¡Seis!

283 45 52
                                    

3 de la mañana. Mis padres se encontraban dormidos. Intentaba hacer el menor ruido posible, pero sentía a mi corazón latir tan fuerte, que creía que mis padres lo escucharían y despertarían.

Salí de mi casa con una mochila colgada y una maleta de mano. Tenía ropa, cosas de higiene, mi celular, audífonos, cargador para el teléfono y dinero.

Me subí al auto de Damien cuando lo vi llegar. Pip me sonrió contento, Damien sólo hizo una seña con la cabeza para luego conducir.

— ¿emocionado por escapar de casa?—

Preguntó Phillip a lo que respondí con un asentimiento de cabeza.

— Nunca creí que podría escapar, ¡es genial!—

Seguimos hablando. Era un largo trayecto hasta el aeropuerto más cercano. ¡pero ya todo daba igual! Le mandé un mensaje a Craig, sonriendo contento.

— estoy en camino al aeropuerto.—

Se demoró un poco en contestar. Eran las 3 de la mañana, quizás y estaba dormido.

— te iré a buscar cuando llegues.—

Intenté no gritar de emoción. Me contuve. ¡pero quería saltar, quería bailar, quería gritar! ¡estaba tan emocionado! ¡tan feliz!

Me despedí de mis amigos cuando llegamos al aeropuerto. Me desearon mucha suerte y se fueron cuando entré al establecimiento. Eran las 6 de la mañana, hacía algo de frío.

[...]

Me subí al avión a las 7 de la mañana. En dos horas aproximadamente llegaría a Denver. ¡estaba tan emocionado! Le mandé un mensaje a Craig, y me dijo que en media hora saldría de su casa, pues, de South Park a Denver, demoraba una hora y media de viaje en carretera.

Apagué mi teléfono cuando se dieron las indicaciones que despegaríamos en un momento.

.    .    .

Cuando fui a buscar mis maletas, ya eran las 9 de la mañana. Hace unos momentos habíamos llegado a Denver, ¡y se veía una ciudad bastante linda!

Mi estómago estaba revuelto. No por el viaje, sino, por los nervios que sentía. Vería a Craig. Por fin lo conocería. Pero, ¿qué haría cuando lo viera? ¿saludarlo con la mano? ¿Abrazarlo? ¿Besarlo?

No, un beso es muy arriesgado. Demasiado arriesgado.

Le mandé un mensaje.

— Acabo de llegar. ¿Dónde estás?—

Me dijo que caminara hacia un lugar, donde habían asientos y muchas personas parecían reencontrarse.

Lo vi.

Él me vio.

Caminó rápido hacia mí. No sabía que hacer, así que caminé a paso lento. Cuando llegó frente a mí, me abrazó sonriendo.

Era mucho más hermoso en persona.

¡y muy alto! ¡me sacaba como más de una cabeza de altura!

Se separó un poco y tomó mis maletas. Pude ver bien su rostro. Sus cabellos negros estaban tapados por un gorro azul que usaba. Sus ojos me miraban fijamente. Unos orbes verdes, que parecía que dentro, brillaban estrellas. Era una rara convinación, los veía verdes y amarillos. Una rara convinación que le quedaba hermosa. Sus rasgos eran algo toscos, pero no dejaba de parecerme encantador.

— ¿vas a seguir mirándome o nos vamos?—

Habló, y enrojecí al darme cuenta que me quedé casi hipnotizado mirándolo. Su voz era también bonita. Algo nasal, un poco grave, pero bastante suave.

—...Hum, lo siento... es que realmente eres muy bonito.—

Confesé avergonzado, sonriendo mientras caminaba con él fuera del aereopuerto. Él giró su cabeza hacia mi dirección, mirándome con una sonrisa.

— ¿eso crees? Tú también me pareces muy hermoso, bebé.—

Aguanté la respiración, emocionado. Me dijo bebé, a mí, directamente, no por mensaje. ¡cálmate, Butters, no parescas raro frente a él!

— Gra-Gracias...—

Mi voz salió temblorosa por alguna razón. Llegamos frente a un auto, y me abrió la puerta del copiloto para que entrara. ¡era muy caballeroso! En estos momentos quería decirles a Clyde y a Token que estaba con Craig, pero no quería tomar mi celular, quería estar pendiente de el chico a mi lado.

— Te va a gustar el pueblo.—

Comenzamos a hablar de muchas cosas, hasta que llegamos a lo llamado "South Park". Era pequeño, bastante pequeño comparado con otras villas o pueblos. Detuvo el auto cuando estuvimos frente a una casa de un color verde.

— Llegamos, espera aquí.—

Salió del auto rápido, para ir hasta mi puerta y abrirla, extendiéndome la mano.

Solté pequeñas risas a la vez que tomaba esta y entrelazaba nuestros dedos. No le importó. Caminamos hacia la casa, y cuando estuvimos dentro, me abrazó con fuerza.

— Apenas estás aquí y ya no quiero soltarte nunca más.—

Internet Friends / South Park.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora