Nota de las Escritoras:
(Por favor leer este capitulo al compás de la música del enlace que está en multimedia, Gracias, sigue leyendo uwu)
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Rosset
— Señora ¿le sirvo más café?—Lía hablo de espaldas a mí. Asentí y me dejo la taza llena.
Ya es el anochecer y aún no ha vuelto. Tenemos peleas así de reñidas, pero siempre vuelve, aunque este con la cara enojada. Tengo la cabeza fría y a pesar de que es la verdad que le dije, no debía decírselo así. Tengo problemas de carácter, en parte es mi culpa que discutamos tanto. Pero lo extraño, suena toxico, pero por más que peleemos lo quiero a mi lado.
"—Ten cuidado Rosset"
Las palabras de Hexagon invaden mi mente, en este momento me pongo a recordar los últimos días que estuve a su lado.
"—La mejor manera de que algo aparezca, es que no lo busques. Siempre te he dicho esto—dijo soltando una carcajada
— Sabes que hablamos de un bebé ¿no? Quiero quedar embarazada, pero Lyon pelea y pelea sobre eso, como si él es que va a quedar embarazado—dije mirándolo irónico.
— ¿Qué? ¿acaso no sabe meterlo?—me miro estrellándose de risa.
En ese momento mi sorpresa fue más grande que mi vergüenza, Hexagon es muy directo a veces, pero ¡por favor! ¡no me vengas con clases de sexo ahora!
— Enserio eres estúpido—me reí—hay niños aquí.
— Por favor ya te desfloraron hace tres meses, no te hagas la marika ahora—su risa enserio fue mucha ese día.
— Ya no hables, me asfixias—me reí y le di un abrazo—si sabes cómo alegrarme el día, te amo maldito—le di un beso en la frente.
— Eres la hija que nunca tuve, te amo más Rosset—me abrazo fuerte y le di su medicina"
Los siguientes días fueron pésimos. Hexagon al otro día perdió la capacidad del habla. No comía y era difícil darle el medicamento. Su capacidad motora también lo dejo. Ya la enfermedad estaba acaparando la mayor parte de su ser. Parecía un vegetal. Hila y yo nos turnamos para verificar que no se complique más. Dos semanas después, una mañana, volvió su capacidad motora. Aun no podía hablar, pero su apetito volvió y comió bastantes platos, estábamos muy feliz por ello. Teníamos esperanza de que aun duraría más, que estaría aun con nosotros.
Pero las cosas no son como parecen. El destino nos hizo una mala jugada y no hay más que aceptar. No somos dueños del tiempo ¿Por qué mejor no aprovecharlo? Horas más tarde cada uno estaba reunido al lado de él. Lyon a mi lado, yo cerca de Hexagon, Lía estaba de pie a nuestro lado e Hila agarraba su mano fuerte. Una sonrisa débil dibujaba su rostro, mande a Lyon que busque algunas hierbas, Hila y Lía se fueron a la cocina para terminar de limpiar y yo me disponía a hacerle el caldo que más le gusta para cenar.
De repente agarro mi brazo con fuerza, su tacto estaba frio y me miro con esa sonrisa vigorosa que siempre tiene. Me sorprendi ante eso y mi corazón se llenó de puro gozo.
"—Te amo Rosset. Ahora sí, cocíname lo que más me gusta, te esperaré aquí.
— Te amo mucho más Hexagon, dame unos minutos y te lo traeré con gusto"
Esas fueron sus últimas palabras. El maldito se estaba despidiendo.
Llame a Hila para que lo vigile mientras yo ayudaba a Lía y terminaba de cocinar. Solo pasaron tres minutos. Un grito desgarrador resonó en todo el lugar. Era Hila. Todos subieron rápidamente y yo quede de ultimo. Lyon quería sacarme, pero no, ahora no podía detenerme. Tenía que ver que paso.
Lo que temía.
Su corazón dejo de resistir la enfermedad y colapso. Su cara tenía la viva imagen de todo el sufrimiento de esto, su boca entreabierta dejaba caer la sangre de un invicto, de una persona que merecía respeto y honor. La sangre del mejor rey que tendrá este reino. Un padre, mi padre.
