Capítulo III

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'Así, Blakê echa a correr rumbo a su nuevo destino, La Comarca.'

[•••]

Gandalf había preparado una pequeña reunión con el líder de la Compañía, Thorin Escudo de Roble, para comentarle y avisarle sobre los dos nuevos miembros, el saqueador y la loba (solo que con esta última no nombraría quien era hasta que el mismo Thorin la viera en persona).

Se encontraban en un lugar tranquilo, rodeados de árboles y el sonido de un río se escuchaba por ahí, Thorin aguardaba en tal lugar desde hacía unos minutos esperando que el mago gris hiciera acto de presencia. La mente del enano divagaba en una persona en especial, alguien a quien había estado apunto de pedirle su ayuda para aquella misión. Blakê. Quería pedirle el favor de que fuese con ellos, que ayudase a recuperar Érebor, pero después se retractaba de tales pensamientos, no puedo pedirle ese tipo de favor tan peligroso, pensaba él. Blakê era una clase hermana o hija para él, no soportaría que algo terrible le ocurriera, pues no sería capaz de perdonarselo. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que dicho mago había llegado hace algunos momentos, lo observaba con atención, preguntándose qué era lo que tenía a el enano testarudo tan distraído.

- Hace mucho no te veía tan inmerso en tus pensamientos que ni siquiera notaste el momento que llegue a tu lado, Thorin.- la voz del Istar lo sobresaltó, ahora posando su mirada en la del viejo mago.

- No era nada importante.- le respondió de manera calmada.- Ahora dime por qué querías que nos viéramos.-

- Quería hablarte acerca de los dos nuevos miembros de la Compañía.- el enano le dio una mirada a Gandalf para que siguiera hablando.- Ambos miembros tendrán un papel muy importante en la misión, el saqueador y el mejor guerrero ayudarán como no te lo imaginas.- concluyó Gandalf de manera tranquila y segura.

- Somos los mejores guerreros, Gandalf, no es necesario que traigas a otro más. Con el saqueador era suficiente.- Thorin respondió medio hosco.

- Hazme caso enano insensato, todo lo que hago lo hago porque quiero que lleguen a esa montaña salvos y sanos.- Con ello se dio media vuelta y se subió a su caballo, antes de irse miró a Thorin y le dijo:

- Recuerda Thorin, que toda ayuda en estos momentos es bienvenida, no importa de quien sea.-

Dicho eso, se subió a su caballo y puso rumbo a un lugar desconocido, dejando a Escudo Roble con sus pensamientos nuevamente.

[••••]

*Un mes después*

Blakê había estado yendo a su destino sin apenas detenerse a tomar un descanso. Su forma de lobo le permitía tener mayor resistencia en la hora de tener que recorrer grandes distancias a corto plazo. Se detuvo y olfateo el aire, todo despejado, pensó ella, en unos segundos volvió a tomar su forma humana, no le faltaba mucho para llegar a la Comarca, hogar de los curiosos Hobbits. Se dijo que caminaría un tramo a pie y luego volvería a transformarse, se acomodó la capucha de su capa negra y comenzó a caminar tranquila pero siempre alerta, las aves rumoreaban que se habían visto algunos grupos pequeños de orcos rondando por ahí, no debía confiarse de la tranquilidad de ese lugar por el momento.

El entorno que la rodeaba era un amplio bosque, los árboles eran tupidos, el pasto de un bonito color verde, los pájaros cantaban y se podían escuchar el canto de algunos grillos escondidos de la luz del día. Ella se encontraba caminando fuera del camino, su olfato era su guía para llegar al hogar de los hobbits, sus pasos eran lo suficiente silenciosos para que nada la escuchase, logró aquello luego de largos y exhaustivos entrenamientos.

*Crack, crack*

El sonido de hojas siendo pisadas la alertó, su mano fue a parar a la empuñadura de su espada, se detuvo a esperar el ataque. Un grito nada humano y de furia hizo que desvaine su espada y gire sobre su cuerpo a tiempo para evitar el ataque de el orco que iba directo a su espalda. Golpeando su espada contra el arma del enemigo le dio unos segundos para agacharse y evitar otra estocada está vez directo a su cabeza, le dio una patada rápida y fuerte en el estómago del orco, lo cual hizo que se tambaleara y diera unos pasos hacia atrás, Blakê aprovechando esa distracción se acerca a paso rápido y de un solo golpe la espada termina en el cuello del orco, decapitandolo en segundos. Eso fue demasiado fácil, pensó extrañada, otros pasos muchos más rápidos se escucharon, del mismo lugar de donde apareció el primer orco, otro tres más emergieron, Blakê sujeta su espada firmemente y espera a que los orcos dieran el primer paso, los enemigos profiriendo un rugido furioso, levantaron sus armas y corrieron hacia ella dispuestos a atacarla, el primero blandiendo una especie de espada mal echa trató de darle un golpe en el hombro, el cual la loba logra esquivarlo dando una vuelta su eje y con su espada le da un rasguño en la pierna a la criatura, no tuvo tiempo para cortarle la cabeza cuando el otro orco aparece por uno de sus costados, Blakê trata de darle una estocada pero es detenida por el tercer orco que se encontraba a la espera de atacar de sorpresa, la derriba al suelo, su espada escapa de sus manos, el enemigo levanta una daga dispuesto a que llegue al corazón, Blakê es más rápida y saca de su cinturón una de sus dagas y se la entierra en el cuello al orco que la mantenía en el suelo, la criatura muere al instante, lo hace a un lado y se levanta para terminar con aquellas bestias. El orco que anteriormente había logrado hacerle un rasguño avanza hacia ella bastante enojado, mientras que el otro orco se le acerca por la espalda al mismo tiempo, ella se agacha en el momento en que ambos orcos lanzan sus estocadas a su cuerpo, se desliza de manera rápida entre ambos y con una voltereta en el suelo agarra su espada y bloquea un ataque, el orco es mucho más grande que ella, pero eso de una u otra forma hace que sea más lento y torpe en sus movimientos. Mientras que con una mano mantiene la espada bloqueando el ataque, su otra mano se dirige de manera rápida hacia su espalda, donde saca una de sus espadas cortas y se la lanza al otro orco que iba a por ella, clavándose directo en la cabeza y muriendo en el acto, al estar atenta ese tiro, se distrae y el orco aprovecha esa oportunidad para darle una fuerte patada en el estómago, Blakê pierde el aire por unos segundos y se inclina hacia delante sosteniendo su estómago con una mano, el orco avanza de manera amenazante dispuesto a acabar con lo que ha empezado. La pelinegra se estabiliza luego de unos segundos y afirma su espada fuertemente, aquel orco era mucho más fuerte que los otros, el orco da una estocada con dirección a su rostro, ella logra esquivarlo por centímetros pero se lleva un rasguño que va desde el puente de su nariz hasta el comienzo de su mejilla, nada grave según ella, a recibido heridas muchos peores, dando un puñetazo con el mando de su espada hacia la cara del orco logra desequilibrarlo un poco, por lo que sin desaprovechar esa oportunidad con fuerza le clava la espada en el pecho, directo al corazón, retira la espada de manera brusca y el orco cae muerto a sus pies. Guarda su espada en su vaina y pasa un dedos por la herida, sale sangre pero no mucha, suspira cansada, vaya imagen voy a dar, piensa. Se encoje de hombros dando un signo de "no importa" y camina hacia los cuerpos de los orcos para recuperar y limpiar sus armas.

Blakê (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora