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Sebastián no se ha presentado por una semana, lo que a mí me han parecido 100 años, ya no resisto las ganas de verlo de nuevo, él era como una anestesia a mi dolor.
Hoy en la noche, cuando esté todo cerrado y mi maestro no esté presente, me escaparé por la ventana, hoy es miércoles, lo que quiere decir que él no vendrá hasta el viernes. Podré pedirle ayuda a ese niño rubio que parecía extrañamente amigable conmigo. Por lo mientras podría arreglarme una ducha para parecer un poco presentable.

A las 8 de la noche me encontré con Alois en los pasillos, tenemos prohibido entrar al 'camerino' de cada quién, pero entre los pasillos hay esquinas recónditas dónde podríamos hablar entre gigolós sin que los empleados se den cuenta. Ahí me encontré con Alois.
-"necesito que me hagas un favor"-
Me miró arriba y abajo con la ceja alzada y es... entendible
-"me has ignorado desde que llegaste y ahora me pides un favor?"-
Suspiré, ¿Cómo es que pensé que esto sería fac -" porque haré lo que digas, cielito"-. No sé que me dejó sin habla, su fácil disposición o el ridículo apodo.

Ahora me encuentro entre las humedad calles de Londres, recordando cómo cínicamente Alois se despidió con un gesto exagerado desde mi ventana mientras escondía la cuerda de sabana.
Él hará lo posible por cubrirme pero no puedo confiar ciegamente en él, no planeo tardar mucho de todas formas, en realidad no tengo planeado nada en lo absoluto una vez que llegue la puerta 221 B, solo seguí ciertamente mi necesidad de compañía y sentirme amado. Sin embargo, ya es muy tarde como para dar media vuelta.

Alcé mi cabeza al cielo y ya el sol estaba casi a la mitad del firmamento, tarde más de lo acordado pero entre esconderme de la policía y delicuentes me tomo bastante tiempo, pero siempre me repetí que cuando vea esos ojos escarlata llenos de amor valía la pena cada paso.
Y ahí está, esa puerta de roble y yo a un metro de ella sin saber que hacer exactamente ¿Debería de tocar? Me doy una palmada en la cara al recordar que debería de estar en el trabajo ahora mismo. ¿Cómo pude ser tan idiota? Ahora que recuerdo solía llegar como a esta hora a comer, pero eso era mientras estaba con él, alguna vez me dijo que acostumbraba a comer en algún café o restaurante que encontrará durante su patrullaje. Supongo que podría sentarme en la banqueta pero eso llamaría bastante la atención (como si no estuviera llamando la atención ahora). Simplemente podría mirar por la ventana.

Me asomó apenas lo suficiente, la chimenea está encendida pero no lo veo en ningún lado, pero no sería tan descuida en dejar la chimenea encendida, así que con una sonrisa involuntaria toque la puerta, y me acomode un poco el cabello y la ropa.

Y ahí está él, con sus cabellos azabache y observó deleitado como cambia su gesto a sorpresa, se hace a un lado torpemente dejándome pasar, algo raro ya que usualmente yo soy en nervioso cuando estamos juntos.
-"Ciel que haces aquí?"-
-"te extrañe demasiado"- sé que le gusta que me comporte afectivo así que le di un suave abrazo, de esos que yo secretamente disfruto también, el me rodea con su firme brazo -" en serio...te extrañe..."- susurré y enterré mi cabeza en su pecho. Él me encamino a la sala aún abrazados y me sentó en el sofá. Se inclino en mi oído y me susurró -"yo te extrañe más, dejame traerte un poco de té, debes de tener frío y...te tengo un regalo, te lo daré si te portas bien"- aveces me da mucha gracia como me trata como niño, un poco irónico, todo el mundo me ha tratado como cualquier cosa excepto un niño.
-" oh y tengo visitas pero no te preocupes es alguien a qué le tengo mucho aprecio, casi un padre para mí, me gustaría presentartelo, él nos podría ayudar a sacarte de ahí, ahora vuelvo con tu té"- se perdió por la cosina y yo tranquilamente tome un libro de la mesita de café y comencé a leer preguntándome qué tipo de persona sería el amigo de Sebastián.

-"ven, por favor acompáñanos a tomar el té juntos"- me llamo desde la puerta, se comportaba muy formal y era de entender, no podía pedir que me besara ahora mismo. Sentí su mano en .i espalda bajo guiandome a través de la casa. Se aclaró la garganta -" Adrian, este es el muchacho que tome como protegido"-

Me quedé congelado, será que soy alguna especie de comedia trágica para Dios? Por qué mi vida parece desgracia tras desgracia, cuando pienso que las cosas están llendo mínimamente bien, siempre me estampó contra una pared, parace que Dios está empañado a recordarme que mi vida está destinada a ser miserable. Por qué entre todas las personas de Inglaterra debía ser él, por qué siempre es él. ¿Alguna vez podré ser libre?

-"¿Qué pasa Ciel? Te pusiste pálido"-
-" jiji "- el maldito apenas aguantaba soltarse a carcajadas-" debería tomar asiento 'joven' Ciel"- Si no fuera por ayuda de Sebastián podía seguir parado hasta la eternidad, el me acarició la espalda buscando consolarme supongo que noto que estoy temblando -"no hay necesidad de estar nervioso-" me susurró-"es una buena persona"- podría haberme reído en su cara, pero no tengo el valor de levantar la mirada de la mesa.

-"Comandante Adrian, él es niño del que le hablé, sé que sonara extraño de mí, pero en serio me preocupo por él..."- las palabras de Sebastián suenan ajenas, como si estuviera debajo del mar.
Miro recelosanente a Undertaker y el no para de verme como burlándose de mí, planenando que hará conmigo a continuando cuando no esté Sebastián cerca, ¿ O es que a caso incluso Sebastián podría ser capaz de hacer algo para detenerlo? Todos mis instintos gritan por salir corriendo de ahí, lejos tal vez tenga más suerte viviendo hullendo en las calles que seguir aquí... O allá o en cualquier lado, mi único lugar seguro se ha esfumando, se ha ido tan fácil como llegó. Su horripilante voz me obliga a tomar atención.
-" me parece un chiquillo encantador, aún que no creo que sea muy listo"- mi ceño frunce
-" oh no, en realidad es bastante listo, aprendió a leer y aritmética en solo unas semanas"-
-" pff... JAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA"-

Ahora qué haré? A dónde iré? Incluso puedo huir? Él me encontrará justo como me acaba de encontrar ahora. Me encontrará y me matará. Me hará sentir el infierno en vida. Su suave voz, oh su suave voz, como quisiera volver a confiar ciegamente en ella.
-" no te preocupes, sé que es un poco raro pero es de fiar"- me toca el hombro intentando...ya ni siquiera sé que es lo que intenta, ya no me interesa.

Sólo sé que una vez que salga de esa puerta estaré condenado

Escándalo de la calle Cleveland  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora