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Capítulo 11

Medusa no supo como definir, como expresar la emoción en el rostro de Yeol, cuando la noticia se le fue dada

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Medusa no supo como definir, como expresar la emoción en el rostro de Yeol, cuando la noticia se le fue dada. ¡Ni hablar de Eros! Parecían juntos un par de niños, emocionados por una fecha importante.

Una fecha que cambiaría sus vidas para siempre.

13 de Diciembre.

Luego de casi seis días de pruebas, exámenes e historiales abiertos, al fin había llegado el día. Al fin tenían la fecha destinada para realizar la operación en la columna vertebral a Eros. Ellos eran conscientes, los tres sabían que las posibilidades eran nulas de que él volviera a caminar. Pero lo intentarían, tendrían fé... Esperarían un milagro... Un milagro que cambiara los errores del pasado.



—Faltan dos semanas, Eros. ¿No estás emocionado? —La pregunta de Yeol rebotó en el auto, sacando a la pelirrizada de su trance.

Desde que habían salido del hospital había estado ignorando la conversación del par. No porque quisiera, sino porque en su mente y su corazón no cabía más una gota de dolor.

Ver la ilusión en los ojos de Eros le dolía en el alma. Ver la sonrisa deslumbrante en el rostro de Yeol le dolía aún más... ¿Qué pasaría si la operación no daba resultado? ¿Acaso ella era la única que pensaba en eso? Solo faltaban dos semanas para la operación; dos semanas para que ella partiera.

—¡Estoy muy emocionado Hyung! Cuando vuelva a caminar aprenderé a conducir. Y voy a llevar a Medusa Noona a muchas bibliotecas.

Medusa sintió como el nudo de su garganta se tensaba cada vez más... ¿Como podía haber tanta pureza en un corazón como el de Eros? Pensar en ella, tener aspiraciones al futuro cuando era incierto.

¿Qué iba a pasar cuando él saliera de la operación? Ella no estaría ahí para ayudarles... Ello no estaría ahí para ver cada día esos hermosos ojos oscuros, ver el dueño de tan hermosos ojos llenos de bondad ocultos tras la fría mascara de un estúpido guardaespaldas.

Aunque le costara admitirlo la estaba ablandando; estaba cayendo más profundo en ese juego, en ilusiones que ella sola se había creado.

—Noona, ¿Por qué lloras?

Medusa reaccionó, saliendo de su trance cuando Eros volvió a hablarle. Entonces fue consciente que el auto había estacionado frente a la mansión, y el par de hermanos la miraban desconcertados por sus repentinas lágrimas.

Piensa rápido, ¡Imbecil! —Se reprendió mentalmente —. No... No es nada... —Masculló con un mínimo grado se inseguridad —. Solo estoy muy feliz de que Eros va a estar bien, sí.

Chanyeol anarcó una ceja, viéndole. Obviamente él no le creía ni una palabra; sin embargo Eros parecía creerle. Su agradecimiento hacia ella estaba cegándole.

—Noona, ¡Yo también estoy muy feliz de que vaya a caminar de vuelta! Podré caminar como tú, y como Yeol. —Medusa asintió ante las emocionadas palabras del pequeño Eros—. Gracias por todo, Noona... Eres la mejor.

—Zhang. —Le corrigió—. Puedes decirme Zhang...

Eros extendió una sonrisa aún más grande en sus labios.

—Está bien, Zhang... Gracias.

—No hay problema, Minseok.

Ya dadas las 10:30 de la noche, la mansión se encontraba —casi— en completo silencio

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Ya dadas las 10:30 de la noche, la mansión se encontraba —casi— en completo silencio.

La luz tenue que se colaba por la pequeña hendidura que se extendía entre la puerta y el suelo. Dejando en claro que Medusa no era la única despierta a esa hora.

Uno
Dos
Tres
Tres toques.

La puerta de la habitación se abrió, dejando salir a un Yeol que más que cansado, parecía estar fundido en el libro que sostenía en su diestra.

—Tú no eres Patricia. —Comentó el sarcástico, con una sonrisa ladeada.

Medusa apretó los bordes del vestido que llevaba por pijama, dejando escapar el aire que no sabía que estaba conteniendo. Estaba nerviosa, y a Yeol parecía divertirle.

—Eh... —La morena carraspeó incómoda.

Volvió sus labios un mohín mirando hacia cualquier punto que no fuese el rostro del chico... Más específicamente; se había enfocado en ver la portada de aquel libro, que era literalmente amortiguada por la diestra del contrario.

—El caballero de la armadura oxidada... —Canturreó aquel título, despegando su vista de la femenina, para enfocarla en el hojal—. Minseok me dijo que se lo recomendaste... No ha dejado de...

—Yeol. —Medusa interrumpió la frase del contrario, interponiéndose cuando él se dispuso a abrir nuevamente el libro y retomar su lectura —. ¿Tú vas a quedarte aún cuándo Eros pueda caminar?

Chanyeol pareció ser bañado con agua fría ante la pregunta. Él no lo había pensado... ¿Habían motivos para quedarse siendo un sirviente de la familia Yasikow, nada más? Él estaba muy agradecido realmente, pero esa pregunta era simplemente imposible para él responderla en ese momento.

Medusa esperaba una respuesta. Esperaba que él dijera que se quedaría... Quizá así y sólo así ella también podía hacerlo.

Pero no.

—Ten por seguro que seguiré siempre estando para tí... —Esa fue la única respuesta que pudo darle.

La única maldita respuesta incierta.
La única fría y dolorosa respuesta...

Había sido la gota que derramó el vaso, y le hizo darse cuenta que ya no había razón para intentar crear una historia que nunca existiría.

Estúpido Guardaespaldas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora