Capitulo 4

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See you in the dark
All eyes on you, my magician
All eyes on us
You make everyone disappear
And cut me into pieces




Sentía el reflector sobre mí, y no es que no estuviera acostumbrada a esto pero cada vez que estaba en esta posición podía recordar lo excitante que era ser el centro de atención de miles de personas, podías sentir la adrenalina corriendo dentro de mis venas, mi corazón latiendo tan rápido, y todos a la expectativa del más mínimo error. Bailar te podía hacer llegar hasta lo más alto y también caer, hasta lo más bajo.

La música empezó y mi cuerpo se movió solo, y me sentía tan orgullosa de misma; mi hermana estaba en la primera fila junto con mi padre y mi madre tras bambalinas, y podía sentir sus miradas también llenas de orgullo por mí. Mi madre siempre decía que ser bailarinas era como ser el mar, no podíamos controlarlo ya que no se puede controlar el mar, solo guiarlo y para eso se necesitaba disciplina, y pasión.

La música siguió hasta llegar a su clímax mientras todas hicieron un semicírculo para mí solo y la música paró un momento, fue cuando lo vi, unos ojos azules me miraban fijamente desde la primera fila, atento a todos mis movimientos, él se percato de que lo miraba y me dio una pequeña sonrisa ladeada. Había fuego en sus ojos, y eso encendió mi alma. La música se reanudó, lenta sensual, mi cuerpo se movía como nunca lo había hecho antes, y me di cuenta de que era la primera vez que no bailaba para mí.

Unos segundos después mis compañeras volvieron a unirse y terminó la presentación. La sala se lleno de aplausos y una sensación de alegría me lleno por dentro mientras el telón bajaba.

Al entrar a la parte trasera del escenario lo primero que sentí fueron los brazos de mi madre a mí alrededor y su perfume inundar mis fosas nasales, un sentimiento cálido se encendió dentro de mi pecho cuando me susurró al oído un: Estoy muy orgullosa de ti. Me miró con ojos empañados y sonrió dulcemente, hasta que parpadeo, se recompuso porque ya era hora de los agradecimientos.

Primero salió ella, alta y elegante, miro a la distancia y se inclinó hacia la audiencia provocando una nueva oleada de aplausos, luego era el turno del director de la orquesta, y el tercer lugar entraba yo como bailarina principal, inclinándome y mirando orgullosa hacia delante. Mientras se unían a nosotros el resto de los bailarines me encontré con la mirada de Safa y de papá, me lanzaban rosas y besos. Y luego estaba él, apartado un poco del resto de los demás, nuestros ojos se encontraron, el no aplaudía ni hacia ninguna cosa, pero no hacía falta, podía ver claramente la admiración reflejada en sus ojos. Hizo una pequeña inclinación con su cabeza y arrojo un rosa a mis pies justo antes de que el telón descendiera definitivamente por esa noche.

Todos los bailarines nos felicitamos mutuamente por nuestro arduo trabajo de la temporada y fuimos a los camerinos, la mayoría preparándose para el after party que organizaba la academia para celebrar el fin de la temporada. Para la ocasión había escogido un vestido azul con unas sandalias romanas bajas, ya que sabía que terminaría lo suficientemente cansada como para usar tacones.

Comencé a quitarme el vestuario, cuidando no dañar mi maquillaje, ya que no tenía ganas de rehacerlo, cuando me detuvo un destello amarillo. Era un ramo con 12 girasoles de diferentes tamaños. Cuando me incliné para tomarlo una risa burlona me detuvo.

-Oh, ¿la princesa recibió solo un pequeño ramo de girasoles?- reconocí la molesta voz y me di la vuelta para encontrarme con una oscura y conocida mirada- Cualquiera pensaría que recibirías un camerino lleno de rosas.

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