Quisiera Amarte: Nuestro Final (Milo x Camus) (Kanon x Shaka) (Saga x ?)

~ Capítulo 274: Expiación de culpas ~

TODOS LOS CRÉDITOS AL AUTOR DE LA IMAGEN DE CAPÍTULO DE PORTADA 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Desde esa vez que Thetis y Lémur se vieron han pasado tres semanas ya casi cumpliéndose el mes donde terminarían con Camus de Acuario y su felicidad. Lémur tuvo que acostarse aquella vez con Thetis dejándola completamente satisfecha, aunque eso sí pidió protección con un condón porque conociendo a esa harpía se acostó con varios hombres al divorciarse de Dégel y cuando su padre Defteros la abandonó por estar con otras amantes. Hablando de su padre acaba de hacer un descubrimiento que debe comentarle a su gemelo y lo sorprendió cuando estuvo revisando algunas carpetas muy ocultas de su padre en la empresa y claro ya eran de hace pocos años, pero ya será en su momento. Ahora está preparándose para lo que viene, aunque se enteró de que su hermano muy pronto se va a casar y por ello lo tiene muy alegre.

También Milo y Camus han estado saliendo como novios, esa vez en el departamento se quedaron juntos, aunque en la noche el pelirrojo llamó a su papá para que pasara por él y claro Milo no cayera en la tentación de querer intimar con él, aunque en los últimos días ha disfrutado mucho más porque siempre salen juntos, Milo siempre es detallista con regalos como rosas rojas, peluches y entre otras cosas más. Sin dudas disfrutan su amor y claro Krest esta encantado que su hijo no se haya casado en esa boda falsa y haya seguido al corazón, cree que muy pronto será la boda así que junto con Kardia, Zaphiri y él hacen los preparativos para cuando deseen casarse ya tener todo listo y saben como desean su boda los jóvenes porque los conocen perfectamente. Camus se ha sentido feliz, aunque ha tenido sueños extraños como aquella vez que vio ese hombre junto con él en Francia y su pancita. Lo tienen confundido, pero no le cuenta a nadie. También ha visitado a su gran amigo, Shaka, cuando se enteró que estaba en el hospital se echó a llorar por pensar una enfermedad grave, pero cuando lo vio de mejor manera fue cuando se alegro por todo. Además, que hace una semana le hicieron entrega de Hyoga quien ya se encuentra en casa y estando bien de salud.

Mientras que Shaka a la semana y media lo dieron de alta ya que se encontraba mejor salud, pero debía de asistir en caso de algún dolor y le recomendaron reposo en cama mínimo otra semana para mejor recuperación y medicamento. Además, ha sido muy consentido por su futuro esposo y ahora duermen juntos en una misma habitación y claro cuando sus niños Orfeo y Eo lo vieron llegar de nuevo a casa se alegraron demasiado por tenerlo de vuelta con ellos. También le agradeció a Titán por haber salvado a sus bebés de las manos de Oneiros y al igual a Saga por cuidar de sus niños. Ahora es feliz en la mansión Rize ya sin rencores del pasado y claro le hizo caso a su papá de convivir mucho con su padre Asmita que era inseparables y claro se puso feliz cuando supo que Apolo se casaba con Toki el próximo año.

Todos es felicidad con los tres protagonistas, pero se viene la hora de pedir cuentas al pasado por el daño provocado y escoger errores.

Los primeros rayos del sol salen y entran por la ventana de un joven de cabellos azules, al sentir la luz se levanta estirándose hasta escuchar el crujir de sus huesos. Se sentó en su cama y de repente sintió el olor de un rico desayuno, le recuerda mucho cuando Cami en las mañanas se levanta muy temprano a cocinar, pero debe tratarse de su imaginación porque hasta el momento vive únicamente con su pequeño hijo Isaac. Es mejor levantarse para preparan al pequeño de cabellos verdes y irse a desayunar con su querido pelirrojo y el pequeño Hyoga como toda una familia. Así sale de la habitación y de nuevo a sus fosas nasales viene ese rico aroma así que se dirige a la cocina donde que sorpresa se lleva... su Cami esta cocinando. Le parece extraño, aunque quizás quería darle una sorpresa.

— Buenos días, bichito. —Dice sin voltear y continúa haciendo el desayuno.

— Buenos días, Cami. —Saluda Milo. —Pensé que nos veríamos para desayunar como queramos ayer antes de que te fueras. —Menciona sin ver nada raro.