Blakê (El Hobbit)

Capítulo II

"Quiero que Blakê se una a la Compañía"

Esas palabras se le habían quedado grabadas en la mente del próximo Alfa, el mago quería que su hermanita se uniese a esa peligrosa misión. No quería decirlo en voz alta, pero sentía miedo, miedo de que su pequeña (a sus ojos) Blakê no volviese de aquel viaje y que le fuera informado que había perecido salvando a esos enanos.

- ¿Qué quieres qué?.- Nalaê quería pensar que había escuchado mal las palabras del mago.

- Quiero que Blakê se una a la Compañía de Thorin Escudo de Roble.-

Y lo dijo, las palabras que quería haber escuchado mal fueron repetidas. Sabía que su hermana era una excelente guerrera, pues se lo había demostrado varias veces y próximamente con el nombramiento de nuevo Alfa, ella sería nombraba Capitana de la Guardia del Sur.
Blakê, quien se mantenía en silencio observaba el rostro de Gandalf, el cual se mantenía serio y con ligero toque de confianza, su vista fue a parar a su protector hermano, que su rostro estaba más congelado que una roca, ella sabía que él se oponía totalmente a que fuera a aquella misión. Su mente vagó en todos los recuerdos que tiene con esos tres enanos, Thorin, Kili y Fili. Siempre había estado para ellos, ella había ayudado los enanos cuando la necesitaban y viceversa, había peleado junto a los enanos cuando Moria fue invadida, había sido el pilar de Thorin cuando su abuelo fue decapitado por Azog y cuando su padre se fue y nunca apareció. Ella siempre había estado allí. Esta vez no sería la excepción.

- Iré. Seré parte de la Compañía y ayudaré a recuperar Érebor.- el mago gris ya se esperaba tal respuesta, conocía a Blakê desde hace muchos años y siempre era muy segura de lo que hacía o decía.

- ¡Ennë nâh gäith, Blakê! (¡No pienso dejarte ir, Blakê!).- Nalaê se levantó del asiento enfadado y exclamando en su idioma, sin embargo, Blakê se mantuvo sentada y tranquila, observando el rostro iracundo de su hermano, ella esperaba una reacción así de él.

- Aë in nâra göig, Nalaê. Iliegüit neîn thîh (Puedo hacerlo, Nalaê. No me pasará nada malo).- Le lanzó una mirada que trasmitía tranquilidad, pero su hermano no estaba dispuesto a que su hermana arriesgase su vida por una simple misión.

- ! Ennë mo nëngo, dair gäh nannôn, inthilïa nannôn! (¡No van a lograrlo, es un dragón, un maldito dragón!).- el mayor de los hermanos se paseaba como león enjaulado por la habitación, sin medir sus palabras, pues su mente en ese momento no procesaba las palabras. Blakê se puso de pie y miró fijamente a su hermano, mientras el mago seguía sentado en el sillón fumando de su pipa y observando la disputa entre los hermanos.

- Nalaê, türtho ôen mi (Nalaê, confía en mí) .- tomó una pequeña bocanada de aire y prosiguió tratando de calmar a su hermano, lo que menos quería en ese momento era que su hermano perdiera el control y se transformase en un gran lobo, un lobo descontrolado es un gran peligro.- Intuëna nin, mada näi laik näinng thâ. Ai mess tiönne Meiwälê Arö, skäilê inn naïn oürth fôuigh. (Debes calmarte, nada malo me ocurrirá hermano mayor. Además soy la mejor guerrera de los Lobos del Sur, me necesitan si quieren lograr su objetivo.) - dijo lo último de forma burlona, tratando que Nalaê se calmase y su objetivo se logró.

Las facciones del rostro de su hermano se relajan y deja de dar vueltas por la habitación para volver a ver a su hermana, la cual observaba a su hermano bastante calmada. Él no pudo reprimir un sentimiento de nostalgia, su hermanita había crecido, más rápido de lo que a él le hubiese gustado, sabe que tiene que dejarla ir, que ya no puede seguir controlando su vida como una pequeña niña de 10 años, aunque a sus ojos lo seguía siendo. Ella era la única familia que le quedaba, es por eso que el miedo de tan solo pensar en perderla para siempre le atemorizaba absolutamente. Si ella muriera, él no sería nada, se sentiría ahogado en la soledad hasta el fin de sus días.