Y ahora... ¿Qué?

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     Al despertarme me dolía todo mi cuerpo, tenía el olor de mis compañeros en mi cuerpo, sentía como las lágrimas caían por mis mejillas y solo me decía una y otra vez que lo hacía por mis hermanas.

     Salí de la cama y vi un poco de sangre de la noche anterior, me fui al baño para ducharme y vi mis marcas en el cuello de los 4 lobos que ahora eran mis compañeros. Baje a desayunar ya que me moría de hambre, cuando llegaron mis hermanitas.

—Mami, mami, mami papi nos dijo que no te molestásemos y hemos sido buenas, ¿Podemos comer totolate?

—Mmmm no sé, habéis sido buenas de verdad. Dije mientras las veía a los ojos.

—Si. Gritaron emocionada.

—Vale, pero solo una onza de acuerdo pequeñas. Recite cantando mientas las abrazaba.

     Cuando entre en el comedor mis amigas me veían con cara triste, y fue cuando me lleve a más desagradable sorpresa, unas zorras sentada en las piernas de mi compañero mientras les hacía arrumacos y reían de forma patética.

—¿Os apetece dar una vuelta? Necesito salir de aquí.

—Dios, si vámonos dijo Amanda mirando a Ian

—He descubierto un lago cerca de aquí vallamos a darnos un baño. Me susurro Rebeca mientras me cogía de la mano.

Sin decir una palabra a mis supuestos compañeros y salimos las tres mientras Bal, James, Ian y Sam me veían.

—Luna Chloé ¿No va a desayunar? Pregunto unas de las mujeres.

—No gracias, no tengo hambre y por favor llámame solo Chloé.

     Busque a mis pequeñas y nos fuimos dirección al lago para pasar la tarde allí, la verdad me lo estaba pasando genial jugando con las pequeñas hasta que apareció James hecho un basilisco.

—Porque carajo has salido sin protección. Bramo mientras me arrastraba por el brazo

—Suéltame, me haces daño. Dije entre dientes.

—Suelta a mi mami, dijeron las niñas mientras lloraban.

—Silencio. Grito James con voz de alpha.

     Mis pequeñas retrocedieron hasta donde estaban mis amigas.

—Volver a casa y llevaos a las niñas. Murmuré mientras veía a James a los ojos.

     Cuando se fueron y me quede a solas con él me soltó del brazo y me tiro al suelo arrancándome la ropa.

—Eres mía y jamás te voy a dejar marchar jamás. Decía mientas intentaba besarme con brusquedad.

—Suéltame James me haces daño, susurré entre sollozos.

—Mía, mía, mía solo mía.

     Cuando de repente apareció Ian, Sam y Bal. Vieron a James sus caras estaban pálidas ya que era su lobo quien controlaba a James y quería montarme de una manera dura y salvaje, tenía mucho miedo no sabía qué hacer para que se calmase.

—James, la estas asustando. Decía Sam ella es tuya y nadie te la va a quitar ella llevara tus cachorros en su vientre, Joder la estas lastimando. Dijo asustado

—Nena no hagas movimiento brusco él cree que quieres huir de él. Murmuró Ian

--Largaos ella es mía. Grito James mientras me arrancaba la ropa

     Mírame James, mírame por favor, susurre en sus labios yo soy tuya y puede que nuestro cachorro este en mi vientre, te amo solo a ti. Mentí mientras lo veía a los ojos, y poco a poco se fue calmando mientras le susurraba en el oído. Hasta que por fin se calmó y me beso mis lágrimas corrían por mis mejillas.

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