Príncipe del engaño (#1 PM)

CAPITULO 7

CAPITULO EDITADO

Nicole

¿Quién se cree que es?

Todo esto es muy confuso para mí por los meses que han pasado, me pone irritada todavía recordar que ese hombre choco conmigo y se cayó su café en mi ropa de entrevista luego de un mes sin trabajar mi jefe me despide sin ninguna razón.

También me irrita que los primeros minutos de venir a Italia a hacer mi vida estaba en un atentado con una herida de bala que casi me mata cuando me despierto.

Por último, me encuentro de nuevo con Pavel, mi príncipe azul quien le he conocido en el mes que estuve trabajando en esa empresa. El me trae en esta casa, pero el problema es que resulta ser del odioso hombre con el que choque y me manda a la mierda.

¿Porque me ayuda? ¿para que quiere hacer una obra de caridad conmigo?

Subo las escaleras de nuevo con tranquilidad, al entrar a la habitación donde estoy, saco mi maleta empiezo a recoger todas mis cosas hasta los medicamentos que el doctor me ha dado.

Escucho que tocan la puerta y me doy la vuelta, Pavel está frente a mí con los brazos cruzados.

—¿Se irá? — pregunta con un tono preocupado y asiento sin decir nada tampoco lo dice él.

Es lo mejor ¿No?

— Déjame ayudarte, no puedes cargar nada pesado. Llevaré su maleta hasta el taxi — habla.

— Muchas gracias, Pavel — respondo con un tono bajo, la baja mi maleta en la entrada principal.

— Gracias por todo incluso por ayudarme en el hospital, no tengo a nadie aquí ni siquiera a mis amigos o familia — agradezco.

— No es nada, Señorita. Fue un placer conocerla ¿quiere que le acompañe hasta el hotel? — pregunta y niego con una sonrisa, observo que mete mis maletas en la cajuela del auto, sin pensar dos veces abrazo a Pavel, se pone tenso, pero me separo de él.

— Muchas gracias — repito de nuevo y el solo asiente con la cabeza, entro y el me cierra la puerta como todo un caballero.

Minutos más tarde...

Llegué a un hotel cuando entro pido una habitación por dos semanas lo suficiente para ser un reposo completo indicado por el médico, buscaré un trabajo digno para mí y más adelante un departamento.

Me recuesto por la pared del ascensor cuando abre, el botones del hotel que lleva mis maletas me ayuda a llegar hasta mi pieza, abre la puerta y deja primero en la cama, se retira un rato y trae mis maletas.

— Muchas gracias — agradezco, se retira de la habitación cerrándola

¿Qué hago ahora?

Enciendo la televisión y cambio de canal cada rato, bufo sonoramente al notar que no hay nada en la televisión.

Mijaíl

Después un día muy atareado cuando estoy frente a la casa, bajo del auto y observo a Pavel.

— Buenas noches Pavel ¿Alguna información? — pregunto con interés.

— La señorita se fue a un hotel señor — avisa con un tono serio.

¿Qué quiere que haga? Por algo se habrá ido ¿No? Debo admitir que siento un nudo en mi garganta, no sé cuál es el motivo la verdad tampoco no me interesa descubrirlo.

— Señor ¿No cree que tenemos que ayudar a la señorita? — pregunta siguiendo mis pasos, me paro en seco.

— ¿Por qué haríamos eso? — cuestiono con irritación

No tengo idea del porqué Pavel se preocupa por ella. Me quedo pensativo al ver que mi mano derecha no me dice nada concreto, sigo mi camino hasta la cocina.

— ¿Quieres comer algo? — pregunta mi mano derecha, pero mis pensamientos solo tienen muchas preguntas.

¿Será que la chica está bien? ¿Comió algo? ¿Necesita ayuda en algo? ¿Porque me preocupo por ella ni siquiera la conozco?

— Señor ¿Se encuentra bien? — interroga preocupado mi secretario y lo miro.

— Pavel ¿Cómo se llamaba la chica que se hospedaba aquí? — pregunto interesado.

— Nicole Brooks, señor — responde.

— ¿Sabes en qué hotel está? — cuestiono.

— Así es – contesta y me indica el hotel.

— Vengo en un momento — hablo

¿Por qué tengo la sensación o un sentimiento que debo proteger a esa chica?

Narrador desconocido

— Señor — llama mi atención un empleado mío.

— ¿Qué pasa? — pregunto

— La señorita Brooks no se quedó en la casa del Romanov — avisa y aprieto mi puño.

Tenemos que hacer algo, el príncipe del engaño tiene que tener una debilidad cuanto antes, no puedo permitir que me quite el puesto de rey de la mafia italiana.