Capítulo 10.

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Una vez que se encontraron estacionados, Cooper se bajó del auto, fue hasta el lado del copiloto para abrirle la puerta a Jace.
El rubio bajó del auto, y Cooper cerró la puerta, caminaron hacia la salida del estacionamiento, entraron a la tienda, Jace observó la gran cantidad de ropa que había.

—Puedes escoger lo que te guste, no te límites —le dijo Cooper sonriendo—. Y puedes modelarme, si quieres —le guiño un ojo.

Un leve sonrojo apareció en las mejillas del rubio, realmente le gustaba como era Cooper con él, se volteo para regalarle una sonrisa al castaño, y lo encontró mirándolo fijamente con una enorme sonrisa, eso sólo provocó un sonrojo más notable.

Jace caminaba entre los pasillos formados por toda la ropa que ahí se encontraba, todo le parecía tan bonito, seguía caminando, y tomando una que otra prenda, hasta que algo llamó completamente su atención, era una falda de color negro, con unas pequeñas figuras en forma de cruz en la parte inferior, en ese momento deseo tanto llevársela, pero no sabia lo que Cooper pensaría, le importaba, ya que años atrás sufrió de bullying por parte de muchos de sus compañeros por usar faldas, incluso algunas personas muy cercanas a él, hacían comentarios muy hirientes, y eso le causó muchas inseguridades, que con el tiempo y ayuda de sus padres, poco a poco está dejando atrás.
Amaba realmente el usar faldas en ocasiones, era una pena no poder usarlas con libertad.

—¿Te gusta? —dijo Cooper al mirar
a Jace viendo con tanta insistencia aquella bonita falda.

El rubio salió de sus pensamientos al escuchar la voz de mayor, y darse cuenta que Cooper iba detrás de él, pero era obvio, él lo llevó.
—S-sí—respondió Jace avergonzado.

—Es muy linda ¿Por qué no te la pruebas? Se te vería bellísima —respondió Cooper con una sonrisa genuina.

Una enorme sonrisa apareció en el rostro de Norman, una sonrisa que enamoro un poco a Cooper.
—Sí, sí, me la probare —dijo el rubio tomalo la prenda entre sus manos, se calmo un poco al darse cuenta que parecía un niño con juguete nuevo.

A Cooper le dio muchísima ternura aquella reacción, le gustaba ver al rubio, feliz y sonriente, haría lo que sea para verlo siempre así. Miro a Jace dirigirse hacia los probadores, fue tras él, para hacerle compañía.
Se quedó esperando a que saliera del probador, estaba pensando en ideas para hacer más tarde con Jace.

—¿Qué tal? ¿Cómo me queda? —pregunto el rubio apenado, mirando al piso para evitar que su sonrojo se notara.

Al verlo, Cooper se sonrojo un poco, no podía quitarle la vista de encima, Jace se veía demasiado bien, tenía un cuerpo precioso.
—Te ves muy bien —contestó Cooper disimulando lo nervioso que se encontraba. —Debes llevartela, para la próxima vez que salgamos, la debes usar —dijo Cooper sonriendo.

El rostro de Jace se iluminó y una enorme sonrisa apareció.

Continuaron paseando por la tienda, eligiendo ropa para Jace, algunas prendas a elección de Cooper, el que parecía conocer al rubio a la perfección ya que toda la ropa que eligió le encantó a Jace.
Pasaron por otras tiendas, Cooper quería consentir mucho al rubio, le compró tantos materiales de arte como pudo, y así seguiría siendo el tiempo que él deseara quedarse con él, que esperaba fuera por un largo período.

Salieron de la tienda repletos de bolsas, las llevaron hasta el auto, Cooper miró su relog, eran las cuatro de la tarda, vaya que se habían tomado su tiempo.
Queria ir a un parque, sentarse tranquilo, quizá tomar un helado, y relajarse.

—Ahora iremos a un parque, el contacto con la naturaleza es muy relajante —dijo Cooper al rubio mientras le abría la puerta del auto.

—Me gusta la naturaleza —respondió Jace sonriendo, conteniendo el querer decirle que le gustaba casi tanto como le gustaba él.

Sugar Sugar [Henray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora