Capítulo IX. La verdad sobre Flynnegan Rider.

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Reino de Corona.

Meses atrás...

Un pequeño rayo de luna alumbraba los establos del castillo, donde el prometido de la princesa esperaba a una persona antes de emprender su viaje hacía el Bosque Encantado.

Eugene suspiro, no sabía lo que pasaría en su nueva misión en secreto, las posibilidades eran infinitas.

- Fitzherbert.

- Has llegado Cass.

- ¿Estás seguro de esto? - ¿Qué si estaba seguro?, ¡Ja!, si el pobre chico se moría del miedo el sólo pensar en el macabro bosque. Pero dadas las circunstancias del reino, era la mejor opción.

-Puedo ir yo. -propuso la chica.

-Cass, yo sé que eres capaz, pero ¡vamos!, en mi época de ladrón aprendí como arreglármelas solo por esos caminos.

-¿Por qué ir solo?, ¿Por qué no le decimos a Rapunzel?, así seriamos tres para esta misión.- Desde luego la misión era un secreto entre ellos dos y el Rey de Corona.

-Casandra, sabes que no es posible. El Rey nunca dejaría ir a Rapunzel a un lugar así, además debe quedarse aquí para el reino. Los Reyes viajaran muy pronto a Arendelle y el reino no puede quedar solo.

No era un secreto sobre la tensión actual, el motivo principal de los Reyes de Corona a reforzar alianzas en Arendelle era la movilización de reinos Sajones y reuniones misteriosas con la Corte de Camelot, además de la muerte del Rey de Las Islas Del Sur, algo "natural" para su edad.

-Entonces déjame ir contigo. - protestó. Pues no dejaría al novio de su mejor amiga dirigirse a una posible muerte.

-No, te necesito aquí con Rapunzel. -Cass odiaba que tuviese la razón. Uno de los dos debía quedarse dada la confianza de la princesa en ellos.

Casandra se limitó a ir por un caballo, pero Eugene la detuvo.

-Es mejor que vaya a pie, hay una caravana que sale al amanecer. - Casandra le entregó una espada de la Guardia Real junto con un conjunto de mapas y provisiones.

-Más te vale regresar sano y salvo.

-Oye, soy yo de quién estás hablando.

Flash Back End

[...]

Camelot

Habían pasado un par de días desde que Mérida regreso a salvo, y Eugene cada hora se desesperaba, no veía la hora de regresar a Corona con su princesa. Afortunadamente Ginebra le había mostrado la biblioteca real, donde él podía buscar información sobre esas criaturas que acechaban de noche.

El castaño cerró el libro que leía, levantando montículos de polvo por ser de gran tamaño, pasó los dedos despeinando su cabello. Resopló y giró para ver a Ginebra, ella siempre lo acompañaba con las lecturas para que fuera más rápido.

-Es interesante la arquitectura del castillo. – rompió el silencio. 

-Interesante cumplido, viniendo de alguien que ha vivido en mejores construcciones. - Ginebra le respondió con una sonrisa. - el jóven talló su cabeza con una mano, su estrategia para iniciar una conversación fue patética.

Corona tenía un estilo más elegante y pomposo, justo como lo era en Arendelle y algunos reinos del otro lado del mar. Pero del otro lado las condiciones eran diferentes. Los castillos tenían acabados de piedra, nada liso como los pisos de mármol y las estructuras decoradas de las grandes paredes con detalles de metales e incluso piedras y diamantes.

Corona Rota [Mericcup & Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora