Huevo Troll [Broppy]

Parte única

[Aclaración; aquí cambiaré los tiempos, los sucesos de la primera película pasarán cuando Poppy tenía diecinueve años y Ramón veintiuno]

-Reina Poppy, ¿Cómo nacen los bebes troll?

...

¡GOMITAS!

Ser maestra en el jardín de infantes en la villa sí que es trabajo difícil. Los niños tienen mucha curiosidad por la vida que los rodea y aunque me gustaría dejarle esa pregunta incomoda a sus padres, como princesa no puedo negarles educación. ¡Se supone que fomento la curiosidad!

Podría explicarles cómo se hacen los bebes troll... Si tan solo supiera.

Si, lo sé, tengo diecinueve años y no sé cómo nos reproducimos. Es que tener esta charla con mi papa es tan... incomodo. El siempre intentó de hacerlo lo más fácil y llevadero posible, pero en cuanto lo intentaba yo salía corriendo, me colocaba unas gomitas en los oídos y empezaba a cantar.

Lo único que sé, es que mágicamente el troll tiene un huevo en su melena. Y que puede pasarle tanto a la mujer como al hombre.

Por suerte la hora de abrazar me salvó de esa pregunta incomoda, anunciando que la clase ya había acabado y que los pequeños se irían con su padres. Nunca me sentí tan feliz de que termine mi día de trabajo.

Había quedado con Ramón en su bunker para ver unas películas, por lo que peino un poco mi cabello, paso por casa de Cooper a pedirle unos pastelillos y me dirijo al hogar de mi novio. ¿Quién diría que él, el troll raro y gris de la villa, y yo, probablemente la más hiperactiva, terminaríamos juntos?

Pero luego de pensarlo un tiempo me doy cuenta que no es raro en lo absoluto, atrás de la imagen sobreprotectora y paranoica de Ramón, hay un trolll dulce y atento con voz de ángel que complementa mis canciones en perfecta armonía. Tarde o temprano me terminaría enamorando de él.

Cuando llego a la entrada de su búnker, pongo la contraseña que me enseñó para que pudiese entrar cuando quisiera, "GaryChocolatoso". Adoro usar el teclado, ¡los botones hacen una melodía pegajosa!

Cuando por fin entro y bajo por el ascensor, él ya me estaba esperando con unas cuantas películas sobre la mesa y palomitas.

-Hola ChiquiRamón – me acerco a él y le dejo un beso en los labios mientras me recuesto a su lado – estoy exhausta.

-Hola Poppyfer. ¿Otra vez te hicieron preguntas extrañas? – ya era costumbre en nosotros que yo llegara de hacer mis tareas reales y el me consienta en su casa o en la mía, dándome un tiempo de relajación y descanso. A menos que me acompañara, en ese caso ambos terminábamos muertos.

-Si...

¿Sería muy extraño preguntarle a él ese gran misterio para mí? Es decir, recién llevamos unos meses saliendo y a pesar de que lo ame con todo mi corazón, puede que las cosas se pongan incomodas. ¡Vamos! Le preguntaré, mi curiosidad es más grande.

-Oye... Acaso tu sabes algo sobre... ¿Cómo se hacen los huevos trolls? – pregunto algo avergonzada. Seguro pensará que soy una niña pequeña por no saber de estas cosas. Pero su cara se convierte en una de confusión.

-Ahora que lo mencionas, no lo sé. Nunca tuve a nadie que me diera esa "charla" – encoje sus hombros en señal de indiferencia mientras pone play a la película.

-No te gustaría... ¿averiguarlo?

-¿Qué tal si vemos la película y luego vamos a la biblioteca? – me sonríe.

Y dicho y hecho, nos acostamos en su sofá, yo sobre él, e intentamos ver la película de suspenso que había puesto. Pero al rato me aburrí, no habían bailes, nadie cantaba ni abrazaba. Solo personas gritando y un misterio que no logró atraparme del todo. Pero Ramón si parecía bastante enganchado, por lo que decidí molestarlo un rato.