Treinta minutos para poder recoger e irme, las mesas vacías ya completamente limpias, fuera parecía fresco y el viento hacía que los arreglos en las ventanas golpetearan contra la ventana, la música era tranquila y simplemente instrumental, el café ya respiraba tranquilidad por la llegada de la hora de cerrar.
Mis pies iban en dirección del vestidor especial para empleados, mis cosas aguardaban por mi mientras me cambiaba para poder retirarme, el último empleado antes de mí se había ido unos momentos atrás, era viernes así que mi responsabilidad era cerrar el establecimiento y hacerme cargo de verificar que todo estuviera en orden, mientras cerraba la puerta con llave y activaba la alarma mi mochila colgaba en mi hombro y la brisa nocturna golpeaba mi rostro, era 13 de Noviembre, cerca de mi cumpleaños y en plena temporada de lluvias, no lo odiaba pero tampoco me sentía precisamente alegre por aquel tiempo ni tampoco por la idea de que mi cumpleaños estaba a solo dos días. Mientras caminaba observaba la luna sobre mi mientras trataba de calentar mis manos en los bolsillos de mi suéter, podía escuchar a una señora gritando y peleando con si esposo en la casa de a un lado, siempre pasaba lo mismo cuando regresaba a casa, ellos peleaban tan a menudo que a veces dudaba que realmente fueran humanos, pensé que quizás era su forma de comunicarse, saqué mis llaves para internarme en mi casa, compartía vivienda con un perro Husky, Yato es su nombre. Saltando, mordiendo y dando suaves soniditos de alegría se encontraba sobre mi, el cuadrupedo llenando de alegría el lugar, sus besos llenaban mi rostro y con ello una risa se dejó escuchar de mi parte.-Es hora de cenar, no es así Yato?
Dió vueltas, era viernes y procuraba que fuera algo entre nosotros, como un día especial donde cenábamos juntos, él cenaba carne y yo podía comer un pastel dulce y delicioso, los viernes son especiales para ambos, es nuestro día feliz.
Mis dientes han sido tallados y Yato duerme en su cama a mi lado, fue un día ajetreado pero recibí bastante propina por parte de los clientes así que antes de dormir agradecí por ello.Lo más complicado de mis días era levantarme, no entendía porqué debía levantarme temprano un fin de semana, eso era una tortura pero estaba tan acostumbrado a ello por parte de mi madre que no podía evitar levantarme temprano incluso mis días de descanso, entré a bañarme para poder salir y recoger la casa, Yato era inquieto y tiraba cosas y desordenaba sus juguetes muy a menudo, incluso mientras limpiaba hacía más tiradero por lados donde momentos antes había limpiado, eso me mantenía ocupado junto con ello lo entrenaba y ahora sabía varios trucos.
Un noticiero del tiempo decía que llovería para después de las 5 pm, son las 9 am y el día es fresco, era hora de pasear a Yato, el sábado era un día extraño, siempre a la misma hora un chico extraño parecía pasear a un gato, no solíamos cruzarnos pero parecía divertirse de estar con su gato que prácticamente no hacía nada, lo observaba cada que podía, me parecía tan extraño que de alguna manera esperaba que ese gato se moviera, hiciera algo, algo como para verlo con tanto empeño, ni siquiera yo veía a Yato de esa forma, lo amo, es un cachorro increíble pero por lo menos se movía y hacía trucos pero ese gato simplemente se acostaba en el pasto, subía al regazo del chico y dormía, era todo, ese chico era como su gato, no hacía nada en especial pero ahora que me doy cuenta y lo pienso un poco podría ser que en realidad el raro soy yo, veo a un chico cada sábado que no hace nada, no corre a pesar de usar ropa deportiva y noté cómo observa a un gato que es exactamente igual a su dueño, definitivamente yo era el raro, por lo menos podría decir, si me preguntan, que lo observo porque su gato es algo exótico, un gato sin pelo pero aún así es adorable, no entiendo cómo es que he estado pensando en un gato y su dueño por tanto tiempo, ni siquiera me doy cuenta de en qué momento el chico se percató de mi mirada tan insistente sobre él, fue tan vergonzoso cuando nuestras miradas se conectaron, su mirada me escaneo tan fríamente que incluso dudé que fuera el mismo chico que miraba con amor a su gato, no saludó cuando he levantado la mano, simplemente ha ignorado mi saludo y quizás mi existencia entera, no le di muchas vueltas, no podía juzgar que eso fuera así, un tipo con un perro que se revolcaba como loco por ahí te observaba tan atentamente desde el otro extremo de un parque a horas tempranas, definitivamente debo estar loco por tener tanta curiosidad por un tipo así.
Recibí una llamada de parte de mi madre advirtiendo que debía ir a comer por mi cumpleaños, le dije que me era imposible ir el domingo pero su risa me decía que era un tonto por responder eso.
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Últimas Palabras
Romance-Te amo...~ ¿Él podrá oírlo? -Quédate conmigo hasta el final. Su último deseo. Después de todo, al final todo es silencio, pero mientras huvo una voz que cantaba, él escucho atentamente. A veces el destino juega sucio y las vidas como un juego de...