Aguanto todo hasta el final y siempre mostraba una sonrisa. Ahora sabemos lo cuan mal estaba. ¿Por qué? ¡Porque lo hiciste así!
"—Oh, no"
Mis ojos se nublaron, el aire me faltaba. Todo a mi alrededor se sentía pesado y poco a poco mi cuerpo no quería reaccionar. Esto no puede ser. Sabía que morirías algún día ¡no sabía que podría ser hoy! Todos me hablaban, me gritaban, más yo no escuchaba. Solo era vacío. Un puro y doloroso vacío se apoderaba de mí. Mire a Lyon buscando esperanzas más el me veía con la cara pálida susurrándome un "lo siento" aún no lo podía creer. Perdí a una persona importante en mi vida. Lo perdí.
Lentamente comencé a caminar para atrás y choqué con una pared. No me importaba. Veía que todos me hablaban, pero no podía escucharlos. Todo se bloqueó en mí, pero se apoderaba un dolor insoportable en mi corazón. Comencé a jalarme los cabellos, a rasguñarme, pero tampoco eso servía para aliviar mi dolor. Nada de lo que hacía me funcionaba. Entonces caí. Caí en un pozo sin fondo, presa de la desesperación y el dolor. Todo mi mundo dijo fin en ese día.
El cortejo fúnebre fue el más insignificante y vacío que haya visto. A pesar de los grandes honores y tributos que se dieron aquel día yo sabía perfectamente que era pura hipocresía. Haddes se mostraba muy dolido, pero ambos sabemos que en el fondo el solo quería el trono legítimo, su padre no le importaba en lo absoluto. Me mantuve a lo lejos del cortejo mirando con profundo dolor como enterraban al que una vez llamé padre. Y si, él era mi padre. Desde ese día mis lagrimas no han cesado. Una parte mía se murió y fue enterrada con él.
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Ya no lo aguanto, esos recuerdos no hacen más que lastimarme mucho más. Aquí estoy parada en la tumba de Hexagon, llorando mi desdicha. No solamente llorando por él. Sino por mi madre, mi padre caído en guerra, el destino que sufro, por todo lo que me ha tocado sufrir. Lloro por todo. No se me permitía que exprese mis sentimientos porque eso me hacía débil. Ahora me importa un carajo. Mis lagrimas descienden lentamente silenciosas. No puedo seguir así. Esto me duele y me consume más de lo que pensaba. Hexagon te extraño como no sabes ¡joder!
— Usted sabe mejor que nadie que esto no es lo que quería el amo para usted—dijo Hila detrás de mí. Se que los sufre más que yo en silencio, pero hace el mejor intento por darme los ánimos posible. A veces la he visto llorando a escondidas en la madrugada. Ella entiende mejor que yo lo que siento.
— Lo sé, pero no puede evitarlo—sonreí débilmente secándome sin éxito algunas lágrimas—aun siento que esta con nosotras ¿sabes?
— Si, aun siento que está bailando conmigo a través de esta casa como lo hacíamos antes, luego recibo un disparo de verdad y me doy cuenta de que ya nada será como antes, ya él no está—dijo sollozando.
La abrace, lo necesitaba. Así como, aunque extraño, extrañaba a Lyon más que nunca. Cuando la mire sentí que mi mundo se desvanece, todo se puso gris y perdí la noción de todo. ¿Qué rayos me pasaba?
//
— ¡señora despierte!—Gritaba una y otra vez Lía. ¿Qué fue que paso?
— Aquí estoy—dije atontada—¿Qué me paso?—me encontraba en la casa en el suelo de la cocina tiraba, las dos me miraban con una alegría interesantemente rara.
— Prométame algo. Sera más fuerte a partir de ahora—dijo seria.
— Pero... ¡dime que pasa por favor!—dije desesperada.
— Prométalo—su cara sin sentimientos mostraba que debía de hacerle caso
— Lo prometo, ahora dime.
— Por fin, después de tanto, ya está embarazada.
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Inferno |Destinados L.2| ✔
RomanceEn un mundo caótico por las diferencias políticas, un Príncipe y la hija de un General de guerra tratan de encontrar un lugar para su amor El problema principal: Ambos pertenecen a dos mundos que se destruyen mutuamente Obstáculo: Una Princesa de fu...