El juego.

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 Era otro día en la rutina de los habitantes de Bright Moon, solo que ya había acabado, era hora de irse a dormir. Catra y Adora tenían un consolidado matrimonio, que cada día se hacía más fuerte, a pesar que desde fuera parecía una relación un tanto extraña, debido a la actitud de Catra, pero eso era problema de Adora, que era quien lo tenía que "soportar". Esto no era un impedimento para ella, pues la conocía de toda la vida, así que estaba acostumbrada a su actitud, además de que la conocía bastante bien y sabía cuáles eran los sentimientos que siempre escondía para mantener esa imagen que se creía que tenía.

Ambas estaban sentadas en un sofá charlando tranquilamente sobre anécdotas que vivieron ambas cuando estaban con la Horda. Catra estaba acariciando suavemente a Melog, que estaba sentado a su lado.

 Catra estaba acariciando suavemente a Melog, que estaba sentado a su lado

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Las dos soltaron una pequeña risa.

—Aquel día me reí tanto que casi me meo encima —decía Adora.

—Tienes una vejiga bastante floja —le respondió Catra dándole golpecitos en el estómago.

—¡Para! ¿Es que quieres que me mee encima? —le preguntó haciéndose la molesta, apartando su mano de aquella zona.

—Eso sería patético —se reía.

—Anda que tú también me ibas a apoyar.

—Te apoyaría si tuvieras pérdidas, pero aún eres joven para eso. Tan solo, no te mees encima. El sofá no lo pienso limpiar yo.

—Por eso no te tienes que preocupar —le respondió riéndose.

Catra se levantó de repente.

—¿A dónde vas?

—Melog tiene hambre, así que voy a buscar algo que darle. Lo mismo que todas las noches, vaya.

—Yo no sé por qué le has acostumbrado a comer tan tarde, ahora siempre da la tabarra cuando es hora de irse a dormir.

—Será que lo tengo demasiado mimado.

—Sí, y a tu esposa no le haces ni caso la gran parte del tiempo.

—Eso es mentira. Tienes suficiente atención por mi parte, solo que tú estás acostumbrada a que todo el mundo ponga la mirada en ti todo el rato. Conmigo eso no funciona.

Adora soltó una pequeña risa.

—Ah, ya lo entiendo todo, es que estás celosa de Melog. Se te nota en la cara.

—¿Yo celosa? En absoluto.

—Antes te ponías a rabiar con Scorpia.

—Porque, antes de que estuviéramos juntas, a ella le gustabas, bastante, se le notaba a kilómetros.

—Pues yo no me di cuenta en ese momento, sinceramente.

—Será porque estabas ocupada planeando cosas malvadas para mí. Al final tu atención la tenía yo.

One Shots - She-Ra y las princesas del poder. [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora