frente blanca del menor, quería algo más, quería un beso tan potente que dejara al rubio sin aire. Estaba tan cerca, hasta Víctor acercó más sus labios para recibir al invitado, cuando William salió de la mansión apresurado con el objeto que le pidió Norton, no había visto a la pareja y sólo la empujó, dejando al rubio encima de Andrew. Gracias al gran equilibrio del albino pudieron no caerse.

–Aquí tiene, Mr. Mole– indicó William, al llegar al lado de su jefe. Este miró el revolver y lo tomó con cuidado, este estaba oxidado y tenía sólo cuatros balas. Aquel sucio y viejo revolver era una reliquia familiar, prometió nunca utilizarlo en su vida, pero en esta ocasión rompería promesas para recuperar a su niño, hasta quebraria la amistad entre Luchino y el.

"Esto se va a poner bueno" susurro en el oído del albino, Víctor.



El biólogo se encargo de cocinar un buen desayuno a Mike, le preparo un vaso de leche y un trozo de pan, no tenía nada para acompañar a este porque su sueldo no le alcanzaba  para esos lujos. Camino en dirección a su habitación, donde se alojó el rubio por la noche. En medio camino tuvo que parar por un fuerte dolor que tenía en su espalda por haber dormido en su sofa.
Cuando entró a la habitación, un sonriente joven lo recibió.

–Buenos días, pejelagarto– saludo en un tono bromista, Mike.

–No debí haberte dicho sobre la clonacion de lagartos que había hecho–contestó, Luchino. Dejó el vaso y el pan en una mesa cerca de la cama, luego se sentó al lado del rubio quien se acercó para darle un fuerte abrazo.

– Gracias, Luchino–Dijo, Mike. Su voz sonaba más débil y sus ojos se cristalizaron. – Pero, debo regresar con Norton o sino tu vida está...

–No te preocupes de mi, me puedo defender solo. Pero tu... No puedes, tienes mucho miedo de Norton que no eres capaz de razonar y solo piensas que eres de su propiedad– Luchino agarro del mentón al menor, para elevar su rostro y poder verlo. Se quedaron observándose a los ojos por unos minutos.– Quiero oírte decir "No soy propiedad de Norton"

Un fuerte dolor apareció en la garganta del rubio, le apretaba, era como si alguien lo estuviese ahorcando. Tenía miedo, sentía como detrás suyo estaba una imagen del millonario, podía hasta oler su perfume y escuchar su voz que le gritaba... ¿Luchino?

–¡Luchino, hijo de perra, sale de tu escondite! –La voz grave de Norton apareció afuera del recinto del biólogo.
Mike se levantó como si fuera "zombie" y arrastró sus piernas en dirección a la puerta principal, era como si el rugido de la bestia lo controlará. Estaba a punto de girar la perilla, cuando Luchino se interpuso y con una mirada seria le indico que volviera a su cuarto. 

Mr. Mole:La rosa y la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora