Entramos en la casa, lo primero que noté fue el suave olor a ambientador de vainilla.
- Tía Rose, me encanta el olor del ambientador.
- Ay querido, no seas tonto, aquí no utilizamos ambientadores, todo es natural, la vainilla está en jarrones por toda la casa. - contestó.
Al entrar, lo primero que vi fue un largo pasillo, pero a mi derecha había unas escaleras que supongo que daban a las habitaciones. Dejé mis cosas en la entrada para explorar por la que iba a ser mi casa por un largo tiempo. Seguí recto por el pasillo, dando cuatro pasos me encontré con una puerta a mi izquierda, la abrí y era el garage; en el garage estaba el coche de mi tía, y una moto, supongo que era de Hunter. Volví al pasillo y justo en frente de la puerta del garage, estaba el baño de invitados, en él no había ducha. Seguí más recto hasta el final, y me encontré con el fabuloso salón, con una televisión increíblemente grande.
"Creo que me he enamorado" - pensé.
En el salón había un grande y cómodo sofá, además de una estantería con trofeos, fotos, y un que otro souvenir.
Al lado del salón se encontraba la cocina, demasiado grande, parecida a las que salen en los concursos de cocina de la televisión.
El salón estaba conformado por una mitad con pared, y por la otra mitad, en vez de pared, cristal, porque daba al gran jardín. Salí al jardín y había una barbacoa, una piscina, y pocas cosas más.
"La cantidad de fiestas que voy a montar aquí van a ser incontables" - pensé.
Volví adentro, y me crucé con mi tía.
- ¿Qué te está pareciendo la casa?
- Es increíble, pero las he visto mejores. - contesté.
La verdad es que sí, me gustaba mucho la casa, pero desde pequeño me han llevado a fiestas de ricos amigos de mis padres, y sus casas sí son para quedarse con la boca abierta y quedarse babeando.
Subí las escaleras y di con la primera habitación, la de invitados, no tenía decoración, nada que destacar. Seguí derecho y me topé con la otra habitación que supuse que era la de mi tía Rose, por las cortinas rojas y el ambiente femenino. Continué caminando y encontré la habitación de Hunter, lo supe porque estaba ahí, organizando unas cosas de su estantería que tenía figuritas de ¿star wars?
"Por favor, no seas un friki, por favor, te lo suplico" - pensé.
Es decir, ya tenía demasiado con tener que mudarme hasta aquí, para tener que soportar a un primo friki loco por los juegos de rol y cosas raritas. Esto no me podía estar pasando, fuera como fuese tenía que corromperlo y sacarlo de su faceta niño-virgen-que-está-casado-con-su-ordenador.
Di un gran suspiro y entré en la última habitación que quedaba, la del fondo. Wow, wow, y wooooooow. Es increíble, es muy grande, lo primero que vi fue una pared blanca, con una especie de plástico para graffitear.
- ¿Ya la viste? Cada que termines un graffiti puedes cambiar el plástico y hacer uno nuevo. - explicó Hunter.
Mire a mi izquierda y estaba mi cama, era doble, punto a favor si algún día traía a alguna chica aquí. Había un televisor plasma grande, y ya el resto tendría que decorarlo yo.
- ME ENCANTA, LO DE LA PARED DE PLÁSTICO HA SIDO LO MÁS BOOM. - grité emocionado.
- Ves mamá, sabía que le gustaría. - dijo Hunter a Rose.
- Me alegra que te guste, ahora sube tu equipaje y descansa, que lo necesitas. Por cierto, el lunes es tu primer día de clases en el Winfrey High School. Tus padres me pidieron que te matriculara hace una semana, Hunter te servirá de guía.
"Genial, un friki será mi guía en el instituto, lo que me faltaba" - pensé.
Era viernes, lo que significaba dos días libres antes de empezar el instituto, me daba tiempo de sobra para explorar la ciudad.
Mi tía se fue al salón, y yo me fui hacia la habitación de Hunter.
- Tío dime que no eres un friki, por favor.
- ¿Qué? ¡No! ¿Eres idiota? ¿Lo dices por las figuras de star wars? Colega, estas figuras son mi caja de ahorros, siempre hay unas cuantas cerca de aquí, en una fábrica de juguetes, y no veas la pasta que me gano vendiéndolas por Ebay a los frikis. - contestó Hunter.
- ¡BIEN, GRACIAS A DIOS! - grité aliviado.
Ahora las cosas cambian, ya no tengo que corromperlo y el instituto ya no empezaría tan mal.
- En serio, ¿friki yo? Por favor, soy el capitán del equipo de béisbol del instituto, eso me convierte en uno de los más populares.
- Genial, me alegra oír eso, porque en Nueva York, yo era el más popular del instituto, y no destacaba en ningún deporte, ni hacía nada en especial, simplemente todos me adoraban. Pero a la hora de la verdad nadie se preocupó por mí, en fin ¿por qué te cuento esto? Mañana empiezas como guía turística por Los Ángeles, quiero que me enseñes todo lo que sepas de este sitio en cuanto a las fiestas, y todo ese rollo. - contesté.
- Trato hecho primo, así será. - contestó Hunter.
Volví a mi habitación, tiré todas mis cosas, y me acosté en la cama, estaba muy cansado. Cerré mis ojos y pensé: mi etapa de rebeldía aún no ha acabado, si mis padres pensaron que por mandarme hasta aquí, iba a dar un cambio de la noche a la mañana, se equivocaron. A Allan Sanders todavía le quedan unas cuaaaantas cosas por hacer.
Me dispuse a dormir pero primero me quité toda la ropa, quedándome solo en boxers, hacía muchísimo calor para ser invierno.
***
3:45 am
Me desperté de golpe.
"Oh no, otra vez no" - pensé.
ESTÁS LEYENDO
Bad boy; good lips.
JugendliteraturAllan Sanders es un joven de 17 años que vive con sus padres en Nueva York. Es problemático, no lleva una vida ordenada, y hace lo que quiere. Su familia es rica, lo que le convierte a él también en rico. Sus padres ya están hartos de su comportamie...