Capítulo 4. Cita. Primera parte

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Se quedaron mirando mientras sostenían aun sus manos, Jace pensó que no había visto una sonrisa tan bonita como esa, Cooper estaba seguro que era la sonrisa más bella que podría haber. Continuaron tomados de la mano hasta que Cooper salió del trance y soltó al rubio.

—¡Oh! Por cierto, te traje algo —dijo Barnes sacando la mano que tenía escondida detrás de él—. Son unos chocolates, espero que te gusten.

Jace miro la caja que le extendía el castaño para que la tomara, eran sus chocolates favoritos, un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.
—Muchas gracias, pero no tenía que molestarse —le regalo una enorme sonrisa, extendiendo su brazo para poder tomarlo.

—No es ninguna molestia —le devolvió la sonrisa—. Y puedes llamarme Cooper, no soy tan viejo o ¿tú crees que sí?

—No, no, para nada, solo quería ser respetuoso, lo siento —ahora estaba completamente rojo.

—Yo lo siento, solo fue un chiste —dijo Cooper dándole una sonrisa ladina—. ¿A dónde quieres ir? Ya había pensado en un sitio para tener algo de privacidad, pero estoy abierto a sugerencias por si quieres ir a un lugar que te guste.

Cooper parecía una buena persona, pero igual tomaría sus precauciones, y como el castaño le estaba dando la opción de poder elegir el lugar, no la desperdiciaría, había un establecimiento de café que le gustaba mucho, era un lugar tranquilo, podrían tener la privacidad que necesitaban, y como un plus, el dueño lo conocía, de ese modo estaría más tranquillo.
—¡Oh! Sí, yo había pensado en ir a un café, no queda muy lejos de aquí, incluso podríamos ir caminando.

—Perfecto, vayamos entonces —dijo Cooper haciendo una seña para empezar a caminar hacia su destino.

Caminaron en silencio, era un silencio un poco incómodo, era comprensible, no se conocían, prácticamente no sabían nada del otro, Jace caminaba con la vista clavada al frente, en cambio Cooper se daba el lujo de mirarlo prolongadamente, tenía un perfil bellísimo. En una de las ocasiones en las que ponía toda su atención en el rubio, olvido que estaba caminando por la calle, no noto que delante de él había una señalización, termino golpeándose con este y saliendo por fin de su trance.

Jace no pudo contenerse y dejo salir una sonora risa, una que contagio a Cooper, ahí se encontraban ambos, riendo como si nadie más estuviera presente, cuando el rubio por fin pudo dejar de reírse, se acercó a Cooper y noto la roja marca que tenía en la frente.

—Lo siento, lo siento por reírme —una pequeña risa salió de sus labios—. ¿Estás bien?

—No te preocupes, fue divertido —dijo sonriendo ampliamente—. Estoy bien, gracias, vaya que, si dolió, espero que no se hinche. —se sobo la zona en donde se golpeó.

—Podemos pedir un poco de hielo en la cafetería para evitar la hinchazón.

—Gracias ¿Dónde está?

—Justo ahí —dijo Jace señalando un establecimiento que estaba cruzando la calle.

La cafetería lucía una fachada bonita, estaba pintada en su mayoría en color café, y en letras grandes en color negro se podía leer el nombre del lugar, entraron, no había mucha diferencia, el color predominante era el café, todos los muebles eran de color negro, había luces iluminando por todo el lugar, se acercaron a una mesa que se encontraba un poco aislada del resto, así podrían tener algo de privacidad, tomaron sus respectivos asientos, esperando que alguien se acercara a tomarles la orden.
Una chica como de la edad de Jace se acercó a su mesa, ambos pidieron un café sencillo, una rebanada de pastel y un poco de hielo para Cooper.

—¿Te duele? —dijo Jace cuando la chica se fue por sus pedidos.

—Solo cuando lo toco —simulo una mueca de dolor.

—Lo siento, no debí reírme, pero es que, no sé cómo no te diste cuenta, esa señalética era enorme.

—Creo que me perdí en algo más y dejé de prestar atención —dijo Cooper guiñándole un ojo a Jace, causando un sonrojo en este.

La chica llego rápido con ambos cafés y sus rebanadas de un delicioso pastel de chocolate, la joven se retiró, el momento de hablar del contrato había llegado.

—Llego el momento de hablar sobre la principal razón por la que estamos aquí, dentro de la caja de chocolates que te di se encuentra un contrato opcional, puedes leerlo y si no te gusta lo podemos cambiar—. Cooper saco una pluma de la bolsa de su pantalón y la puso sobre la mesa.

Jace puso el obsequio que Cooper le había dado, lo abrió con mucho cuidado y como lo dijo, ahí se encontraba el contrato, levanto la vista para mirar a Cooper, regreso a la hoja de papel que tenía, y comenzó a leerlo.

—Puedes llevártelo a tu casa, puedo esperar si quieres leerlo a detalle —dijo el castaño sonriendo de lado, miro al chico quizá más de lo que se podía permitir, solo no podía dejar pasar lo bello que era y la luz que desprendía.

Jace continúo leyendo sin prestar real atención a lo que Cooper le decía, el contrato estipulaba muy bien lo que tenía que hacer, pero había algo que ahí no mencionaba, la cuestión de las relaciones sexuales, no había ningún apartado donde se mencione, tenía suficiente tiempo para aclarar esa duda, era mejor tener en claro todo desde ahora.
—Todo lo que está dentro del contrato me parece muy bueno, pero hay algo que no me queda claro, ya que no vi nada acerca de eso, espero me la puedas resolver —dijo Jace mirando a Cooper con una mirada de curiosidad.

—Creo que se de lo que hablas y no debes preocuparte por eso —dijo poniendo sus codos sobre la mesa juntado sus manos frente a su rostro—. No puse un apartado referente a encuentros sexuales, porque eso no es lo que busco principalmente, si alguna vez llegara a pasar entre nosotros será solo si tu así lo deseas, así que tampoco estas obligado a decirme Daddy si no lo quieres, puedes solo llamarme Cooper.

A Jace realmente le parecía muy curioso, había investigado mucho, y en todos lados decían que los sugar daddys solo buscan sexo, Cooper no era uno de ellos.
No lo pensó dos veces, tomo la pluma del castaño y firmo en el lugar donde se encontraba su nombre, el trato estaba cerrado.
—Será un placer ser su compañero, Sr. Barnes —dijo Jace extendiendo su brazo sobre la mesa para poder estrechar la mano del castaño.

Cooper sonrió ampliamente al ver que el rubio acepto.
—Gracias por aceptar, el placer será todo mío —extendió su brazo para estrechar la mano de Jace.

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Holi, les dejo nuevo actualización, no saben lo que disfrutó escribiéndola.
Esperó que les guste.

Sugar Sugar [Henray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora