Capitulo 9

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Hinata se sorprendió de ver al rubio frente a su puerta.

Era la noche del sábado, la noche en la cual sería la fiesta de sociedad de los Uzumaki, y aunque su padre y ese hombre se habían ido desde hace un rato de la casa, aún estaban con ella su primo y su esposa.

La peliazul no se habia atrevido a decirle a su padre que Naruto no vendría por ella, como le habia dicho días atrás, pues habia sido ella la quien le habia dicho al rubio que ya no deberían de verse. Y fue por eso que al verlo ahora ahí en su casa, envuelto en un exquisito traje negro, la habia dejado de pronto sin palabras.

Hinata se habia olvidado de respirar al ver como el rubio la penetraba con su afilada mirada azulina y entonces la sonrisa traviesa de lado que le dedicó la volvió a la realidad, dejando sus mejillas sonrojadas.

-Al ver tu expresión deduzco que no me esperabas esta noche. – el chico hablaba confiado, calmadamente y sin borrar la sonrisa de su rostro.

Hinata se sentía muy confundida, después de cómo habían terminado hace unos días creyó que el rubio la ignoraría olímpicamente o le dedicaría miradas furiosas.

Pero ahora se veía… diferente.

-Dije que pasaría por ti para asegurarme de que asistirías a la fiesta. – Naruto se acercó a la peliazul sintiendo como sus cuerpos empezaban a reaccionar por la cercanía del otro. - Y eso es lo que voy a hacer.

-Hinata ¿quién tocó a la puerta?

De pronto la voz de su primo la sobresaltó. Neji se acercaba tomado del brazo de su esposa. Y nerviosa, Hinata se volvió hacia ellos dejando ver al rubio detrás de ella.

-U-Un amigo. – contestó tímidamente.

-Así que es el rubio hablador.

-¡Neji! – su esposa lo reprendió y Naruto los miró interrogante.

-Me acuerdo muy bien de ti muchacho – Neji se acercó saludando escuetamente al rubio.

-Sí querido, pero no creo que él nos recuerde. Era muy joven cuando hizo eso. – La mayor se acercó a él. – No le hagas caso a mi esposo aun no puede comprender como es que un niño lo superó. - y con una alegre sonrisa lo saludó con un beso en la mejilla a lo que el rubio se sonrojaba, mientras seguía escuchando la extraña platica que tenían esos dos. – Deberías de dejar ya tu complejo de hermano mayor, querido.

El rubio se volvió hacia Hinata en busca de alguna explicación pero ésta se limitó a bajar su nerviosa mirada hacia el suelo. Naruto suspiró resignado pensando que eso seria sobre alguna memoria de las que él aun no podía recordar.

-A pesar de haber sido un niño de siete años ya era todo un bocazas. – siguió el mayor con su diatriba rodando los ojos.

-¡Neji!

-Ejem… - el rubio tosió sonoramente tratando de llamar la atención de los castaños, y de terminar su plática en el proceso. Al parecer habia hecho algo (de lo que no se acordaba) y ellos habían estado presentes ahí. – Bueno yo… vengo por Hinata para llevarla a la fiesta de mi abuelo. Así que si nos disculpan…

-No tan rápido muchacho.

Naturo ya le habia tomado la mano a Hinata para salir de esa incómoda situación en la que los dos mayores los habían puesto, pero fue detenido entonces por el castaño.

Se volvió a él con el ceño fruncido al ver la sonrisa de superioridad que le dedicaba el de ojos perla.

-Si le haces algún daño a Hinata, seré ahora yo el que haga desaparecer tus lágrimas pero a golpes. – sentenció amenazadoramente.

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