XI

891 125 54
                                    

Él era un buen amigo de la familia, en realidad era más que eso, su relación con Vincent se remontaba de hace años, incluso conoció a su madre, Claudia Phantomhive. Siempre que había una fiesta de gala o simplemente una reunión con los jefes de los fondos bajos, podías ver al peliplata al lado del encantador Lord Phantomhive. Algunos rumoreaban que era una especie de guardaespaldas, otros que eran más que amigos íntimos.

Los rumores tenían algo de verdad, sin embargo los sentimientos románticos eran unilaterales. Undertaker amaba a Vincent Phantomhive. Lo amaba más que nada en el mundo y el conde estaba conciente de esto, pero decidía ignorarlo y actuar como si fueran amigos, sin involucrar sentimientos románticos.

La hermosa sonrisa del cabeza de familia podría engañar a cualquiera, siempre tan amable y confiable, pero Vincent sabía que era irresistible incluso para los hombres. Sin embargo, Vincent Phantomhive solo tenía ojos para Rachel Durless-Burnett, ahora Rachel Phantomhive. Desde la primera vez que la vió aquella hermosa mujer le robó el corazón, cuando se enteró de la frágil salud de la futura madre de su hijo Vincent se volvió aún más devoto y atentó con ella, el mundo de Vincent empezaba y terminaba en la mujer rubia. De la misma intensidad que Adrian Crevan lo amaba a él. El peliplata sabía que nunca sería correspondido, pero para él era suficiente estar cerca de Vincent.

Una tarde, los dos solos, el peliazul le había le sugirió al peliplata conocer gente nueva, Vincent quería a su amigo y le parecía cruel que viera como era feliz con alguien más haciendo su vida mientras que el otro se quedaba al margen. Pero por más que insistió solo obtuvo promesas vacías, Adrian Crevan nunca vio a nadie, prácticamente vivía en la mansión y aunque lo intentará nunca se podía fijar en alguien que no sea el joven Phantomhive. Incluso en las noches que estaba lejos de la mansión recidencial, en su triste y vacío departamento de London, cuando la soledad se volvía insoportable y el deseo reprimido gritaba por salir a la luz, el mayor satisfacía sus necesidades en los burdeles ilegales y ocultos que únicamente se podían encontrar en los barrios abandonadas por Dios y la Reina, y en aquellos barrios marginados existían estaban compuestos por calles aún peores, calles como Cleveland, el peliplata era el principal cliente de los jóvenes Adonis de tez pálida, delgados, con ojos oscuros y si tenía suerte con un lunar debajo el ojo. Cuando terminaba el éxtasis de su acto sexual y el gigoló se levantaba de la cama, la soledad regresaba y se sentía lo doble de pesada. Undertaker nunca se sintió más patético.

Cuando nació su heredero, el peliplata podía jurar que nunca había visto a un bebé tan pequeño. Desgraciadamente parecía que el niño no solo había heredado los ojos de su madre sino también su fragilidad. Undertaker odiaba el azul de esos ojos, era el recuerdo de que su amor no era correspondido. Odiaba a todo lo que le recordaba a Rachel, odiaba a la Rachel misma, pero siempre supo mantener las apariencias.
Sabías que si Vincente se enterará de su odio, nunca lo vería de nuevo, incluso podía matarlo, Vincent seguía siendo quien mantenía a raya los fondos bajos al fin de cuentas.
Vincent convenció a Angelina que viviera unos meses en la mansión después del parto, pues había tenido ciertas complicaciones y ahora Rachel y el bebé se encontraban graves. No había mejor doctor en Londres que su cuñada.

Ahora más que nunca Vincent necesita apoyo de sus amigos, Undertaker siempre fue una constante, pero incluso Diedrich que odiaba Inglaterra decidió quedarse de visita para acompañar a su viejo amigo del colegio, Undertaker tenía que admitir que sentía un poco de celos del alemán.

Cuando los dos seres que más amaba en el mundo se recuperaron Vincent por fin sintió que la gracia de Dios caía sobre la finca Phantomhive, no podía pedir más, era infinitamente feliz al lado de su esposa viendo crecer a Ciel. Aunque el trabajo era laborioso siempre se dió el tiempo para poder ver sus primeros pasos o escuchar su primera palabra que para su maravilla fue 'papi'. Vincent era el hombre más feliz de la tierra, pero ... Eso no duró mucho.

Escándalo de la calle Cleveland  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora