Capítulo 23 (Final)

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Rosset

- Estoy lista.

Terminaba de entrenar con Cohen, después de varios años he postergado mi ida al reino Luz, cada vez era un fracaso. Decidí ya no matar a nadie y buscar pacíficamente a mi hijo. Edam y yo hemos congeniado bastante y la idea de criar a mi hijo juntos la damos por sentada. Hoy, después de tanto, buscaría a mi hijo de una vez por todas para nunca volver a pisar el reino Luz.

- Tu brazo está recuperado y tienes buen manejo de ti, no te detendré, puedes ir en paz Rosset-Cohen me animo-te prepararé lo que debes de llevar ¿está bien?

- Gracias-lo abracé, sentí una voz toser tras nosotros, era Edam-¿Nos puedes dar un momento Cohen?-me reí.

- Okay, Okay-se rio.

Cohen nos dejó solos y solo basto dos segundos para que Edam se abalance contra mí para abrazarme y cargarme, está loco. Me reí estrepitosamente y él me bajo.

- Mm, te extrañaba-me dio un beso en la mejilla-¿Cómo está la ciega más linda de los mundos?

- ¡Eres un tonto!-le reclamé-bien, iré de camino al reino luz ahora.

Su animo se puso serio de repente. Él quería ir conmigo.

- Rosset, sabes que no me importa abandonar la misión e ir a ayudarte-agarro mis hombros.

- Sabes que Haddes te matara si haces eso. Soy una guerrera de élite, solo buscare a mi hijo y prometo que antes del atardecer estaremos los tres juntos. Lo prometo-bese su mano.

Él bufó y tomó mi mano. Sabía que era difícil que me contradiga, estábamos hablando de buscar a mi hijo.

- Solo... cuídate ¿Okay?-beso mi mano. Sonreí y asentí.

- Te amo, Edam.

Recibí un beso dulce y tierno de su parte, más yo agarre sus labios una vez más y lo bese con demanda, amor, desesperación. Quería grabarme cada centímetro de su boca, deleitarme en sus besos. Me separé de él y me besó la frente con ternura y se fue. Sentí a Cohen tras de mí.

- ¿Tienes todo preparado?-demandé.

- Si- me paso la ropa y las cosas que necesitaría-y acuérdate de lo que hablamos.

Asentí. Lo abracé por última vez... ya era momento de hacer las cosas bien. Me teletransportaré al reino luz.

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Llegue al reino luz. Al fin. Sentía toda la vibra de este reino cosa que me generaba asco. Mucho asco. Me establecí detrás del palacio verificando que ninguna persona me haya visto, Lyon ya no se opondría a dármelo o si no habrían más muertes que lamentar en este brillante reino. Me dispuse a buscar la presencia de ese malnacido que había acordado dármelo en este lugar.

- Rosset- sentí una voz detrás de mí, era él.

- Hola, animal-dije sarcástica sin voltearme aún. Se posicionó enfrente de mí y empezó a hablar.

- Veo que tu humor ha mejorado, qué bonito-dijo irónico.

- ¿Dónde está?

- Está en su habitación. Subamos.

- ¿Por qué he de confiar en ti? Debiste de haberlo traído-le hable mal.

- Ya deja de pelear, si vez que te engaño ahora mátame-y no sabes cuantas ganas tengo de hacerlo.

Bufé y guiándome con su mano, me encamino hacia la habitación de Zylem. Senti lo cálido de esta. Parecía que estábamos en una torre, la brisa soplaba muy fuerte, pero cómoda. Lyon se detuvo y agarró mi mano, posándola sobre un rostro de un niño... ¿Zylem?

Inferno |Destinados L.2| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora