Capítulo 7

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Hiroki se encontraba comiendo lo que sobró del pescado de anoche solo, mientras que sus compañeros comían y reían, contando chistes y anécdotas, y sus Senseis besándose, o lo que sea. No le interesaba llevarse bien con sus compañeros, ni tenía las más mínima intención de ser sus amigos. El solo quería enfocarse en ser un ninja fuerte, y no quería que unos "tontos" le estorbaran. Aun así, la soledad no es algo que se puede ignorar para siempre en algunos casos. Hiroki, si sentía muchas veces que tener amigos era un algo que necesitaba, pero el intentaba ignorar esto.

No quería querer a nadie.

No quería confiar en nadie.

No quería que lo volvieran a decepcionar.

Se sentía solo, y prefería sentirse así, a sentirse decepcionado de la gente.

A lo lejos, el prodigio Hyuga se encontraba caminando lentamente hacia el, mientras los recuerdos lo envolvían, al recordar la manera en la que pensaba cuando era un Genin ingenuo que no quería dejar entrar a nadie a su vida. Y sabía reconocer a alguien que se sentía de esa manera. Neji se acercó al niño sin decir una palabra, y se sentó a su lado. El preadolescente no lo miró. Estaba concentrado mirando el cielo nocturno.

—¿Te gusta la noche?— Preguntó el Hyuga mirando la luna. Hiroki asintió con la cabeza. — A mi también.

—¿Viene a regañarme por ser un imbécil con mis compañeros?— Preguntó sin mirarlo. El castaño suspiró profundo.

—Había un niño que fue muy feliz los primeros años de su vida— Hiroki dejó de mirar el cielo oscuro, y miró curiosamente a Neji Hyuga, mientras este relataba y evadía su pregunta reciente.— Ese niño perdió lo más importante que tenía en ese momento, y un gran odio hacia su familia inundó su corazón, y luego, comenzó a ser un tonto con todos, aunque los demás no tuvieran la culpa de nada. Y es que en verdad nadie la tenía. Ese odio le impidió ser feliz por mucho tiempo, El creía que cada uno nacía destinado a algo, y que hagan lo que hagan, eso no iba a cambiar. Era arrogante, en especial con los que intentaban ayudarlo. Un día, un chico al cual creía y llamó fracasado, lo venció en combate, y cambió su forma de ver las cosas y a las personas. Dejó esas tonterías del destino, y dejó de tratar mal a las personas, y luego de muchos años, tras casi morir, se empezó a enfocar en su propia felicidad.

—Wow, ese niño si que era pendejo

—Oye más respeto mocoso

—¿Y que es del niño ahora?

—Ahora es increíblemente sexy, con un pelo perfecto, en una misión en el bosque por una semana con unos niños, intentando ayudar a uno, queriendo saber por qué es así.

Hiroki comprendió rápidamente que el niño del cual Neji le estaba contando, era su mismo Sensei. Suspiró.

—Mis padres desertaron de la Aldea de la Hoja cuando tenía cinco años, y no me llevaron con ellos porque decidieron que solo estorbaría y sería una carga.— Dijo con la voz quebrada.

—Una vez, alguien me dijo que primero está lo que piensas tú de ti mismo, y luego, lo que piensan los demás. ¿Tu piensas que eres un estorbo?

—No lo sé...

—Pues...si me preguntas a mi, te diría que a pesar de que pelees mucho con tus compañeros, eres buen chico, eres hábil, fuerte, solo tienes miedo de volver a confiar, pero estoy seguro de que si empiezas de nuevo con ellos, podrán ser amigos.

—¿En serio cree eso Neji-Sensei?— Preguntó el niño con una leve sonrisa en su rostro.

—Lo sé, hazlo

•Equipo Nejiten•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora