Huevo Troll [Broppy]

Holly

Todo iba bien para nuestra familia favorita. 

Ya había pasado casi un año desde el nacimiento de sus pequeños y no podían estar más felices; amaban verlos crecer y convertirse en trolls ejemplares, llenos de felicidad y amor para dar. Poppy estaba intentando inculcar sus dotes de princesa, y Ramón se aseguraba que supieran todo lo necesario para mantener una vida divertida y segura al mismo tiempo. 

Aún no habían planeado su boda, habían decidido que no había apuro para hacerlo y que podían tomarse todo el tiempo necesario para que Ramón aprendiera a ser rey y que los niños fueran lo suficientemente grandes para recordar ese gran momento. 

Hoy era un día de entrenamiento, pues llegaba un grupo de trolls de country que habían decidido mudarse a Villa Pop y ellos como reyes, debían darle la bienvenida y asegurarse que estuvieran satisfechos con su nuevo hogar. Dejaron a Vainilla y León con Pepe, quien los llevaría a un día de pesca, no sin antes la larga lista de recomendaciones de su papa sobreprotector.

Dejar a sus bebes con alguien más seguía siendo algo sumamente dificil. 

-¡Hola! Soy la reina Poppy y estoy muy feliz de recibirlos hoy - sonríe la rosada cuando ve a los trolls nuevos bajar del orobus - y el es mi prometido, Ramón. ¡Esta en entrenamiento! - ríe un poco mientras extiende su mano hacia ellos. 

-¡Vaya! Si que es muy colorido aquí - dice uno mientras observa todo maravillado. La ciudad de donde venían no había tantos arboles y flores coloridas, era un lugar sumamente nuevo y hermoso. 

-¿Acaso les vomitó un arcoiris encima? - pregunta una niña, muy confundida de ver tantos colores en los líderes. 

-Solo es la reina exagerando con los atuendos - se queja Ramón, incomodo con la ropa que tenía puesta. Un pantalon blanco y un chaleco amarillo con brillantina, que hacía resaltar más de lo normal el color azulado de su piel. 

-¡Hola! Soy Holly, es un gusto al fin conocerlos - sonríe una troll con piel naranja y cabello celeste, que no había bajado del orobus hasta ahora - ¡Santos cactus! Miren a este hombre - sonríe mientras se acerca a Ramón, tomandolo del brazo - ¡Miren esto! Nunca había visto un troll que este tan en forma, ¿Como es tu nombre, dulzura? 

-De hecho, soy... - Ramón intenta presentarse algo sonrojado, antes de que su novia le declare una guerra. 

-¡Adoro el color de tus ojos! Combina con mi cabello.

-Holly, cariño, no creo que... - la madre de la naranja intentaba detener los halagos de su hija, ¡era el mismisimo prometido de la reina con quien estaba coqueteando! 

-Si no tienes nada que hacer hoy, podríamos ir en una cita, ¿que te parece? - sonríe Holly totalmente ajena a la situación en la que se estaba metiendo. Y Ramón solo hizo una mueca algo asustado, ya valió madres con Poppy. 

-En realidad, Holly, el esta con... - la reina intenta interrumpir esta escena. Sus músulos estaban tensos y su sonrisa estaba torcida en su rostro, intentando que todo el coqueteo hacia su futuro esposo no la afectara en sus tareas como líder. Debía dar ejemplo... Debía mantener la calma... Solo debía aclararde forma amable que aquel troll azul guapo e irresistible ya tenía una novia y dos hijos a lo que amaba con todo su corazón, y que por favor dejara de acariciar sus brazos de esa manera... 

-¡Reina Poppy! - la anaranjada nota la presencia de la reina y decide ir a saludarla - dejaremos esta charla para más tarde, corazón - deja un beso en la mejilla de Ramón. 

Ramón solo queda paralizado, sabiendo que probablemente deba dormir en la cuna con los niños por el resto de la semana por no haber parado esto a tiempo. 

Mantén la calma, cuenta hasta diez... cuenta hasta cien...

[...]

-¿Con quien dormirá hoy papi? ¡Contigo! - dice Poppy mientras mima un rato a León y cambia su pañal. 

-Vamos, amor. No puedes castigarme por algo que no hice - se queja Ramón mientras mece a Vainilla, quien se acurruca más en los brazos de su papa quedandose dormida. 

-Papi debió haber alejado a esa troll entrometida y no dejar que lo bese - ella no dejaba esa voz infantil mientras hablaba con su hijo, negandose a dirigirle la palabra a su novio. 

-¡Papi! - ríe León mientras lo señala. Aún estaban aprendiendo a hablar, habían aprendido a llamar a sus padres y decir palabras cortas como jugo, dulce, y pequeñas frases inentendibles a los oídos de los reyes. 

-¿Qué debo hacer para que dejes de estar enfadada? - pregunta resignado. La reina celosa era dificil de ganar, pero no imposible. 

-Papi tendrá que ir personalmente a decirle a Holly que ama a su reina - sigue Poppy hablando hacia su hijo, como si todo fuera un juego. 

-¿De verdad me dejarás ir solo y te arriesgarás a que coquetee conmigo? - pregunta algo sorprendido.

-Mami mejor ira con papa. 

[N/A: TENIA QUE HACER ESTO JAJAJAJAJAJAJAJAJ bai]