Capítulo VI

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'Ellos al sentir el sol cayendo sobre ellos tratan de correr a refugiarse, pero es tarde, pues finalmente quedan convertido en piedra.'

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El mago gris baja de la roca y camina hacia ellos con expresión seria, Bilbo había ya salido del saco con ayuda de Blakê quien todavía estaba como lobo, alerta a todo movimiento. Gandalf y Bilbo ayudaban a los enanos a salir de los sacos, mientras que Blakê parada en sus patas traseras y las delanteras apoyadas en los mangos de los troncos donde estaban el resto de la Compañía, mordía las sogas que los ataban, cabe decir que a más de uno se tensaba en su sitio cuando los colmillos de la chica estaban cerca, una simple mordida de ella podría matarlos al instante.
Cuando todo enano fue liberado, Blakê vuelve a su forma humana y se toca la espalda, hace una pequeña mueca de dolor cuando sus dedos tocan la zona central y los retira rápido, de seguro tendré un buen moretón, piensa. Thorin se acerca al mago, que observaba a sus alrededores atento.

- ¿A dónde has ido?.- le pregunta molesto, pues pensaba que si el mago no se hubiese ido, nada de esto habría pasado.

- A mirar hacia el frente.- Gandalf contesta simple.

- ¿Y por qué has vuelto?- el mago lo mira de manera amable mientras una diminuta sonrisa aparece.

- A mirar hacia atrás.- luego de un pequeño silencio Gandalf vuelve a hablar.- Los trolls nunca habían bajado tanto. Algo los tuvo que haber asustado.- agregó serio.

- No pudieron haber viajado de día, debe haber alguna cueva cerca.- le informa Thorin, recogen sus armas y van en busca de la cueva donde se supone que los trolls se ocultaban en el día.

Gandalf y Thorin lideran el camino, mientras que el resto lo siguen en silencio, Blakê camina en silencio de las últimas sumida en sus pensamientos. Bilbo iba casi en el medio del grupo, jamás se había enfrentado a algo como los trolls, solo los había leído sobre ellos en diversas historias, es en estos momentos donde comienza a pensar si realmente fue buena idea haber aceptado o no, después de un rato más se da vuelta buscando a cierta pelinegra de ojos claros, la ve en la retaguardia sola y decide ir hacia ella para darle las gracias.

- Gracias.- suelta Bilbo al apenas llegar a su lado, Blakê lo mira sin saber exactamente a qué se refiere el mediano, al notar eso Bilbo se apresura a contestar.- Por defendernos de los trolls, si no fuese por ti creo que ya estaríamos en el estómago de ellos.- bromea.

- No hay porque darlas, Bilbo.- ladea un poco su cabeza para verlo mejor.-Pero tenías miedo.- agrega luego de un rato, el hobbit la mira extrañado.- Cuando aparecí a tu lado, pude ver que te di miedo.- agrega de una forma normal, para ella era común esa reacción en las personas cuando la ven en acción.

- Oh.- se sorprende, ella tenía razón, al verla como ese gran lobo negro, el rugido que salió de su boca y ver esos grandes y afilados colmillos le habían puesto los pelos de punta.- Es solo que me sorprendió mucho verte.- hace una pausa para luego continuar.-Puede que no te conozca casi nada, pero puedo ver que estás dispuesta a proteger a los que quieres, eres una gran persona.- le dice con toda sinceridad.

Ella deja escapar una expresión de sorpresa, no se había esperado tales palabras del hobbit, pues era cierto que apenas se conocían y lo dicho por él era algo totalmente cierto.
Blakê la verdad no es muy buena para recibir ese tipo de cumplidos, a lo que solo atina a asentir en silencio con una pequeña sonrisa ladeada en forma de agradecimiento.

Solo pasan unos minutos y la cueva de los trolls se hace presente, a medida que se acercan el olor a putrefacción se hacía más fuerte, cosa que a todos le desagrada completamente, algunos bajan a ver qué es lo que hay dentro mientras que otros prefieren quedarse fuera (incluida Blakê y Bilbo), en ese lapso de tiempo Blakê aprovecha para descansar un poco, en su mente pasan diversas preguntas del porqué los trolls habían bajado tanto, hace siglos que no lo hacían y eso de una u otra forma, la preocupaba, tratando de dejar aquellos pensamientos atrás, se acomoda de mejor manera el arco y el carcaj, dejándolos ocultos por su capa. Algo la alerta de repente y se pone erguida y atenta, pisadas, muchas y muy rápidas.

Blakê (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora