Venus || B&&W

09

¿Estoy soñando?

Win

- Pensé que nunca te encontraría
Cuando de repente te vi

¿Dónde estoy?

- Como un telescopio
Te acercaré tanto
Hasta que no haya espacio en el medio

Esa voz, esa canción.

- Entonces, de repente, te veo.

- ¡P'Bright! — desperté gritando. Estaba en un cuarto totalmente blanco y P'Bright, mi P'Bright, estaba vestido de blanco tocando nuestra canción con su guitarra que tenía escrita nuestros nombres.
Se levantó de la silla donde estaba, dejó su guitarra recargada en la pared y dejando una foto en alguna mesa de por ahí, se fue.

Me acerqué, no me costó mucho comprender que yo podía verlo pero él a mí no.
¿Dónde estaba y por qué no podía verme?

- P'Bright, me hiciste falta...

Y tomé la foto que previamente había dejado en aquella mesa. Era la foto que su madre nos tomó cuando éramos unos niños afuera de la nave espacial que habíamos construido con cartón. La nave con destino a venus.

- Parece que no arrancó — el pequeño P'Bright tenía los ojos cristalizados.

- Creo que no — reí un poco y despeiné su cabello — este lugar será nuestro fuerte — lo abracé y sonrió.

- Nong Win, de verdad te quiero — me abrazó aún más fuerte — ¿te parece que dentro de diez años volvamos a intentar huir a venus? — ambos reímos y después se hizo el silencio. Era el momento. Lo besé tiernamente y me sonrió.

Ahí supe que era correspondido y desde ese momento se convirtió en mi compañero de vida.
Nos hicimos novios muchísimo tiempo después, pero él ha sido parte de mí desde hace más que un simple año y tantos meses.

¿Por qué no estaba con él?

¿Estoy soñando?

Me senté en la silla donde antes estaba Bright y sentí que mi mente se teletransportaba a otro lugar.
Sentí un cosquilleo, entonces cerré los ojos.
Varias escenas comenzaron a pasar por mi mente.

Entonces lo entendí.

Yo había muerto.

P'Bright no me abandonó, yo lo abandoné.

Choqué la noche de nuestro aniversario y nunca llegué a la cena.

Todo lo que pasó,

todo lo que yo pasé,

nada fue real.

Yo estaba en coma.

A lo lejos vi un sobre recargado en un jarrón, decía mi nombre, tenía su letra.
Lo tomé y en mi otra mano aún sostenía aquella foto.

¿Qué escribiste para mí, amor?