Capítulo 11.

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Brianna-

—¡¿A dónde demonios te habías ido?! —grita Estrella al verme —¡Nos despertamos ayer y no estabas! Solo se encontraba tu teléfono en tu cama y no pudiste dejar ni siquiera una maldita nota. Estaba tan preocupada por ti que devore todas las galletas por la ansiedad —miro a Jazmín y Hannah quienes asienten.

—Disculpa, es que Alex y yo decidimos escaparnos sin decirle a nadie.

—¿Estabas con Alex?.

—Si —asiento varias veces.

—Siendo así, me alegro por ti —me sonríe y vuelve a su asiento.

—Tu bipolaridad me da tortícolis —me siento.

Hannah pone un plato de hotcake frente a mí. Le sonrió en agradecimiento.

—¿Cómo sabias que vendría? —pregunto comenzando a comer.

—Es que te conozco demasiado —mira a Estrella y a Jazmín —. Es momento de que ustedes paguen, gane la apuesta —extiende la mano.

Estrella y Jazmín sacan un billete de sus bolsillos y los depositan en su mano.

¿Acaba de pasar lo que creo?.

—No puedo creer que hayan apostado que no vendría —me quejo.

—Yo dije que llegarías al desayuno, Estrella dijo que ibas aparecer en el trabajo y Jazmín a que llegarías esta noche. Gastaré este dinero reponiendo el gabinete de chucherías —se sienta con nosotras.

—Al menos usarás nuestro dinero para reponer lo que me comí —se encoge de hombros Estrella.

—En cambio, mi dinero lo usarán para compensar tu error —termina de comer Jazmín.

—Termina de comer rápido que tienes que ir a cambiarte de ropa, y se está haciendo tarde para ir a trabajar —comenta Hannah mirándome.

—Está bien. Me tardaré 10 minutos, ya vuelvo —salgo corriendo a mí habitación.






—¡Genial! El auto no quiere encender. No podríamos tener más suerte.

—¿Podrías callarte, Estrella? No me dejas pensar —vuelve a girar la llave. Sin resultado.

—¿Qué vas a solucionar pensando? Hasta donde yo se, no sabes nada de mecánica —reprocha Estrella a Hannah.

—Esperen, ¿El martes pasado no había que llevar el auto al taller para mantenimiento? —recuerda Hannah.

—Ahora que lo mencionas, si teníamos que llevarlo pero se nos olvidó —me encogí de hombros.

—Quedamos en que lo llevaría al taller a quien le tocará conducir ese día —comenta Hannah. Voltemos a mirar a Jazmín con evidente decepción.

—Se me olvidó —susurra. No dejamos de mirarla —. Ese día estaba conflictiva conmigo misma, tenía cosas que resolver y pensar, les juro que no lo recordé ni siquiera por un instante —justifica.

—Además estaba con Ethan así que no estaba usando la cabeza.

—Muy graciosa, Estrella —le dedica una sonrisa fingida.

—¿Ahora que haremos? Podríamos tomar un taxi —sugiero.

—La última vez que subimos a algún taxi, éste se desvió mucho del lugar que le indicamos y nos bajamos apresuradamente —recordó Jazmín.

—Puede que haya sido nuestra imaginación, pero en ese momento sí entré en pánico —admito.

—Lo cierto es, que no dejaba de mirarme el escote. Era un imbecil —suelta Hannah.

Cuando te Encuentre [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora