Después de haberme pasado desde las 11:00 am, hasta las 3:00 pm jugando con Bryan al Exterminator 3000, almorzamos bistec de carne preparado por la madre de Bryan.
- B, el vuelo sale a las 5, creo que debería marcharme ya. - dije con tono triste.
- Está bien, te acompaño. - contestó Bryan.
Nos fuimos hacia mi casa y Elena ya no estaba. Seguramente se fue a visitar a su madre, porque hoy es Viernes de visitas en la residencia de ancianos.
Había una mini carpeta en el comedor del salón, la cogí, y contenía mi pasaporte y los documentos necesarios para mi viaje.
Cogí mi maleta, fui otra vez hacia mi habitación y no parecía mi habitación, parecía la de invitados, no tenía ese aire de rebelde. Suspiré, cogí mis cosas, miré hacia atrás, y dije: "adiós mansión, sé que me extrañarás, pero no te preocupes, no es un adiós para siempre".
Bryan empezó a reírse y salió de mi casa, después yo, y después la maleta.
Cogimos un taxi hacia el aeropuerto de Nueva York.
Cuando llegamos al aeropuerto, todo estaba patas arriba; exceso de personas en un mismo espacio cerrado, exceso de gritos, llantos, etc., exceso de avisos por radio. En definitiva: era todo un caos.
Bryan me miró agobiado.
- Tío, tengo claustrofobia, salgamos rápido de aquí y vamos a facturar tu maleta. - me dijo Bryan.
Asentí con la cabeza y nos dirigimos hacia allí.
- Buenas tardes señor, deme su documentación. - me dijo la señora del mostrador de facturación.
- Sí, aquí tiene. - le di mis documentos y subí el equipaje a la cinta.
- Muy bien, gracias, esta es su tarjeta de embarque, ¡buen vuelo y gracias por confiar en nosotros!
- Como si me alegrara de viajar con esta mierda de compañía... - susurré tratando de que no me escuchara.
- ¿Cómo ha dicho, señor?
- ¿Perdone señorita? Está usted extremadamente equivocada, yo no he soltado la más mínima palabra después de recibir sus gratificantes agradecimientos, y ahora si me disculpa, un largo viaje me espera. - respondí vacilando a la señora del mostrador.
- Jajaja, tío, pobre señora. - se burló Bryan.
- Ya... que le den. - respondí.
Miré la hora y eran las 4:00 pm
Entramos a una cafetería a comprar unos refrescos y a darnos nuestro último adiós, bueno, por ahora.
- Nena, a mí me das una Coca-Cola. - pedí en el mostrador a la empleada.
- Y a mí otra. - pidió Bryan.
- Está bien caballeros, son 5 dolares. - dijo la empleada.
- Nena, no me digas caballero, no lo soy y me haces sentir viejo. - vacilé.
Le di el dinero a la chica, le guiñé el ojo, y ella me mostró su más tímida sonrisa.
"Otra estúpida más" pensé.
Nos sentamos en una mesa cercana a la puerta de la cafetería, que tenía un diseño bonito, era uno rústico, todo de madera y ambientado en el Old West.
- Y bueno, ¿qué piensas?, ¿qué será lo primero que harás cuando llegues? - me preguntó Bryan.
- Pienso que todo esto es una mierda, pero es la realidad. Pienso que mis padres son unos capullos, pero tienen la razón. Pienso tantas cosas, que a la vez pienso que todo esto es una pesadilla de la que despertaré pronto, pero una vez más, es la realidad. Aunque mi tía Rose es estupenda y siempre me ha caído muy bien, además allí estaré con mi primo Hunter, que tiene un año menos que yo, pero es buen tío. Lo primero que pienso hacer será salir a respirar aire puro y el resto surgirá. -contesté.
- Hey, no te preocupes, supongo que si tus padres hicieron esto, fue por "tu bien", así son todos los viejos, te irá bien, sabes apañártelas en todo, te admiro Al, eres increíble.
- Señoras y señores, los pasajeros con destino a Los Ángeles, California, con el vuelo AX754 diríjanse a la puerta de embarque 6D.
- Creo que ha llegado el momento de irme, te extrañaré B, ya te llamaré, adiós colega. - me despedí y él asintió mirando hacia el suelo.
Pasé los controles, y acto seguido fui hacia la puerta de embarque. Genial. Era el último. Qué raro.
***
Una vez despegado, miré a mi lado derecho y había un señor bastante ancho que roncaba como una locomotora. GENIAL.
Me puse los auriculares y cerré los ojos.
***
- ¡Allan! ¡Cómo has crecido! Ven aquí que te doy un abrazo grandullón. - gritó mi tía al verme afuera del aeropuerto de Los Ángeles.
- Hola tía, creo que mejor que me sueltes que me estoy asfixian...
- ¡HOLA PRIMITO! - exclamó Hunter.
Qué cálida bienvenida.
El calor que hacía para ser las 9:00 pm no era normal, pero claro, estaba en California.
Estaba un poco desubicado por las 7h de vuelo, y más el cambio de horario que son 3 horas menos, mi cabeza no daba para más.
- Me alegra de veros a los dos, hacía tiempo no nos veíamos, estoy ansioso por llegar a casa. - dije.
Fuimos en el coche de mi tía destino su casa. Cuando llegamos, desde fuera se notaba el lujo, era una casa increíblemente preciosa la verdad.
- Wow tía, ¡vaya casa!
- Ya ves primito, tu habitación te va a gustar aún más. - contestó Hunter.
"Bonita noche me espera" pensé.
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Bad boy; good lips.
Novela JuvenilAllan Sanders es un joven de 17 años que vive con sus padres en Nueva York. Es problemático, no lleva una vida ordenada, y hace lo que quiere. Su familia es rica, lo que le convierte a él también en rico. Sus padres ya están hartos de su comportamie...