Capítulo 19

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Rosset

Mi frustración cada día es mayor que mi odio, enojo, ira. Soy un volcán de emociones y sinceramente no se cuánto tiempo tendré algo de estabilidad mental. Los recuerdos invaden mi mente, Zylem, Lyon, Hexagon, Bravo... recuerdos de todos ellos pasan torturándome lentamente haciendo de esto un dolor muy insoportable. Oigo mi nombre a lo lejos y creo que estoy bien inmersa en mis pensamientos. Me siento en un bucle, mas siento que me llaman esta vez con más intensidad.

— ¡Rosset!—sentí como me movían bruscamente, estaba otra vez perdida dentro de mí. Cohen me movía sin desdén esperando una reacción.

— ¡Aquí estoy! ¡aquí estoy!—grité desesperada. ¿Por qué siento que estaba haciendo algo raro?

— Por todos los reinos, casi quemas toda la casa—suspiro de alivio. ¿Qué?

— ¿Cómo que "casi quemo la casa"?—dije irónica y lo entendí, olía a quemado el aire, otro problema porque aun no controlo mis poderes cuando tengo emociones fuertes. Sentí luego una brisa suave y apacible, Cohen estaba limpiando todo lo que tal vez rompí sin darme cuenta.

Me levanté de la cama aturdida y adolorida, era algo muy común en mi ya. Toque mi brazo... esperen ¡me falta uno! Ahora me acorde, lo perdí en mi enfrentamiento en el reino luz, así como perdí la oportunidad de llevarme a mi Zylem.

— Esto no te esta haciendo bien—dijo Cohen pasándome un poco de comida.

— ¿y que crees que me hará bien?—sonreí sin ganas.

— Unas vacaciones ¿quizás?—se rio.

— No seas idiota—le seguí el juego.

Comí un poco de lo que cocino, a pesar de tanto sufrimiento ¿tengo un poco de paz? No creo, pero valoro estos momentos a pesar de la tormenta de emociones que soy. Termino de comer y me pongo a suspirar.

¿y ahora qué? ¿Cómo hago para quitarle a mi hijo? Ese hijo de...

Me levanto de repente y camino tentando todo a mi paso hasta llegar al patio trasero. El aire fresco de la tarde me hace mucho bien, cada vez siento que pierdo el control sobre mí, ya no puedo dormir debido a eso ¿Cómo podre cuidar de mi Zylem si no tengo control? Esto me preocupa, mi hijo necesita un buen cuidado. Pensando en esto siento dos presencias y no conozco la otra persona. Me pongo alerta por si las moscas.

— Seguro te acordarás de él—habló Cohen, en este momento es poco probable que me acuerde de quien rayos me diga.

— Que bien, ahora lo voy a ver—dije irónica y los dos empezaron a reír.

— Aun conservas ese sentido del humor, eso me gusta—esa voz. Es su hijo.

Edam era uno con quienes practicaba y siempre andaba coqueteándome mas nunca le hice caso. Es un chico dulce, pero a la vez era muy extrovertido. Interesante que aparezca justo en este momento.

— Los dejare solos—Hablo Cohen— y Rosset—dijo divertido—No lo mates, por favor.

En este momento no estoy para pensar en socializar con los demás, pero ya que esta aquí, seguro Cohen piensa que será algo bueno.

— Te ves bien chica—dijo divertido, no estoy para chistes, idiota—¿damos un paseo?

— Qué más puedo perder—bufé.

Me tomó de la mano y empezamos a caminar en silencio. No me preocupa el hecho de caminar con él, se siente bien. Nos detenemos un momento y el me ayuda a sentarme. Siento el suelo, hay flores y pasto alrededor. Muchos recuerdos pasan en mi mente, pero quiero obviarlos por el momento.

— Eras tan feroz... ¿Quién hizo a esta nueva Rosset? Extraño que me golpees por los chistes malos que hago—ese comentario me hizo reír ¿Qué tiene de malo esta nueva Rosset? Ah, sí. Es que esta no soy yo, mataron a la Antigua Rosset y felicidades, todo es culpa de Lyon.

— Tu eres el mismo torpe de siempre Edam ¿Qué haces aquí? —demandé riéndome sin ganas.

— Ver a un viejo amor ¿no puedo hacer eso? Además, tu hermano me mando a investigar donde estas

— Dile a Bravo que no se preocupe, que solo estoy en un viaje, eso es todo.

— ¿Tú crees? Soy un demonio, pero yo no miento. Te ves mal Rosset, tu hermano te necesita, solamente para hablando de ti y es increíble porque era yo quien hacia eso—exclamó

— Hazlo, si en verdad me amabas hazlo, no quiero que se preocupe más—dije seria—y vámonos, ya no quiero estar aquí—y no quiero, este lugar me trae recuerdos, de los que quiero eliminar para siempre.

Él no dijo nada, solamente me levantó y sostuvo mi mano unos segundos, para luego besarme. Un beso dulce y lento, se sentía muy bien, sentía mi corazón latir muchísimo y todo se desvanecía... sentía por un momento como una oleada de felicidad invadía mi ser, hasta que mi mente empezó a divagar y sentí como un puñal atravesó mi corazón y una risa sarcástica de momento, era Lyon. Se burlaba de mí, tenía a Zylem en sus brazos y no me permitía tocarlo.

Y reaccione. No estaba Lyon, ni Zylem, solo Edam. Me despegué bruscamente de él y el odio se apodero de mi más que nunca.

— Llévame a casa—especté.

— Lo siento Rosset, yo...

— Llévame y no me hables—hablé despectivamente.

Tuvimos un viaje en silencio, ahora más que nunca mi mente estaba maquinando un plan desesperado para rescatar a Zylem y vengarme de Lyon, aunque mi vida dependa de ello. Llegamos otra vez a la casa de Cohen y me quedé en el patio, mientras él se despedía de su padre. Me sentía inestable y necesitaba de alguna forma desahogar todo esto. Sentí las manos de Cohen en mi hombro.

— Preparate, vamos a atacar el reino luz, quiero matar a ese maldito.

Inferno |Destinados L.2| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora