CAPITULO 4

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CAPITULO EDITADO

Una semana después...

Ha pasado del ataque del aeropuerto. Los negocios hasta ahora van de maravilla, Pavel siempre me cuenta cosas de la chica, como si me importara.

El ataque del aeropuerto fue solo por despecho ¿Qué?

Mi madre acaba de morir y tenía que sacar lo que llevo dentro. Siento ira, impotencia, no puedo creer que ella, la mujer que me dio la vida falleciera, era mi todo y ahora no está.

Escucho que tocan la puerta varias veces, pero ignoro y sigo toman de mi bebida, entran en la oficina y levanto mi vista, observo a Alejo quien está frente mío, me quita la botella de mis manos y gruño, me levanto de la silla para enfrentarlo.

— ¿Qué diablos te pasa, Mijaíl? — pregunta enojado comienzo a llorar como un niño pequeño cuando le quitan un dulce. Él se queda callado, no habla solo se queda sentado en la silla que está frente mío.

— Lo siento Mijaíl, lo siento tanto. Sé que no he sido un buen hermano mayor, no pude defenderte de las garras de mi padre — habla Alejo, pero le hago una seña para que se calle ya que no quiero escuchar mas excusas por parte de él.

— Yo no quiero tus disculpas ni mucho menos que estés conmigo en estos momentos, prefiero que te vayas ahora mismo y me dejes en paz, para poder embriagarme — me pongo más furioso de lo normal.

Mijaíl yo... — interrumpo.

— Todos ustedes me abandonaron cuando más lo necesite; papá ordenándome lo que tengo que hacer, mis hermanos me abandonaron, la única que tuve en mi vida era a mi madre. No tengo a nadie — digo llorando como un niño. Mi hermano se va sin decir ninguna palabra.

Me doy cuenta de que siento culpa por todo lo que está pasando. Siento que debería de ver a la mujer que hice daño por mis impulsos de niño.

— Pavel — grito y enseguida viene.

— Quiero ir a visitar a la chica — hablo tomando todo mi trago y asiente varias veces, pero no está asustado.

Ese hombre trama algo y quiero saber que es. Conozco a Pavel y el me conoce a mí, hace años que trabaja para mí.

Minutos más tarde...

Llegamos al hospital donde se encuentra, Pavel saluda con una sonrisa a la recepcionista que me mira con curiosidad y ruedo los ojos con irritación.

No tengo tiempo para mujeres.

Nos encaminamos hasta la habitación y se detiene mi mano derecha frente a un vidrio.

— No podemos entrar señor, sólo podemos verla desde aquí — explica, asiento en silencio porque me siento como la peor persona del mundo al observarla con las máquinas.

— Ella está en coma hace una semana por las balas que le extrajeron, los doctores dijeron que va a despertar, pero no se sabe cuándo — cuenta.

Ella pude ser mi madre ¿acaso me vuelvo débil? Me siento en la silla, tapo mi rostro.

— Esa chica era la que me mandó a la mierda en el aeropuerto, esa chica no me tuvo miedo por primera vez me diento como una mierda, Pavel. — suelto en shock. El no dice nada, solo me escucha lamentándome.

— Cuando despierte quiero que la lleves a la mansión, la cuidaremos como signo de arrepentimiento. Pavel quiero cambiar por mi madre, pero ¿Cómo lo hago? — admito mirando a la chica.

— Tal vez la chica lo cambie a usted, pero creo que debe tener paciencia. Ella no es como nosotros, ella es diferente — explica y miro a la chica.

— ¿Sabes su nombre? — pregunto sin despejar la vista.

— Se llama Nicole Bachs — responde y asiento.

— Quiero información de ella — ordeno, pero el me mira.

— ¿No es mejor que la conozcas sin investigarla? Trata de conquistarla señor — sugiere.

Pavel siempre tiene las palabras correctas en su boca también se que el investigó a la mujer por mí así que confío en mi amigo. Si el confía en ella, tratare de acercarme a ella poco a poco.

— Tienes razón, espero que ella me perdone por lo que hice — afirmo y suspiro.

— Vamos a casa Pavel, vamos a casa — repito.

Estoy cansado de sentirme como mierda ahora mismo.

Príncipe del engaño (#1 PM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora