"Sonrío. Sonrío mucho como hace tanto tiempo no lo hacía. Lo he logrado, estoy viva de nuevo y debo decir que todo esto es gracias a Bleed, a la ingenua de Bleed. Me siento un poco mal por ella, apoderarme de su cuerpo no es algo de lo que pueda sentirme orgullosa, pero tenía que hacerlo.
Todo ha resultado perfecto. Solo tengo que fingir ser Bleed y aunque Reid diga lo contrario, nadie le creerá." Pensaba la joven mientras continuaba en el piso sin moverse.
― ¿Bleed? –preguntó Reid preocupado viendo la mirada perdida que tenía la joven. Aún quedaban rastros de lágrimas en su rostro y sus brazos sangraban, aunque no demasiado. Los ojos de Bleed eran grises, pero esa muchacha que tenía enfrente, tenía una mirada parda, oscura y amenazadora como una noche de brujas.
― Lo... lo siento –se disculpó Bleed levantándose a la mitad. Se llevó una mano a la cien en señal de que le dolía la cabeza.
― ¿Te encuentras bien? –Reid la escudriñó con los ojos.
― Si, no te preocupes, ya paso todo. –musitó poniéndose de pie. –Creo que debo volver a casa.
― Tu misma me dijiste que no querías ir allí, además, mírate, hay que curarte esas heridas.
― Ah, sí, las heridas –exclamó distraídamente.
Reid la llevó al baño de su madre donde en un cajón guardaba un pequeño botiquín de emergencia. Sacó algunas gasas y un desinfectante de heridas. En el lavabo, Bleed empezó a lavarse los brazos, quitándose la sangre y después dejó que Reid le desinfectara las heridas y le vendara los brazos. Mientras lo hacía, Bleed lo miraba con curiosidad.
―¿Por qué estas tan callado? –le preguntó la joven.
―Supongo que por lo de la posesión. Nunca había visto una –confesó con una sonrisa de vergüenza.
―Yo tampoco.
―¿Aun te queda algo de sueño? –inquirió Reid sin verla.
―¿Sueño? No, no tengo sueño. Estoy bien. –respondió con una cara muy relajada.
―Bueno, entonces cuando acabe con esto, ¿seguiremos con lo de ciencia?
―¿Lo de ciencia? –Bleed se quedó confundida.
―Sí, ¿apoco ya no te acuerdas la exposición de ciencias que tenemos que hacer?
―Ah, sí, la exposición de ciencias. –sonrió Bleed. –Creo que será en otro momento, estoy cansada y quiero ir a casa.
―¿Quieres que te lleve?
―No, gracias, iré caminando.
―Bleed, tu casa está muy lejos de aquí. –la miró extrañado.
―Bueno, entonces llévame, por favor.
"Zorra, no tenemos exposición de ciencias" pensaba Reid "Y Bleed nunca hablaría tan educadamente y mucho menos si no utiliza su sarcasmo".
Reid ya lo había notado desde un principio, el aura de Bleed no era la misma, sin mencionar que sus ojos ya no eran grises sino negros. No solo el color negro reflejaba lo maldita que era esa niña, pues bien podría haber tenido los ojos negros y ser buena, pero su mirada estaba llena de arrogancia y peligro.
"Los ojos siempre reflejan nuestra alma" recordó Reid aquella frase que su madre le había dicho de pequeño, vaya que no se había equivocado.
―Vamos –indicó Reid cuando termino con los vendajes.
Salieron de la casa y caminaron hasta la hummer. Reid condujo tranquilamente, sin prisa, tratando de prolongar el trayecto. Habían llegado a ese pedazo de carretera que estaba sobre una pendiente muy alta donde solo había arboles alrededor y no se veía ninguna casa. Bleed observó que Reid conducía muy concentrado, sin mirarla y aprovechando eso, puso su mano lista para abrir la puerta y con la otra alcanzo el volante de Reid girándolo de lleno con fuerza.

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Libélula
SpiritualitéUna joven escéptica llega a Ipswich sin saber que ahí sera presa de experiencias sobrenaturales que le harán revalorar sus creencias, pero afortunadamente no estará sola. ReidxOC /Terminado.