right here waiting

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La situación en la que se encontraba la morena con Valentina la tenía un poco confundida. Después de aquella noche ambas comenzaron a hacer de la noche de películas una rutina cada que Juliana tenía descansos de turno, normalmente los domingos, sin embargo, hoy iban a pasar otro de los límites de la ojimarrón, el que más trabajo le costaba para dar su brazo a torcer, pero lo enfrentaría, por ello aquella mañana le envió un mensaje a la rubia diciéndole que se sentía un poco indispuesta como para salir de su departamento, por lo que recomendó que la noche de películas se hiciese ahí mismo, así que le mandó la ubicación a Valentina y fijaron una hora que le viniera bien a la menor de los Carvajal.

A las siete en punto uno de los guardias del edificio se comunicó por el intercomunicador con Juliana para decirle que Valentina ya estaba afuera, entonces ella dio la autorización para que la dejasen pasar y los nervios en su estómago la hicieron hacer una mueca.

Cuando escuchó dos golpes en su puerta los nervios incrementaron. Con torpeza se deshizo de la sabana que cubría sus piernas y se levantó del sillón para después ir a abrir. Una sonrisa se formó en su rostro al ver que Valentina sostenía tres bolsas de frituras en la mano izquierda y en la derecha una bolsa de su restaurante favorito de sushi.

- Traje de cenar y botanas. - dijo la ojiazul cuando entró al departamento 

- Cada día te ganas más el cielo. - respondió Juliana guiándola a la cocina para que pusiera las cosas en la barra - Creí que no te gustaban las papas de ningún tipo en su versión morada. - dijo al ver que habían unas chips fuego entre las bolsas de papas

- Hay que intentar cosas nuevas, de eso hablamos la semana pasada ¿no? 

- Cierto. - ambas se miraron a los ojos y disfrutaron del silencio por unos segundos hasta que Juliana reaccionó - Bienvenida a mi humilde morada. - abrió los brazos de par en par y dio una pequeña vuelta simulando que le enseñaba los alrededores

- Está muy bonito tu departamento, Juls. - halagó - ¿Qué tenemos hoy para ver?

La sonrisa que apareció en el rostro de la más baja le asustó a Valentina.

Juliana sacó dos DVD's de películas de terror. Sabía que Valentina odiaba ese genero, pero hoy estaba decidida a ser ella quien abrazase a la rubia y no al revés. 

Acomodaron todo lo que necesitaban en la mesa de centro de su sala y se sentaron una junto a la otra. Juliana colocó la película y comieron en silencio. Cuando llegó el climax de la película la morena ya tenía encima de ella la mayor parte del cuerpo de Valentina, cosa que disfruto en su totalidad y aprovecho para hacer su movimiento. Pasó su brazo derecho por los hombros de la rubia y la acercó más contra ella, cosa que no pasó de ser percibida por la ojiazul, quien sonrió a pesar de estarse muriendo de miedo por la película.

Cuando terminó la primera película decidieron hacer un intermedio para poder lavar los trastes que habían ocupado para poner las cosas que había comprado Valentina del restaurante de sushi. Mientras la rubia secaba los platos, la morena terminó de acomodar las cosas de la cocina y entonces se recargó en su barra con los brazos cruzados observando a la rubia.

- ¿No quieres una foto? - preguntó Valentina haciendo que la morena se sonrojara - Duran más, ya sabes. - se volteó para encararla - ¿Qué tanto me ves, Juls?

- Me gusta tu blusa. - mintió 

- ¿La quieres? - hizo el ademan de quitársela

- ¡Valentina! - gritó mientras desesperadamente la tomaba de las manos para que dejase su blusa en paz - ¿Qué crees que estás haciendo? Mi departamento no es una playa nudista.

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