- ¿Le regalaste qué?
La voz de Gustavo sonaba demasiado shockeada, y Juliana lo entendía, la verdad es que ella misma estaba sorprendida del regalo que le había dado hace dos días a la hermana del ojiazul por su cumpleaños.
- ¿Si sabes lo que puede hacer Valentina con ese regalo? - ella asintió - Juliana te has atado la soga al cuello con mi hermana. - se burló - Probablemente te obligue a casarte con ella y a formar una familia.
La posibilidad de que aquello pasara era nula, pero a la morena no le molestaría que eso pasara, es decir, en un caso hipotético, sería relativamente lindo ver a Valentina en papel de esposa y madre de familia. Ella se tomaba muy en serio los cuidados de su gato, entonces la ojimarrón estaba segura que esos cuidados serían mucho más serios con un bebé real.
- ¿No podías comprarle un collar o algo así? - preguntó el rubio
- No sabía que comprarle y entré en pánico. Estuve más de tres horas en Perisur, visité varias tiendas de diferentes cosas y créeme, vi todo el inventario de cada una, pero tu hermana es muy complicada. - se defendió - ¿Qué? - preguntó al ver que su amigo la miraba con una sonrisa en el rostro - ¿Por qué sonríes como idiota?
- ¿Hiciste todo eso por Valentina?
- No confundas las cosas. - se cruzó de brazos - Es mi amiga. Le tengo aprecio a pesar de que este empeñada en estar sobre mí todo el tiempo.
- Estoy seguro que en un año o en menos estarás sentada en el comedor de nuestra casa durante las comidas familiares de los domingos. - se burló
- Vete al diablo, Gustavo.
- ¿Te gusta mi hermanita? - preguntó sin pena - Vamos, no me mires así. Somos amigos, ¿no? No me enojaré si me dices que quieres ser mi cuñada, la verdad es que estaría perfecto. Tendría con quien hablar bien de lo que pasa en el hospital cuando hayan fiestas familiares.
- No sé si me gusta tu hermana. - admitió - Ella me agrada... - dijo como si eso fuera respuesta suficiente - De todos modos, estoy preocupada por lo que vaya a hacer con ese estúpido regalo que le di. Que me guste o no es lo de menos por el momento.
- ¡No lo descartas! - dijo con felicidad el doctor mientras se hacía para atrás recargándose en el respaldo de la silla de su escritorio - Creí que no te gustaban las mujeres.
- Y no me gustan. - aseguró - Puedo ser heterosexual y gustar de tu hermana. - se encogió de hombros - Algo así como... ¿Valentinasexual? - bromeó
- Vaya, una nueva letra para la comunidad. - se burló - Me gusta que estés cómoda hablando de esto, Juliana. Hasta hace dos semanas se te ponían los pelos de punta si Federico, Cinthya o yo te insinuamos algo de mi hermana. ¿A qué se debe el cambio?
- Lo que me pone nerviosa es que tu hermana es una intensa. De ahí en fuera todo está bien. - puso sus manos en el escritorio - Después de su fiesta me quedé pensando mucho en mi habitación, y bueno, uno no puede huir toda su vida.
- ¡Hablando de la reina de Roma! - dijo el rubio señalando su teléfono que vibraba en el escritorio - Bueno. - respondió - Sí. Ella está aquí, Valentina, me está oyendo responderte. - rió al ver la cara de la morena - ¿Quieres que te la pase? Ok, ok. - le extendió su teléfono a la ojimarrón - Te llaman.
Juliana tomó el teléfono y se levantó de donde estaba para salir del consultorio.
- ¿No era más fácil hablarme a mi en vez de hablarle a tu hermano? - preguntó la morena tan pronto como colocó el teléfono en su oreja, lo que hizo que Valentina se riera
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Oportunidad
FanfictionLa fiesta de cumpleaños de su jefe y amigo hacen que Juliana se tope con la mujer más insistente y coqueta del mundo. ¿Podrá Juliana darse una oportunidad? ¿Las cosas serán completamente felices desde el día uno? ¿Habrá problemas?