Había estado saliendo con Kenta estos últimos días, había podido ver varias facetas que no solía mostrarme, siempre estaba confiado y hablaba cuando era necesario, callando en momentos incómodos y haciendo cosas torpes para aligerar esos momentos, mientras más lo veía más hermoso creía que se veía, tan solo un momento atrás tomaba mi mano para no perderse entre los árboles, si tan sólo hubiera levantado la vista él hubiera notado que había marcas amarillas y brillantes que marcaban los árboles como marcación del camino, al inicio simplemente le había tomado la mano para que se sintiera a salvo pero de regreso, estaba sorprendido cuando tomó mi mano, simplemente esa persona que caminaba a mi lado miraba hacia abajo, era una locura la forma en que confiaba tan plenamente en mí, era adorable, ese chico era magia, magia pura. Había estado observando la luna, aunque tiempo atrás siempre miraba las estrellas desde hace rato, después de conocer a Kenta comencé a ver la luna, como si hubiera encontrado el significado de una persona en la luna, como si por fin hubiera encontrado el centro de mi cielo nocturno, no era mi costumbre hablar sobre eso con nadie, después de todo entendí que mi forma de demostrarle a alguien que lo quería y que significaba mucho para mi era mal recibido por las personas, haciendo ajustes de mi palabra y tomándolas de formas indeseables comencé a guardar mi sentimentalismo y poniendo mis palabras y acciones de lado, no es mi intención ser frío con las personas, en lo absoluto pero intentaba ser agradable y las cosas terminaban mal, las personas a quienes trataba de forma dulce terminaban mal interpretando mis sentimientos y los suyos, las personas venían a mi en busca de una relación de pareja pero yo iba con ellos por una relación de amistad pura, no podía entenderlo hasta que alguien se dió a la tarea de explicarme que yo y mi forma de ser éramos una mierda por ir por la vida siendo dulces y metiendo a la gente en un ensueño, pensé que si yo lastimaba personas con mi forma de ser debía mejorar pero es difícil para mi.
Recuerdo perfectamente cuando pude observar a Kenta viendo la luna, parecía que pensaba con fuerza sobre algo y eso lo hizo poner una expresión interesante, bajo la luz de la luna con árboles detrás y un lindo puente a su costado esa imagen se guardó instantáneamente en mis recuerdos favoritos, quizás lo titularía con algo estúpido como "la felicidad de un lugar oculto" Aun no lo sabía pero fuera el nombre que fuera Kenta estaba ahí, parecía brillar como la luna entre tanta oscuridad yo lo entendí en un instante, tan fugaz, esa persona a mi lado era mi luna, era mi centro en el cielo, el punto más importante, cuando sus ojos conectaron con los míos me sentí avergonzado, estaba dándome cuenta de eso en un momento así, sería problemático, un recuerdo especial se volvía especialmente importante para mi. Coloque mi mano en mi pecho logrando sentir como mi corazón palpitaba con fuerza cada que pensaba en Kenta, era emocionante tener un amigo así de agradable, haciendo que mis sentimientos y pensamientos se descontrolaran, parecía una amistad sin rumbo pero hasta el momento hemos sido los dos quienes no hemos querido que esto termine, ya sea por la intriga que me genera el contrario o la increíble necesidad que me generaba estar con él, negué varias veces estirando mi mano para poder acariciar a Kuro, ronroneo apenas sentir mi tacto acomodándose cerca de mi cuello, era tan adorable.Ya es Lunes y la chica de hace unos días estaba hablando con Kenta de nuevo, trataba de poner atención a mis amigos que bromeaban a mi lado pero mi vista estaba sobre la pareja lejana, la chica se sonrojaba cada momento y aunque Kenta no parecía muy cómodo no se iba, ella jugueteaba con su cabello, incluso yo podía entender que ella estaba coqueteando con él, estaba enojado pero no sabía porque, después de todo si conseguía novia yo debía estar feliz y su familia también lo estaría, pero estaba molesto aun así, me sentí asqueado y simplemente me gire para tratar de hacerme cargo de mis cosas y no de las del menor, quién demonios era yo para decirle sobre qué chica sería mejor para él, aunque me haya dicho no tener interés en un noviazgo, si conocía a la chica correcta sus palabras no importarían en lo más mínimo. Definitivamente no quería enojarme pero mientras estaba en la biblioteca leyendo algunos artículos para estudiar por los exámenes sorpresa que hemos tenido la cara de la chica y la de Kenta estaban en mi mente, era la quinta vez que trataba de leer y entender el texto pero mientras más lo intentaba más molesto me sentía, sentía una sensación extraña, no querer que él hablara con ella, sería porque la chica no me caía bien, tal vez porque sabía sobre sus sentimientos por el menor, simplemente no lo entendía pero estaba molesto de que no la rechazara; cerré el libro para pedirlo prestado por una semana y cuando salí me topé con una escena que revolvió mi estómago logrando que mi cuerpo hirviera, Kenta y aquella chica platicaban de forma muy amistosa, sonreían y Kenta hacía bromas como con cualquier otra persona, exacto, como con cualquiera pero yo estaba como idiota molesto porque lo hacía con ella, Kenta se giró logrando que nuestras miradas conectaran, sonrió y me saludo, pasé mi mirada a la chica quien me sonrió con recelo, me trague mi orgullo y saludé sin sonreír, apunte mi libro en señal de que estaba estudiando y seguiría con lo mío, simplemente asintió y yo me gire primero, prácticamente huyendo de aquel lugar, estaba molesto, realmente molesto, cuando llegué al Salón, estaba sólo, era normal, la clase había terminado y ahora nuestra clase es en otro salón, respire profundamente cuando cerré la puerta tomando mi cabeza.
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Últimas Palabras
Romance-Te amo...~ ¿Él podrá oírlo? -Quédate conmigo hasta el final. Su último deseo. Después de todo, al final todo es silencio, pero mientras huvo una voz que cantaba, él escucho atentamente. A veces el destino juega sucio y las vidas como un juego de...