Epílogo

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Thiago

Sonrió mirándolas, ambas son hermosas pero mi diosa lo es aún más.

—¿Nos ganamos la lotería no?— dirijo la mirada al hombre que está a mi lado, es la pareja de Laura.

—Exactamente— tanto mi mirada como la del hombre a mi lado se posan en aquellas chicas alegres que están frente a nosotros. Justo ahora estamos en un karaoke, y Laura junto a mi diosa están bailando y cantando para nosotros.

Sonrió al ver que mi diosa se acerca a mí, la música empieza a sonar y mi sonrisa se amplía cuando empieza a cantar.

Cuando estás conmigo se llena mi corazón

Tiene sentido la vida y el mundo es una ilusión

Suelto una pequeña risa al verla moverse al ritmo de la canción.

Cuando estás conmigo la noche tiene color
Y un beso es suficiente para entender el amor

Esta vez es Laura la que canta mirando a su novio, el cual le guiña un ojo.

Y al abrazarte y sentir que me amas salen las estrellas
Aun si es de día y todos esos días llenos de vacío se volvieron polvo
Porque estás conmigo, conmigo.

Vuelve a cantar mi diosa, Armando, que es el nombre del novio de Laura, y yo les damos toda nuestra atención a las dos hermosas chicas que frente a nosotros cantan y bailan. Ha pasado ya un año en el cual he vivido las mejores experiencias al lado de mi diosa, por el momento las peleas que han habido han sido pocas y sin importancia.

Vivo con miedo a que se aburra en cualquier momento de mí, pero ella fácilmente hace que mis miedos se esfumen y la seguridad se instale en mí, nuestros estudios van perfectamente, al igual que los trabajos, nos reunimos cuando tenemos tiempo libre, y en ocasiones salimos junto con Laura y Armando.

Nunca pensé que aquel día la chica que me había mandado de bruces al suelo sería hoy mi novia y la mujer con la cual quiero pasar el resto de mis días, agradezco a su trabajo que nos permitió conocernos.

Si me pongo a pensar en eso, en cada encuentro las pizzas jugaron un papel importante, la primera vez que chocamos ella iba tarde a su trabajo, la segunda vez no fue gracias a las pizzas pero los demás encuentros sí.

Si no hubiera pedido una pizza, ella no hubiera chocado con el repartidor, entonces no hubiera ido a mi apartamento y yo tal vez no hubiera sabido en donde trabajaba, y si eso no hubiera pasado hoy en día no estaría siendo tan feliz junto a ella.

—¡Es vuestro turno!— mi mirada se centra en mi diosa y su amiga, que nos extienden los micrófonos, miro a Armando y ambos soltamos una risa, pero aceptamos el reto.

—Prepárate para morir de amor— le susurro en el oído a mi diosa a lo cual ella me brinda una sonrisa.

—Si lo logras...— muerde sus labios —te recompensare muy bien en la noche— susurra de modo que nadie más nos escuche, siento mis mejillas calentarse a lo cual ella suelta una risa.

¡Muy bien!, debo esforzarme para obtener mi recompensa en la noche, de tan solo pensar en eso los nervios y el deseo se apoderan de mí, jamás me cansare de hacer el amor con ella. Cuando la música empieza a sonar mi mirada se centra en mi diosa la cual está sentada en donde minutos antes estaba yo con Armando.

Como dije anteriormente, nuestra historia recién empieza, una historia con sabor a pizza por todos lados, le hare un altar a las pizzas.

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Y así señores, señoras, señoritos y señoritas
Concluimos esta bella, hermosa, dulce y pura historia de estos dos locos y adorables personajes.

¡¡Pero aún no se libran de mí!!

Pronto estaré publicando un apartado en el cual les contaré varias cositas.

(Nora actualizada el 3 de junio del 2021)

Una historia con sabor a pizza (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora