Beyond the Mirror

🌹Capítulo 6🌹

Primer Arco: Heartslabyul

Luego de todo lo que había pasado esa tarde, Anne regresó a su dormitorio agotada. Hace mucho que no tenía esa sensación de pesadez en su cuerpo y eso que, antes de terminar en ese mundo, trabajaba.

〔Espero que no vuelva a ocurrir algo cómo hoy, ¡terminaría hecha pedazos!〕

Pensó mientras agarraba su pijama de su armario y se dirigía al baño, donde pasó bastante tiempo relajándose en el agua.
Su ropa de dormir consistía en una blusa lila de mangas largas con su pantalón que tenía dibujos de estrellas sobre él. Al comienzo pensaba ponerse unos simples shorts y camiseta, pero hacía frío, así que la descartó. Agradecia que Crowley le diera ropa para dormir, por no hablar de su uniforme de escuela. Por el resto, al parecer tendría que ir donde un cierto Mister Sam, quién tenía una tienda ahí en la escuela donde había de todo.

Luego de haberse arreglado, simplemente se hizo un sándwich como cena. A Grim le dejó su lata de atún, que recibió de los fantasmas, pues ella se habia olvidado y el director también. Estaba todo tranquilo, así que Grim y Anne no tuvieron problemas en irse a dormir rápidamente. Anne dormiría nuevamente junto a él, después de todo el gato era pequeño y la cama era grande, así que no habían problemas. Y tampoco es que ella fuera el tipo de persona que se la pasa moviéndose cuando duerme.

En poco tiempo, ambos ya estaban en el quinto sueño. Entonces, después de tanto, Anne tuvo su primer sueño en ese mundo.

—💫—

La azabache se encontraba en un jardín de rosas. La mayoría eran de color blanco, bien hermosas. Caminó por el lugar con curiosidad, hasta que a lo lejos escuchó algunas voces.

—Es un lugar hermoso...¿pero quiénes estarán aquí?  — siguiendo avanzando, Anne se dió cuenta de que llevaba un vestido debido a que una parte de la falda quedó enredada en uno de los arbustos presentes. Además, también notó que su cabello era rubio y que su visión era más baja de lo normal. Se tocó, y miró adecuadamente.

Vestido azul y blanco, cabello liso y rubio, medias blancas largas y bailarinas negras como zapatos. Le recordaba algo, pero aún no se le venía a la mente.

—¡Muévanse a pintar las rosas! Vamos, aún faltan muchas! —logró escuchar cerca de ella, a su derecha. Fue entonces que vió una carta de trébol seguida por una de corazón y  espadas, además de otras cartas.

—¿Pintar las rosas? ¿Porqué pintan las rosas?

Aunque no fue su intención hablar, lo hizo igualmente y la voz ni era la suya. Era más de una niña. Las cartas la miraron, deteniendo su trabajo. Entonces, Anne se fijó en que cada uno de ellos, tenía un broche con pintura roja encima.

—¿Porqué, dices? La verdad teníamos que haber cultivado rosas rojas, pero hubo un error y a la reina no le gustan las rosas blancas. ¡Por eso necesitamos pintarlas!

— Hmm...pero, ¿porqué? ¿No podrían solo explicarle el problema? ¿Se enojaría tanto?

—¡Nos cortaría la cabeza!