Capitulo 7

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Al salir del aula y encontrarse con Tenten y Neji en el auto, su rostro aún seguía sonrojado y azorado por el beso. Pero al menos pudo excusar su semblante al decirles que había corrido todo el trayecto desde su salón pues tenía muchas ganas de verlos. Y aunque esto último no era mentira, el sonrojo aun así seguía siendo por culpa de aquel excitante beso que había compartido con el rubio.

Después de los alegres abrazos y saludos que les había dado a sus primos, Hinata calmó su precipitado palpitar al dejar de pensar por un momento en lo que acababa de suceder. Y entonces un recuerdo le inundo la mente por un instante.

Un recuerdo donde un pequeño rubio de seis años salía lastimado en su fiesta de cumpleaños y ella, tratando de reconfortarlo, le daba un beso para que dejara de llorar.

Y sonriendo feliz, Hinata se dio cuenta que ahora el temible beso de Momoshiro Osore se encontraba muy lejos en la línea de sus recuerdos. Intentándolo olvidar y borrarlo de su mente con lo que acababa de pasar, y con el recuerdo de su infancia que tanto atesoraba del cual se había imaginado a Naruto desde entonces como el príncipe de capa y espada que sabía que ahora ya no era. Pero al menos esos recuerdos la mantenían lejos de su oscura realidad.

Volvió sus pensamientos al presente poniéndole atención a sus primos donde Tenten le hablaba alegre sobre los apenas dos meses de embarazo que llevaba y como aun no decidían como ponerle a su hijo si este fuese niño o niña. Después le habló de Hanabi, de cómo le estaba yendo en la escuela y de cómo ésta siempre decía que extrañaba mucho a su hermana mayor. También le dio un pequeño regalo por parte de ella. Hinata sonrió contenta al ver la hermosa pulsera de plata que su hermana le había enviado. Más tarde le hablaría para agradecerle.

Después de ponerse al día con lo que pasaba en sus vidas, la mayor parte del tiempo Hinata solamente escuchando a Tenten y Neji sobre su vida en Londres y ella solamente soltaba algunas cosas sobre la suya aquí en Japón, habían llegado al restaurante donde se verían con su padre para comer. Como había dicho el día anterior.

El restaurante era el mismo con el que había ido con Naruto hace unos días y mayor fue su sorpresa al ver como algunos de los amigos de él se encontraban ahí comiendo, charlando y al parecer divirtiéndose. Pero Naruto no se veía por ningún lado. Un sentimiento de pesadumbre la invadió, imaginándose que sería muy divertido el poder estar así con amigos y sobretodo cerca de él.

Llegaron a la mesa reservada y, con angustia que pudo disimular, Hinata vio como su padre no era el único sentado ahí. Su profesor se encontraba ahí, y al parecer también comería con ellos. Se reprendió mentalmente por ser tan tonta, era obvio que si vivía con ellos su padre lo invitaría a comer también.

Hinata saludo con una escueta sonrisa sin mirar en ningún momento a ese hombre, recordando en bombardeos lo que había pasado esa mañana, y se sentó a un lado de Tenten mientras su primo tomaba lugar en una cabecera hacia el otro lado de su esposa y su padre se encontraba en la otra cabecera frente a Neji. Eso dejaba a Hinata con Momoshiro Osore frente a ella.

Después de los saludos y pláticas triviales, los mayores pidieron la comida y Hinata tratando de ignorar al hombre frente a ella, se enfrascó en una conversación con Tenten.

-Oh, Hinata me encantaría ayudarte a elegir un vestido. – contestó la mayor después de que Hiashi había comentado sobre la gala del fin de semana y Hinata le pidiera ese favor a su prima.

-Nos divertiremos mucho nosotras dos yendo de compras. – la castaña le colocó un largo mechón tras la oreja y Hinata sonrió en realidad encantada por el gesto maternal. – En Londres a Hanabi no le gustan esas cosas y trato de comprarle lindos vestidos pero nunca quiere ponérselos. Dice que son muy cursis.

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